El Tribunal Oral Federal 7 retoma este martes las audiencias de la causa Cuadernos con la lectura de los alegatos de cinco empresarios acusados. El proceso entra en su fase final, mientras la habilitación de una nueva sala busca acelerar el histórico juicio por cohecho.
El juicio oral por la causa «Cuadernos de las Coimas» entra en una etapa crucial. Este martes a las 13:30, el Tribunal Oral Federal 7 reanudará las audiencias con la lectura del descargo final de cinco empresarios acusados de integrar un vasto esquema de recaudación ilegal entre 2003 y 2015. Los imputados que expondrán sus argumentos son Patricio Gerbi, Juan Chediak, Carlos Wagner, Aldo Roggio y Ángelo Calcaterra.
Según la acusación del Ministerio Público Fiscal, estos hombres, junto a otros empresarios y exfuncionarios del área de Planificación, participaron de un mecanismo que exigía retornos del 3% al 20% del valor de las obras públicas a cambio de adjudicaciones y la liberación de pagos. El juicio, que investiga una de las mayores causas de corrupción de la historia argentina, avanza ahora hacia la valoración de la prueba reunida, un paso fundamental antes de la sentencia.
La nueva sala que busca acelerar el histórico proceso
En paralelo al desarrollo de los alegatos, una decisión logística de la Corte Suprema de Justiciapromete dinamizar los tiempos del juicio. El máximo tribunal habilitó la «Sala AMIA» del Complejo Judicial de Comodoro Py como un nuevo espacio para juicios orales de gran magnitud.
Esta habilitación responde directamente a un pedido del Tribunal Oral Federal 7, que había advertido sobre limitaciones edilicias para llevar adelante un proceso de esta envergadura. La puesta en valor de esta sala demandó una inversión superior a los $162 millones y tiene como objetivo mejorar las condiciones para procesos complejos, adecuándose al sistema acusatorio. Se espera que este cambio acelere significativamente el ritmo de las audiencias restantes.
El «mecanismo» de las coimas y el testimonio clave
Durante la última audiencia, la fiscalía y los testigos expusieron con detalle cómo habría funcionado el presunto «mecanismo» de recaudación ilegal. Según las acusaciones, se trataba de un sistema organizado donde las empresas definían entre sí las obras y los montos de las coimas, información que luego circulaba por canales oficiales para su ejecución.
Un testimonio clave fue el del propio empresario Carlos Wagner, quien describió reuniones entre empresas para coordinar las obras públicas y los porcentajes de retorno. Su declaración, junto a la voluminosa prueba documental de los famosos cuadernos anotados por el chofer Oscar Centeno, constituye el núcleo de la acusación.
Con la reanudación de los descargos y la nueva sala operativa, el juicio de los Cuadernos encara su recta final. La justicia federal se acerca a dar un veredicto histórico sobre una trama de corrupción que, según la fiscalía, operó durante más de una década y permeó las más altas esferas del poder y los negocios públicos. Información extraída del medio La17.




