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El gobierno argentino mejoró para los acreedores la oferta de reestructuración de la deuda reconociendo un valor de 50 dólares por lámina de 100 dólares de valor nominal y un cupón atado a las exportaciones aunque los bonistas han rechazado esa oferta y quieren cobrar más.

En un comunicado, el Palacio de Hacienda señaló que los acreedores «respondieron a la información provista por Argentina proponiendo ajustes (…) con los que Argentina no puede comprometerse de manera razonable, algunos de los cuales son ampliamente inconsistentes con el marco de sostenibilidad de deuda que necesita la República para restaurar la estabilidad macroeconómica y para avanzar con un programa con el FMI».

Más adelante, el gobierno puntualizó que «el proceso de negociación con nuestra comunidad inversora reveló que las demandas de los inversores a menudo divergen y no se pueden conciliar fácilmente. La República evaluará todas las opciones disponibles como parte de un proceso integral para restaurar la estabilidad macroeconómica».

El vencimiento de la invitación está programado para el viernes 19 de junio, si bien el gobierno no descartó la posibilidad de poder ampliar nuevamente ese plazo.

Por el lado de los acreedores, el grupo denominado Ad Hoc Bondholder Group dijo que «la Argentina rechazó una sostenible y sensata solución».

El grupo Ad Hoc -en un comunicado- afirmó que «dado el fracaso de las negociaciones de los tenedores de bonos, nuestro Grupo ahora está considerando todos los derechos y recursos disponibles en nuestro capacidad como fiduciarios para los millones de ahorradores que servimos alrededor del mundo».

El documento de Ad Hoc sostiene que «nuestra última y mejorada propuesta proporciona un amplio espacio fiscal para que Argentina implemente políticas responsables para abordar los desafíos económicos y sociales inmediatos que enfrenta Argentina, incluso en respuesta a la crisis de Covid-19, mientras que al mismo tiempo se preserva el derecho para los tenedores de bonos internacionales».

Según este grupo, la última oferta de Ad Hoc «proporcionó un alivio de unos 38 mil millones de dólares de flujo de efectivo, durante un período de 9 años, al tiempo que proporcionó otro alivio adicional de 23 mil millones de dólares de alivio de efectivo entre 2020-2023».

De acuerdo con el comunicado de Ad Hoc, la oferta incluyó reducciones de cupones con un promedio de 42%.

El grupo destacó también que «con los nuevos bonos emitidos bajo nuestra nueva propuesta se han extendido vencimientos en comparación con el stock de deuda existente, con un promedio de vencimientos de 12,7 años y sin pagos de amortización hasta 2025».

Otro grupo, en este caso el compuesto por ACC, Gramercy, Fintech y Oaktree – denominado «Grupo de titulares de bonos» o «BG»- dijo que su oferta «cumple con el marco de sostenibilidad de la deuda de Argentina».

Según BG, su oferta «utiliza los mismos bonos de salida que en la propuesta de Argentina y reduce el recorte al 1% en bonos globales y establece fechas de pago en enero y julio de cada año para todas las categorías de bonos».

Para los tenedores que acepten la oferta en primera instancia habrá incentivos como el acceso al primer bono de salida con vencimiento en 2030, una tarifa de incentivo adicional y un instrumento de recuperación de valor (VIR) equivalente a un cupón móvil atado al exceso de las exportaciones en un período de 5 años, tomando como base un monto exportado de 47.000 millones de dólares para 2020, ajustado al 1% anual.

Alberto Fernández canceló hoy su visita a la provincia de La Rioja, luego de que se confirmara el caso positivo en coronavirus del intendente de Lomas de Zamora, Martín Insaurralde, ya que algunos integrantes de la comitiva habían estado en contacto con el jefe comunal.

Así mismo, el jefe de Estado hizo referencia a la situación del Grupo Vicentin que fue intervenida esta semana por el gobierno.

«No estamos quitándole la empresa a nadie, estamos rescatando una empresa que, si sigue así, va a dejar de existir o va a quedar en manos de capitales que no son argentinos», afirmó el Presidente y apuntó: «La historia muestra que frente a la pandemia, el capital propio es muy importante».

Recomendó además comparar este tipo de decisiones, como las tomadas en los últimos días por «Alemania o cualquier país europeo» sobre el rescate de empresas en sus territorios.

