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Desde el 20 de marzo y por 30 días, los precios de alimentos de la canasta básica, bebidas, artículos de higiene personal y limpieza mantendrán, como máximo, el precio que tenían al 6 de marzo pasado. Esto aplica para hipermercados, supermercados minoristas y mayoristas, minimercados, almacenes y autoservicios.

¿Qué es Precios máximos?

Es una de las medidas tomadas por el Gobierno Nacional para garantizar el abastecimiento y controlar el abuso de precios durante la emergencia sanitaria por el coronavirus.

Mediante la resolución 100/2020 estos productos mantendrán el valor que cada comercializadora informó al Sistema Electrónico de Publicidad de Precios Argentinos (SEPA) el 6 de marzo.

¿Qué significa que sean precios de referencia?

Sirven de parámetro para comparar con otros productos y así saber cuánto cuestan los de consumo masivo.

Los datos corresponden al segundo semestre de 2019. La cifra muestra un cremiento de 3,5 puntos porcentuales con relación al mismo período de 2018.

El Gobierno de Mauricio Macri se despidió con una pobreza del 35,5%, lo que representa un aumento de 3,5 puntos porcentuales con relación al mismo período de 2018, informó este miércoles el INDEC.

La medición que realiza el INDEC sobre la pobreza e indigencia se basa en los ingresos mínimos que requiere una persona para adquirir los productos que componen la Canasta Básica Alimentaria (CBA) y productos y servicios de la Canasta Básica Total (CBT).

egún los registros que realiza el Observatorio de Economía de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional de la Patagonia S.J.B, en tres años el precio de la canasta básica total de Comodoro Rivadavia se elevó a más del doble de su valor, al compararse informes de marzo de 2017 contra la última actualización, divulgada esta semana: desde un monto de 26.565 pesos, subió a 57.608 pesos con datos basados en el IPC de enero, aunque al actualizar el IPC de febrero se iría a 59.000.

Los datos surgen de la comparación entre informes periódicos que realiza el mencionado observatorio, que integran, entre los otros, los docentes César Herrera y Alejandro Jones.

Este último fue quien dio a conocer los valores que surgen del Indice de Precios al Consumidor acumulado en los últimos 11 meses, para una familia compuesta por cuatro integrantes, con dos adultos y dos adolescentes, ubicando ese valor en 57.608 pesos.

La Canasta Básica Total se compone de alimentos y servicios, aunque el deterioro en el poder adquisitivo de salarios hace crecer la incidencia del gasto en alimentos, reduciendo lo destinado a otros fines, como pueden ser indumentaria, educación y esparcimiento.

En marzo de 2017, el Observatorio registraba un costo que puede resumirse en las siguientes referencias: mientras una familia de 3 integrantes necesitaba 20.977,42 pesos por mes, un hogar de 4 integrantes requería 26.565,67 pesos. Para 5 miembros, la C.B.T ascendía 28.680,50.

Según los valores de ese momento, un adulto necesitaba 2.914,34 por mes para no caer por debajo de la línea de indigencia, equivalente a 100 pesos diarios sólo para alimentarse, ya que ese valor correspondía a la canasta básica alimentaria. Si se toman en cuenta los valores actualizados para marzo de 2020, la cifra diaria se duplica fácilmente, superando los 200 pesos diarios por persona.

Discusiones salariales

Los datos sobre el costo de vida en la ciudad o la región patagónica en su conjunto dan marco a las discusiones paritarias que comienzan en diversos sectores, donde la pulseada estará dada entre la inquietud del gobierno nacional, para que se discuta en base a sumas fijas, frene a la opción de las cláusulas de ajuste por inflación, como se había dado hasta fines del año pasado.

El propio presidente Alberto Fernández no ignora que el tema de los precios es uno de los de mayor gravedad en el complejo escenario actual: lo expresó el miércoles, en un foro plagado de los principales empresarios del país, entre quienes apuntó a los formadores de precios de alimentos, para requerirles responsabilidad: “no hay presión del dólar, ni aumento de tarifas y seguimos bajando las tasas de interés”, planteó ante esa selecta audiencia, con la expectativa de que los indicadores inflacionarios empiecen a ceder en una carrera en la que los ingresos salariales pierden largamente.

Cuando esta semana se conozcan los nuevos datos del IPC febrero, sumado a las mediciones sucesivas, se podrá verificar si ese mensaje fue asimilado o si pasó de largo.

