La temporada navideña de 2024 cerró con un saldo magro para los comercios minoristas pymes de Argentina, que registraron un aumento de apenas el 1,3% en el volumen de ventas respecto a 2023.
Este leve repunto, en un contexto de presupuestos familiares ajustados, fue posible gracias a una ola de promociones y la reaparición del crédito al consumo, según la publicación de la Agencia Noticias Argentinas (NA) en su informe.
Crédito y promociones, los salvavidas del consumo
Con el 90% de los negocios implementando acciones especiales, la estrategia comercial se centró en atraer a un comprador cauteloso. El ticket promedio se estabilizó en $36.266, pero ocultó grandes diferencias. Rubros como calzado, con un promedio de $60.041, contrastaron con el de librerías ($34.484). La clave estuvo en las facilidades de pago: financiación de hasta 12 cuotas, descuentos por pago en efectivo (que en algunos casos llegaron al 50%) y el uso de bonos provinciales fueron los pilares que evitaron una caída mayor.
Ánimo dividido entre los comerciantes pymes
La percepción entre los dueños de los locales no fue unánime. Casi la mitad (45,9%) consideró que las ventas estuvieron a la altura de sus expectativas, mientras que un 32,7% las calificó como mejores o mucho mejores. Sin embargo, un 21,4% no logró cumplir sus metas, reflejando la desigualdad en el desempeño comercial. Esto evidencia un mercado donde la previsibilidad de precios fue un factor, pero la competencia y el canal de compra resultaron decisivos.
Rubros ganadores y perdedores de la Navidad
El informe sectorial revela dos caras opuestas de la moneda. Los ganadores: Perfumería lideró con un explosivo crecimiento del 27,8%, aprovechando una extensión del calendario de ofertas. Le siguieron Calzado y Marroquinería (+3,3%) e Indumentaria (+1,3%), rubros que respondieron bien al crédito. Los perdedores: Juguetería sufrió la mayor caída (-6,6%), golpeada por la competencia de canales de bajo costo. También retrocedieron Equipos de audio, video y celulares (-4%) y Librerías (-1,4%), a pesar de las compras anticipadas para el ciclo lectivo.
En definitiva, la Navidad comercial 2024 consolidó un patrón de consumo austero y selectivo. Los compradores priorizaron segmentos económicos y ofertas puntuales, obligando a los comercios a flexibilizar sus condiciones al máximo. Este resultado deja un panorama de estabilidad frágil para el sector minorista, que dependió en gran medida de herramientas financieras y comerciales externas para mantener el consumo a flote.