«Esto no es un acto heroico, ni una epopeya; es un acto de racionalidad económica y de necesidad económica, que es garantizar que ese polo cerealero no se siga extranjerizando», advirtió.

«Rescate»

Consideró que en ese «rescate» de Vicentin «está gran parte de la producción argentina, de nuestras exportaciones y del futuro argentino» y garantizó: «Vamos a cuidarlo mucho».

El Presidente fue recibido por el gobernador de La Rioja, Ricardo Quintela, en el aeropuerto de la capital provincial, desde donde partieron luego hacia la Fábrica Hilado S.A., ubicada en el parque industrial de la capital provincial.

Con esta visita, Alberto Fernández retoma hoy su agenda federal, que lo llevará más tarde a Catamarca para recorrer fábricas y firmar convenios de obras públicas.

Participan de la comitiva los ministros del Interior, Eduardo de Pedro; de Desarrollo Territorial y Hábitat, María Eugenia Bielsa, y de Desarrollo Social, Daniel Arroyo; además de los secretarios General de la Presidencia, Julio Vitobello, y de Promoción Turística, Yanina Martínez.

El presidente Alberto Fernández dijo que la nueva oferta «no va a poner en riesgo la sostenibilidad de la deuda ni la economía argentina».

El Gobierno nacional ultima los detalles para terminar de confeccionar una enmienda a la propuesta efectuada originalmente a los acreedores, de manera de girarla a la comisión de valores de Estados Unidos (SEC) a más tardar el viernes, cuando vence el plazo vigente.

El presidente Alberto Fernández dijo que la nueva oferta «no va a poner en riesgo la sostenibilidad de la deuda ni la economía argentina».

«No quiero más que los argentinos, que los jubilados, estén padeciendo entre un aumento y pagar la deuda. No quiero vivir más en ese país», dijo el Presidente en declaraciones a Radio 10.

Ferández dijo que junto con el ministro Martín Guzmán van analizar el «detalle final» de la nueva propuesta.

«Está claro que la Argentina debe encontrar un acuerdo y está claro que los acreedores no aceptaron nuestra oferta y Argentina la va a mejorar», subrayó el jefe del Estado.

«Quiero ser franco, podría haber cerrado un acuerdo y dejar a mi gobierno trabajar en paz sin que haya que pagar mucho o nada, pero esta es la solución de Alberto Fernández; no es la solución de la Argentina. Lo que busco es que quien me suceda no tenga que cargar el muerto» porque -argumentó- «hay que pensar no solo en el día de hoy sino en el día después», agregó el mandatario.

Fuentes del mercado especulan con que Argentina, que se encuentra en default técnico desde el 22 de mayo pasado, extenderá el plazo otros diez días más con el objetivo de alcanzar un acuerdo con los acreedores.

Ese plazo de diez días es lo mínimo necesario que se requiere para procesar y ejecutar el ingreso a la nueva propuesta.

El ministro de Economía, Martín Guzmán, ya había anticipado la semana pasada que una vez realizada la enmienda el plazo para negociar el canje de la deuda, por casi 67.000 millones de dólares, debería volver a extenderse.

La presentación ante la SEC se dará casi con la publicación de nuevo decreto en el Boletín Oficial, con el que se oficializará formalmente la enmienda de la oferta argentina y de los nuevos plazos.

En ese marco la intención oficial es suscribir nuevos acuerdos de confidencialidad con los grupos de bonistas para dar lugar a una nueva ronda de negociaciones, en donde los acreedores tendrán la oportunidad de analizar la nueva propuesta en pos de alcanzar un acuerdo.

La oferta será modificada por el Gobierno en base a las recomendaciones que realizó el FMI el lunes de la semana pasada, organismo que respaldó la proposición argentina en la que consideró que había un pequeño margen para mejorarla, sin afectar los objetivos de sustentabilidad de la deuda.

En el Gobierno aseguran que es momento para una «propuesta definitiva», si bien podría tener alguna alteración mínima en base a la eventual sugerencia de acreedores, que tienen intereses muy diferentes entre sí y promueven cada uno distintos tipos de instrumentos y condiciones.

La última oferta del gobierno contempló la posibilidad de empezar a concretar pago a partir de 2022 -cuando inicialmente era en 2023-, y reducir en parte la quita en intereses, entre otras cuestiones.

