En un mensaje directo y de alto nivel, el gobierno de Estados Unidos advirtió este jueves que «los ojos del mundo» están puestos sobre Honduras.
La advertencia llega en medio de un escrutinio presidencial extremadamente ajustado y cargado de denuncias de irregularidades, que mantiene al país centroamericano en vilo cinco días después de las elecciones. El subsecretario de Estado, Christopher Landau, declaró que la democracia hondureña está «en tela de juicio».
Una advertencia desde Washington y acusaciones de «golpe»
La tensión escaló con la publicación en la red social X del subsecretario Christopher Landau. «Los ojos del mundo, incluidos los nuestros, están en Honduras», escribió, transmitiendo el mensaje del presidente Donald Trump. Landau afirmó que el pueblo hondureño «merece que se respete su voluntad y se escuche su voz», y subrayó la obligación de todos los partidos de defender «la independencia del Consejo Nacional Electoral».
Estas declaraciones se producen tras fuertes acusaciones de los candidatos opositores. El conservador Salvador Nasralla denunció un «cambio de datos» en el conteo preliminar durante la madrugada, cuando «se apagó la pantalla» del portal de resultados, e instó a investigar a la empresa a cargo del sistema. Por su parte, Marlon Ochoa, consejero electoral del oficialista partido Libre, fue más allá y denunció un «golpe» y «fraude» electoral, alegando una operación coordinada entre la derecha y una «injerencia extranjera».
Un resultado histórico por lo ajustado y los problemas técnicos
La presidenta del ente electoral, Ana Paola Hall, reconoció que el «escaso margen» entre los candidatos es «histórico». Con el 86.62% de las actas escrutadas, la carrera es un pulso: Nasry Asfura (Partido Nacional) lidera con 1,116,891 votos (40.25%), seguido de cerca por Salvador Nasralla (Liberal) con 1,093,302 (39.40%). La candidata de Libre, Rixi Moncada, queda relegada a un lejano tercer lugar.
El proceso ha estado plagado de interrupciones por lo que el Consejo Nacional Electoral ha catalogado como «problemas técnicos». Estos inconvenientes han alimentado la desconfianza y retrasado la proclamación de un ganador, dejando a la ciudadanía en una espera ansiosa y aumentando la presión internacional sobre la transparencia del proceso.
La democracia hondureña bajo el microscopio internacional
El mensaje de Estados Unidos coloca a Honduras bajo una lupa de alcance global. No es solo una exhortación a respetar los resultados, sino un recordatorio de que la comunidad internacional, y en particular su principal socio y aliado, está observando cada movimiento. La advertencia de que la democracia está «en tela de juicio» es una carga significativa para las instituciones hondureñas.
El llamado de Washington a defender la independencia del organismo electoral es un apoyo claro a su autonomía, pero también un aviso tácito contra cualquier tentación de manipulación. La legitimidad del próximo gobierno dependerá crucialmente de que este tenso cierre del proceso sea percibido como limpio y respetuoso de la voluntad popular expresada en las urnas. El país enfrenta días decisivos para su estabilidad política. Información extraída del medio DW.