Un producto y la mitad de otro…

Los precios de los alimentos se aceleraron especialmente en los últimos dos años, con una inflación que supera el 100 por ciento entre ambos períodos, con una fuerte incidencia en la canasta alimentaria. Esto es notable a partir de los datos oficiales del INDEC, que en febrero de 2018 registraba un kilo de pan francés a 41,85 pesos en la Patagonia, pasando a 70,83 en igual período del año pasado y elevándose a 111,71 el mes pasado.

La carne picada común, que hace dos años presentaba un valor de 98,77 para la región patagónica (vale recordar que Comodoro Rivadavia presenta valores más altos que el promedio de la región), el mes pasado se ubicó en 252,91, más de un 150 por ciento de incremento.

Similar evolución se da para la mayoría de los productos esenciales para la alimentación. Un litro de leche en sachet, que valía 25,79 hace dos años, en la medición divulgada en febrero se ubicó en 62,83. Un kilo de pollo, sobre la pieza entera, saltó en dos años desde 46,42 pesos hasta los 120 pesos divulgados el mes pasado.

El azúcar, que registraba 24,61 pesos en febrero 2018, midió 55,51 pesos el mes pasado. La harina de trigo común, que costaba 13,52 hace dos años, registró 45,35 pesos en la última medición.

Los fideos secos (cual bolsillo asalariado), tipo guiseros, saltaron desde 22,81 pesos a 59,26. El arroz, que hace dos años se conseguía por 27,88 pesos, en febrero cotizó un promedio de 70,15 pesos. La papa no es la excepción: de 21,91 pesos, saltó a 39,66 en enero último.
Los huevos de gallina subieron desde 45 pesos por docena, según el IPC patagónico de hace dos años, a los a 105,86 pesos registrados el mes pasado. No es una metáfora popular, sino una simple cuenta matemática: en dos años, puede decirse, sin temor a equivocaciones, que el precio del producto avícola se incrementó exactamente en un huevo más… y la mitad del otro.

El Ministerio de Agricultura, Ganadería, Industria y Comercio, a cargo de Leandro Cavaco, rubricó el acuerdo de precios sobre útiles escolares y productos básicos para el inicio del ciclo lectivo 2020 con más de 17 librerías de Rawson, Comodoro Rivadavia, Trelew, Esquel, Puerto Madryn, Sarmiento, Rada Tilly y Cholila.

El acuerdo incluye más de 20 productos y se extiende hasta el 20 de Marzo. “Estamos celebrando un nuevo acuerdo por la vuelta al cole, es un gran esfuerzo que se realiza desde el sector mancomunado con el aporte del Estado. Es uno más de los acuerdos que venimos celebrando para cada fecha que lo amerita”, indicó el ministro.

“El objetivo es hacer más llevadera la vuelta al colegio, tener un precio más accesible para llegar a la mayor población posible”, añadió. Se trata de 21 productos básicos de la canasta escolar que costará en promedio $1.200.

En este sentido, Cavaco destacó el programa vigente de 15% de descuentos en supermercados para jubilados, pensionados, beneficiarios de tarjetas sociales y agentes estatales.

Controles

En tanto, la Secretaría de Trabajo, a través de la Dirección de Defensa del Consumidor, se encarga de auditar estos convenios y los precios cuidados.

“Es un trabajo en conjunto. Desde el Ministerio cuando se reciben denuncias se actúa para poder solucionarlo” y agregó que “estos convenios a pesar que terminan en el compromiso con la provincia, continúan porque beneficia al sector y aporta al cuidado del bolsillo del consumidor”.

Asimismo, adelantó que los próximos acuerdos serán con pescaderías, en Semana Santa y la renovación del programa del 15% de descuento en compras de supermercados para agentes estatales.

El economista y consultor Orlando Ferreres calculó que la inflación “va a bajar”. En enero y febrero se ubicaría entre “2,5% y 2,7%”, mientras analizó que es “posible” encontrar una “solución” para la deuda para fines de marzo.

Muchos analistas señalan la crisis financiera de los años 2007 y 2008 como la peor desde la década del 30. Pero se trata de algo más complejo: es una nueva crisis del capitalismo, económica, ecológica, política y “del cuidado”.

“Va a bajar la inflación. Para enero, calculamos que un 2,5% ó 2,7% y para febrero, posiblemente, lo mismo. No esperamos ningún aumento importante”, estimó.

Sin embargo, advirtió que “el tema es cuando empiecen a vencer los plazos de congelamientos”.

“Cuando empiecen a aparecer esos aumentos, puede venir una inflación y, encima, la cantidad de dinero aumentó más que en otros años durante diciembre y enero. Ahora tendría que venir una reducción en esa cantidad de dinero y estamos esperando la última semana de enero para ver si se reduce”, evaluó.