En el mercado valuaban esa oferta más cerca de 40 centavos por dólar, mientras que la propuesta de los acreedores rondaría los 50 centavos por dólar en los títulos emitidos entre 2005 y 2010.

Las especulaciones de los analistas son que, con todo, la nueva versión de la oferta que presentará el gobierno argentino no superará los 50 centavos por dólar.

Desde el gobierno nacional se analiza la posibilidad de avanzar con una nueva y última ronda de negociaciones con los acreedores, antes de presentar la propuesta definitiva en el marco del proceso de reestructuración de deuda.

El Gobierno nacional analiza la posibilidad de avanzar con una nueva y última ronda de negociaciones con los acreedores, antes de presentar la propuesta definitiva en el marco del proceso de reestructuración de deuda que puso en marcha para canjear títulos emitidos bajo legislación internacional, por un monto estimado en alrededor de US$ 67.000 millones.

La decisión se tomó luego de que el Fondo Monetario Internacional (FMI) dijera que la oferta argentina «sería consistente con el restablecimiento de la sostenibilidad de la deuda con alta probabilidad», señalaron a Télam fuentes vinculadas con las negociaciones, en referencia al análisis técnico realizado por el organismo respecto de la propuesta presentada a los acreedores en las últimas semanas de mayo pasado.

El resultado de la evaluación del equipo que lidera Martín Guzmán podrá implicar nuevamente la suscripción de acuerdos de confidencialidad entre las partes, para continuar negociando dentro el lapso que tiene como fecha tope el 12 de junio próximo.

«Aún no firmamos ningún acuerdo de confidencialidad en esta etapa pero es muy probable que se haga, para dar lugar a una nueva ronda de interacción con los acreedores antes de presentar la última oferta», indicaron a Télam las mismas fuentes.

En el Gobierno analizaron que el pronunciamiento del FMI tuvo un fuerte impacto entre los acreedores.

Antes de este respaldo del organismo a la oferta argentina, algunos de esos tenedores se quejaban de que el análisis de sustentabilidad dado a conocer por el FMI en marzo pasado no representaba un apoyo concreto a la propuesta inicial presentada por el Gobierno a los acreedores.

En esa oportunidad, el FMI dijo que la Argentina necesitaría un «alivio sustancial» para sanear la deuda, con una quita de entre US$ 50.000 y US$ 85.000 millones.

El fuerte respaldo del Fondo Monetario explicitado el lunes pasado despejó las dudas de esos acreedores, a la vez que dispuso al Gobierno argentino para avanzar con una nueva revisión de su propuesta, que sería «marginal» a la propuesta presentada en mayo.

De esta forma, el objetivo del Gobierno ahora es intentar mejorar la propuesta en base a la recomendación del FMI, que respaldó la oferta argentina y advirtió que existía un escaso margen para mejorarla.

El ministro Guzmán, en un comunicado de prensa difundido luego de que el organismo multilateral diera a conocer el informe técnico, dijo: «Tendremos en cuenta el comunicado que hizo el FMI a la hora de decidir las enmiendas finales».

Y subrayó que «el margen que queda para enmendar la oferta es escaso, el mismo FMI dijo que está ‘marginalmente debajo’ del límite que permitiría restaurar la sostenibilidad de la deuda, que es el mandato que también nos dio el Congreso de la Nación cuando se aprobó la ley de restauración de la sostenibilidad de la deuda pública bajo ley extranjera».

En un documento enviado a la SEC, el organismo de contralor bursátil en EEUU, el Gobierno argentino expresó que «a la luz del pronunciamiento del equipo técnico del FMI del 1 de junio de 2020, la República evalúa ajustes adicionales a la invitación (a los acreedores) que podrían ser introducidas con una visión en pos de maximizar los ingresos el inversor sin comprometer los objetivos de sustentabilidad de la deuda», al anunciar de extender el plazo hasta el 12 de junio próximo.

Entre esas mejoras marginales, el Gobierno analiza diferentes variantes para cada grupo de acreedores.

En el menú de opciones posibles se encuentran desde la inclusión de algún instrumento contingente, que se activaría según la evolución de la actividad económica del país, hasta la capitalización de intereses que no serían abonados.

La última oferta incluye un período de gracia de sólo dos años (cuando inicialmente se ofrecieron tres años), una quita en los intereses inferior al 62% propuesto inicialmente, y una quita de capital promedio del 5,4%.

Además del plazo de gracia, las mejoras que permitieron un acercamiento con los acreedores consistieron en un mínimo ajuste a la suba de los cupones, y la inclusión de algún título intermedio para que los inversores tengan una mayor variedad en la curva de vencimientos del país.

A mediados de semana, en declaraciones radiales, el representante ante el FMI, Sergio Chodos, se mostró optimista respecto de la evolución de las conversaciones.

«No soy pesimista, hay como un proceso de curvas que se van acercando lentamente. Creo que la Argentina podría mover un poquito más la última oferta», dijo el funcionario a la FM Rck & Pop.

Por el lado de los bonistas, en tono negociador, señalaron públicamente que sus propuestas se ajustan a lo requerido con el FMI, con «un alivio de alrededor de US$ 35.000 millones en bonos elegibles».

Esta posición fue hecha pública por el comité compuesto por dos grupos de acreedores: Ad Hoc Bondholder, representado por White & Case LLP, donde se encuentran algunos de los principales tenedores de bonos del país, como BlackRock, Ashmore Group y Fidelity Investments; y el grupo Exchange Bondholder, que incluye a Monarch Alternative Capital LP, HBK Capital Management y VR Capital Group, y Greylock.

Asimismo, el asesor legal del grupo de acreedores que más bonos tiene de los canjes 2005 y 2010, Dennis Hranitzky, del estudio Quinn Emanuel Urquhart & Sullivan, dijo que «las partes no están tan lejos, quizás el 1.5% del PBI se extendió en 20 años, y el FMI reconoce que hay espacio para que Argentina mejore su oferta».

Las fuentes consultadas por Télam dijeron que el Gobierno tiene detectados a alrededor del 40% del total de los acreedores, y que el 60% se desconoce quiénes son.

Respecto de estos últimos, la idea es que se mantienen expectante a la aparición de «la última oferta definitiva».

Las fuentes recordaron que, en el canje de 2005, se había producido algo similar, cuando representantes de acreedores como Adam Lerrik o incluso el propio Hans Humes, que también negocian la reestructuración actual, decían que no iban a ingresar, y luego entraron.

«Habrá que esperar hasta el final para saber el resultado», deslizó una de las fuentes consultadas por Télam.

En medio de esta situación, la Argentina ingresó en un default técnico que los acreedores estiman que sería de «corto» plazo, en base a la expectativa de acuerdo existente.

Los pronósticos respecto de la posibilidad de llegar a buen puerto tampoco impidieron que se activen esta semana los seguros contra default del país, según la decisión de un comité internacional de fondos y bancos de inversión, que subastará en breve contratos emitidos por un valor de US$ 1.400 millones.

La propuesta del Ministerio de Economía básicamente implica una reducción del período de gracia desde los 3 años ofrecidos inicialmente a 2, con una muy leve mejora en el pago de intereses.

La Argentina mejoró la oferta y encendió un renovado optimismo en torno a un acercamiento con los acreedores, por lo que los operadores y analistas comenzaron a procesar los últimos pasos oficiales que, presagian, extenderán los plazos para continuar con las negociaciones.

Los bonos en dólares mostraban saltos de hasta más de 3% pasado el mediodía, luego de procesar el comunicado oficial divulgado el jueves por la noche que revelaba una mejora en la propuesta oficial para los acreedores.

La propuesta del Ministerio de Economía básicamente implica una reducción del período de gracia desde los 3 años ofrecidos inicialmente a 2 años y con una muy leve mejora en el pago de intereses.

Es decir, la Argentina podría comenzar a desembolsar pagos a los acreedores privados a partir del 2022 y no del 2023, como estipulada la oferta presentada en abril a la Comisión de Valores de Estados Unidos.

Nos hemos acercado, pero aún hay un camino importante por recorrer”

MARTÍN GUZMÁN

«Nos hemos acercado pero aún hay un camino importante por recorrer», afirmó el jueves por la noche el ministro de Economía, Martín Guzmán, a través de un comunicado de prensa, en referencia a las negociaciones durante esta prórroga de la operación, que vence el próximo martes 2 de junio.

Argentina y sus asesores «pretenden continuar con las discusiones con los inversores para promover una reestructuración de deuda que contribuya significativamente a estabilizar la situación económica actual, a mitigar las restricciones a mediano y largo plazo sobre la economía de Argentina creadas por su actual carga de deuda, y a orientar la trayectoria económica del país hacia el crecimiento de largo plazo», señaló el Palacio de Hacienda.

Esa declaración fue lo que alimentó las especulaciones sobre una nueva prórroga para achicar aún más los márgenes y poder alcanzar un acuerdo.

Guzmán precisó también que de los tres grupos de inversores más fuertes del país, «el grupo de acreedores llamado Ad Hoc se movió en la dirección correcta con respecto a su oferta previa, pero el movimiento fue corto, insuficiente para las necesidades del país», y que «al día de hoy son quienes tienen una posición más alejada de las restricciones que enfrenta nuestro país».

Del resto, Guzmán prefirió no dar más detalles, debido a que aún se mantienen vigentes algunos acuerdos de confidencialidad rubricados con los distintos acreedores.

El grupo Ad Hoc Bondholder, representado por White & Case LLP, y otro grupo, Exchange Bondholder, presentaron conjuntamente una propuesta que se enfoca en proporcionar al país alivio de flujo de efectivo de más de US$ 36 mil millones durante nueve años, revelaron ayer en un comunicado.

Aquí se encuentran algunos de los principales tenedores de bonos del país, como BlackRock, Ashmore Group y Fidelity Investments.

El segundo grupo mencionado incluye Monarch Alternative Capital LP, HBK Capital Management y VR Capital Group, y Greylock, entre otros grandes fondos internacionales.

Este último fondo tiene como referencia principal a Hans Humes, quien en el pasado ingresó al canje de deuda del 2010, y quien hoy muestra una actitud conciliadora, aunque aún con diferencias.

Qué implica la propuesta

En el mercado comenzaron a calcular los números según esta propuesta y la ubican con un valor de recupero de 53 dólares, lo que significa una distancia de 8 dólares, respecto a la mejor estimación del mercado sobre la propuesta oficial, que es de alrededor de 45 dólares en esta cuestión.

Este valor tiene que ver con los supuestos implícitos de lo que se supone sería la «exit yield» (tasa de rendimiento de salida) de los bonos nuevos que coticen en el mercado, que para los bancos de inversión es mayor a 10% o incluso más.

Eso, supone un valor de recupero menor al previsto por el Gobierno, de apenas 41 dólares en el peor de los pronósticos, como es el caso de Morgan Stanley, según los últimos números presentados este viernes.

Todo esto motivó la idea de que las puntas están más cerca y que se mantiene la voluntad de las partes de alcanzar un acuerdo, aunque «aún no se vislumbra el final del juego».

En tanto, la Argentina se mantiene en una suerte de «default técnico», al no haber cumplido con el pago del vencimiento de 503 millones de dólares cuyo plazo de gracia venció el 22 de mayo.

Mientras busca alcanzar un acuerdo por la totalidad de la deuda bajo ley extranjera por alrededor de US$ 66.000 millones.

Al respecto, Humes había vaticinado que la Argentina ingresaría en una especie de default corto, hace una semana, debido a la voluntad manifiesta de las partes de alcanzar un acuerdo.
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Se trata del comité Exchange Bondholders Group, que informó la firma del convenio para entablar negociaciones con el Ministerio de Economía sobre la reestructuración de la deuda.

El Exchange Bondholder Group confirmó que el gobierno argentino invitó a los acreedores afirmar un convenio de “confidencialidad” con la finalidad de continuar con las negociaciones sobre la reestructuración de la deuda, luego de que el Ministerio de Economía extendiera el plazo límite para seguir negociando al 2 de junio.

En un comunicado el Exchange Bondholder Group, uno de los tres comités de fondos que poseen deuda bajo jurisdicción extranjera, afirmó que otros representantes de grupos acreedores también han firmado el acuerdo de confidencialidad “con el mismo propósito” de seguir negociando.

Además, el comité sostuvo que “contrariamente a los comentarios de fuentes no identificadas en los medios argentinos, el Grupo de titulares de bonos de Exchange sigue comprometido con la propuesta de reestructuración integral que presentó a Argentina el 15 de mayo de 2020”.

En ese sentido, el grupo de acreedores indicó que su propuesta “proporciona un alivio significativo de la deuda a Argentina”, y agrega que también brinda una “estructura de deuda sostenible para Argentina con respecto a los Bonos de Cambio, y representa un compromiso de buena fe al tiempo que protege los derechos clave de los Titulares de Bonos de Cambio bajo el Contrato 2005”.

Puntualmente, en la contrapropuesta, este comité de acreedores propuso tres bonos 2033, 2040 y un cupón ligado al PBI. En tanto que valor presente estaría en 58 centavos por dólar con un margen de 52 a 55 centavos, algo que aún está lejos de los 38 a 48 centavos que Martín Guzmán está dispuesto a aceptar.

El Exchange Bondholder Group está integrado por 18 instituciones de inversión y colectivamente posee más del 15% de los bonos de cambio en circulación emitidos por Argentina bajo legislación de 2005 y de canje de 2010. En otros fondos están HBK Investments, Monarch Alternative Capital LP, Oaktree Capital Management, L.P., Pharo Management (UK) LLP, Redwood Capital Management, LLC y VR Capital Group, y colectivamente poseen “casi $ 4 mil millones en bonos emitidos por la Argentina”.

Tal como adelantó Ámbito el jueves pasado, el gobierno oficializó la prórroga del plazo de negociación con los acreedores externos, lo que lleva a la fecha límite para alcanzar un acuerdo al 2 de junio. En esta nueva instancia ambas partes consideran que se ingresó en una fase de definición en las que se espera acercar las posiciones para lograr un acuerdo sostenible.

El miércoles pasado, el fondo Blackrock, liderado por Larry Flink y uno de los más ásperos en la negociación, flexibilizó su postura y aseguró que está dispuesto a aceptar entre 50 y 55 centavos de dólar, contra los 60 centavos que planteó inicialmente, lo que también lo deja bastante más cerca de las posibilidades reales de la Argentina.

El ministro de Economía, Martín Guzmán, afirmó hoy que las negociaciones con los acreedores «continuarán» y reconoció que existen «grandes posibilidades de que el deadline sea extendido» más allá del viernes, cuando vence el plazo para que los bonistas informen si aceptan la propuesta argentina.

«Las negociaciones continuarán, necesitamos una resolución ordenada, lo que necesitamos es un acuerdo sustentable», dijo Guzmán al participar por teleconferencia de un encuentro virtual organizado por la Cámara de Comercio de los EEUU en la Argentina, junto al US Argentina Business Council.

Ante un auditorio conformado por representantes de empresas estadounidenses con intereses en el país, Guzmán reconoció que «se ve valor en las ofertas» presentadas recientemente por los acreedores, que permiten acercar las puntas de la negociación, por lo que consideró que «hay grandes chances de que la fecha límite sea extendida»,

El próximo 22 de mayo vence el nuevo plazo que fijo el gobierno para aceptar la oferta para canjear 67.000 de dólares en deuda emitida bajo ley extranjera. Tras haber alcanzado poca participación en el primer llamado, que caducó el 8 de mayo pasado, la Argentina extendió el plazo de la oferta y logró que los acreedores presenten tres contra ofertas, con el objetivo de que se acerquen un poco más a la propuesta oficial.

También el próximo 22 es la fecha límite para pagar vencimientos por 503 millones de dólares de bonos con legislación extranjera, que originalmente debían ser abonados el 22 de abril pasado, lo que puede determinar una situación de default para el país.

«La fecha del 22 de mayo es anecdótica; estamos en un proceso de negociación para alcanzar un acuerdo. Y nuestro acceso al financiamiento se perdió», sostuvo Guzman al ser consultado por el vencimiento en cuestión.

Sea cual sea el resultado del viernes, según la opinión de especialistas y de funcionarios relacionados con el tema deuda, el próximo viernes se produciría un default técnico, debido a la imposibilidad de la Argentina de procesar la operación en el cortísimo plazo.

«El acuerdo tiene que ser exitoso para darle a la argentina las condiciones para volverla de pie», dijo Guzmán, quien recalcó que «la Argentina no puede tener condiciones diferentes que no conduzcan al crecimiento económico».

La conferencia virtual fue moderada por Neil Herrington, vicepresidente senior de la US Chamber of Commerce, y contó con la presencia de Alejandro Díaz,CEO Amcham Argentina, entre otros.

En ese marco, Díaz expresó «un fuerte apoyo al proceso» de reestructuración de deuda de la Argentina, y dijo que espera que «una saludable y balanceada negociación consolide un desarrollo de largo plazo» en el país.

Guzmán, quien fue antecedido por el embajador en los Estados Unidos, Jorge Argüello,

repasó la herencia económica de recesión con inflación y virtual default, y enumeró las acciones que tomó el Gobierno en los primeros cinco meses de gestión.

Respecto de la gestión de Mauricio Macri, consideró que «no fue suficiente para restablecer la confianza en el país» la reducción de deficit fiscal primario, ni el acuerdo rubricado con el FMI, entre otras medidas que enumeró, para atraer inversiones y un crecimiento con baja inflación.

«La Argentina registra una larga historia de booms y quiebras», repasó Guzmán, enfocándose en la debilidad estructural de las exportaciones para el crecimiento sostenido, que «hace 8 años que están estancadas».

A su turno, Isabel Quiroz, de la US Argentina Business Council, inauguró el tramo de las preguntas con una consulta específica sobre «los planes del Gobierno para financiar el déficit fiscal, dadas las restricciones de los mercados».

Guzmán remarcó que » para nosotros el deficit fiscal es una variable crucial» y, si bien reconoció que el coronavirus empeoró la situación de «paciente enfermo» en la que se encontraba la Argentina, indicó que parte de este déficit se está financiando con el mercado de pesos», que el Gobierno comenzó a revitalizar.

«Es insuficiente, pero se necesita tiempo, eso no se hace de un día para el otro» , consideró, al tiempo que remarcó la necesidad de «consistencia de medidas para restaurar la confianza» de los inversores en el país.

Argentina enfrenta una dura puja con acreedores privados tras presentar una oferta de reestructuración de su deuda con fuerte quita de capital e intereses y tres años de gracia, para la que espera suficientes adhesiones de manera de evitar caer en un nuevo default.

En el marco de esa negociación, el gobierno de Alberto Fernández incumplió el miércoles el vencimiento de intereses de tres bonos por unos US$ 500 millones, al valerse del período de gracia para regularizar el pago antes del 22 de mayo. Si no, caerá en default.

¿Argentina está dispuesta a evitar la moratoria?

Fernández ha manifestado la voluntad del país de pagar, pero no antes de reactivar la economía. Argentina está en recesión desde el 2018, con 35% de pobreza y más de 50% de inflación. Se prevé ua agravamiento de la crisis tras la cuarentena impuesta desde el 20 de marzo para combatir el Covid-19.

La oferta de reestructuración de deuda por US$ 66,238 millones en bonos emitidos bajo ley extranjera, oficializada el martes ante la Comisión de Valores de Nueva York, contempla una quita de 62% sobre los intereses (US$ 37,900 millones) y 5.4% sobre el capital (US$ 3,600 millones) a pagar a partir del 2023.

Los acreedores tienen hasta el 8 de mayo para adherir a la oferta de Argentina, que contará con otros 15 días para regularizar los US$ 500 millones no pagados el miércoles.

Según el economista y consultor Pablo Tigani, hubo resignación entre banqueros de Wall Street ante la propuesta argentina, mientras que los más reticentes son los fondos de inversión, algunos de los cuales ya manifestaron su rechazo a la propuesta.

«Salvo esos fondos, entre los cuales hay muchos argentinos, que tampoco está definido que no vayan a aceptar la oferta, en general la respuesta es que no les queda otra (opción) que aceptarla», dijo Tigani. Quienes no adhieran podrían litigar como sucedió en la salida del default del 2001.

El ministro de Economía, Martín Guzmán, ratificó que la realizada es la única oferta posible, y Fernández sostuvo que sin capacidad de pago, Argentina “ya está en virtual default”.

Argentina prepara también un nuevo programa con el FMI, al que adeuda US$ 44,000 millones, y postergó hasta el 2021 los vencimientos de la deuda emitida en dólares bajo ley argentina por unos US$ 9,800 millones.

¿Reestructurar o ir al default?

Si la tercera economía de América Latina entra en moratoria, no tendrá más acceso a los mercados de capitales.

La reestructuración de deuda “implicará pérdidas significativas para los inversores y de ser aceptada daría al gobierno varios años de flexibilidad fiscal”, estimó Gabriel Torres, de la agencia Moody’s.

Advirtió que «dado su alto nivel de deuda, Argentina deberá desarrollar un plan fiscal económico y viable a mediano plazo para poder volver a los mercados una vez que el período de gracia para el pago de la deuda finalice».

Un documento de la Conferencia de Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (Unctad) difundido el jueves señala que la oferta de Argentina a los acreedores se rige sobre principios “esenciales para asegurar que el mundo en desarrollo pueda salir del peso de una deuda insostenible, de una vez y para siempre”.

Fuente: Gestion.pe

El acuerdo de reestructuración de deuda que Argentina eventualmente alcance con sus acreedores privados deberá reconocer que el país no tiene «margen para pago de deuda en moneda extranjera en corto y mediano plazo», planteó el Fondo Monetario Internacional (FMI) en un comunicado. El organismo les pidió a los bonistas que colaboren en un alivio de hasta 85.000 millones en la deuda pública.

El organismo, que negocia con el país sudamericano el pago de un crédito por 44.000 millones de dólares, dijo que después de una expansión fiscal que realizó el Gobierno para enfrentar la pandemia del coronavirus, prevé que Argentina registre un superávit fiscal primario de 0,8% del PIB en 2023 y un 1,3% del PIB en el largo plazo.

«El riesgo principal a corto plazo se relaciona con un impacto negativo más fuerte y prolongado de lo previsto de la pandemia del coronavirus, con efectos aún más adversos sobre la economía global y la Argentina», dijo el FMI.

En medio de la expansión del coronavirus en el mundo, Argentina busca renegociar unos 70.000 millones de dólares en bonos que están en manos de acreedores privados. El Gobierno preveía completar la reestructuración para el 31 de marzo, aunque el ministro de Economía, Martín Guzmán, dijo a Reuters que la fecha es flexible y podría demorarse «por una cuestión de días». Guzmán, presentó a las 16 a través de una teleconferencia su plan económico para dar sostenibilidad al pago de la deuda.

La directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva, dijo el viernes que el país necesitará un «alivio substancial» por parte de los tenedores de bonos. Según el informe de la misión técnica del FMI que viajó a Buenos Aires, dependiendo del escenario que se dé, el alivio en el peso de la deuda en moneda extranjera que será necesario es de entre 55.000 millones de dólares y 85.000 millones durante la próxima década.

«Alentamos a un proceso de negociación colaborativo entre Argentina y sus acreedores privados con el objetivo de alcanzar un acuerdo que conlleve una alta participación», dijo la funcionaria en un comunicado.

Tras la reunión con representantes del Ejecutivo provincial, la titular de la Asociación de Magistrados señaló que el gobierno de Chubut considera que la única alternativa para salir de la crisis es el reperfilamiento de la deuda.

En torno a la difícil situación económica que atraviesa Chubut, la responsable de la Asociación de Magistrados, Carina Estefania analizó la reunión que mantuvieron con el gobernador, Mariano Arcioni, el ministro de Economía, Oscar Antonena y el ministro de gobierno, José María Grazzini.

“La postura del gobierno es considerar que la única alternativa para salir de la crisis es el reperfilamiento de la deuda. Y ya sabemos que esa medida no depende únicamente de ellos sino de la voluntad de los acreedores”, explicó Estefania en el aire del programa A Tiempo en Verano.

“No hay otra alternativa, por lo menos ellos no la manifiestan, ni la tienen. Entendemos que hacen una buena evaluación de la situación, pero la dificultad se representa cuando deben señalar cuales son las soluciones a este diagnóstico”, agregó.

Sobre los temas que se trataron en el encuentro la titular de la asociación destacó que la charla fue “positiva”, y que se le hizo saber al gobernador cuales eran los intereses y los reclamos que se les iban a realizar en esta situación de crisis y cuáles son sus expectativas sobre las posibles respuestas que esperan del poder Ejecutivo.

“El Gobernador y el ministro de Economía nos hicieron saber cuál era la situación financiera en términos generales. Hicieron hincapié en la posibilidad de reperfilar la deuda externa, que es la que se lleva gran parte de la recaudación de la provincia de Chubut”.

Acerca del paquete de medidas que el gobierno intenta aprobar en la legislatura, Estefania señaló: “Les hicimos saber que no se había remitido toda la información en cuanto a cuál sería el impacto de las medidas tomadas en la economía provincial. Sobre el proyecto de retiro voluntario defendimos la idea de que debíamos ser muy cuidados con la caja de jubilaciones de la provincia porque en la medida de que las personas que se retiren y pasen a percibir sus haberes como jubilados podría generar un problema”.