De ese modo, alertó que “es un tema peligroso porque con mucha cantidad de dinero es difícil que baje la inflación”.

Con relación a la deuda, consideró que “es posible encontrar la solución para el 31 de marzo y que, de ahí en adelante, comiencen otros programas que puedan dar un poco de crecimiento económico”.

“Con todos los impuestos adicionales que hay, va a ser difícil que la gente pueda gastar dinero”, apuntó y aseguró que “está gastando menos y eso es un tema que complica mucho la actividad económica”.

Para Ferreres, es probable que el Gobierno resuelva las negociaciones de la deuda para fines de marzo porque “no está tan dispersa la cantidad de deudores de la deuda pública argentina”.

“Son fondos de inversión y es mucho más fácil poder hablar y adecuarse con ellos”, confió y puntualizó: “Los bonistas prefieren quitas de intereses y no de capital”.

“Tiene que ser una quita importante de forma tal que la proyección del futuro del sector externo dé bien y pueda ser pagado con reservas y generación de exportaciones. Es lo típico de cualquier concurso privado”, enfatizó.

Asimismo, subrayó que: “Tenemos que pagar la deuda para lo cual hemos apretado con impuestos a distintos sectores de la clase media”.

Al ser consultado respecto del tipo de cambio, sostuvo –según publica Ámbito– que “hay que moverlo porque a ese dolar bajo se aplican los derechos de exportación”. Afirmó que ello “va a traer problemas con el campo” y argumentó: “Creo que eso va a tener que empezar a moverse. Ya hay prevista una huelga de comercialización del campo que van empezar a sentirse sus efectos en la medida en que se prolongue”.

La asociación Consumidores Libres informó que el costo de la canasta de alimentos que elabora aumentó 4,1% en diciembre y acumuló en el año pasado un incremento del 63,3%.

El incremento anual se ubica así casi diez puntos porcentuales por encima de la estimación del 53%, que daría el indicador anual del Indice de Precios al Consumidor elaborado por el INDEC.

El organismo oficial dará a conocer el 15 de enero próximo la estimación de diciembre y el índice anual de inflación, que para las principales consultoras privadas se ubicaría por encima del 4%.

Consumidores Libres, la entidad que lidera Héctor Polino, elabora mensualmente una canasta básica con 28 alimentos esenciales, cuyos precios se basan en un relevamiento de los principales supermercados de la Capital y centros de abastecimientos de los barrios porteños de La Boca, Caballito, Liniers y Pompeya.

Polino informó en un comunicado que entre los productos que más subieron su precio en todo el año pasado figuraron las salchichas tipo viena (101,5%), tomate perita (100,4%), aguas minerales (95,3%), yerba (93,4%), banana (92,4%), carnaza (90,9%), asado (88,8%), falda (86,5%) y mermeladas (85,4%).

Por encima del nivel general aumentaron también los precios de la carne picada común (77,4%), paleta (76,6%), manteca (76,1%), bola de lomo (75,3%), detergentes (68,7%), acelga (65%) y queso por salud (63,5%).

La calma del dólar que tuvo lugar durante octubre en un contexto de controles cambiarios colaboró con la desaceleración del ritmo de suba de precios. Según consultoras privadas, que por estas horas ajustan sus estimaciones finales con los últimos datos, el mes pasado tuvo una inflación cercana al 4%, una caída respecto al 5,9% de septiembre aunque todavía en los niveles más altos del año.

Octubre no tuvo aumentos pronunciados puntuales, pero contó con un efecto «arrastre» del pico inflacionario de septiembre que dejó una base alta de suba de precios. Según la consultora Elypsis, la inflación total del mes fue de 3,9% y de 3,6% si se toma en cuenta solo el valor de los alimentos.

«Los precios subieron 0,3% entre el lunes 28 y el jueves 31. El 7,1% de los precios relevados tuvieron aumentos. Hubo subas y también reducciones en la medida que el tipo de cambio se deslizó hacia abajo lunes y martes, pero sobre el jueves muchos volvieron a ajustarse. Igual, eso amortiguó la inflación sobre fin de mes y estaría permitiendo finalizar octubre levemente abajo de 4%», explicó un informe de esa consultora.

Para el IPC Bahía Blanca, una medición privada que se centra solamente en la evolución de costos de esa ciudad bonaerense, los precios aumentaron a ritmo de 3,94%. En este muestreo se destacaron los alimentos (4,43%), transporte y comunicaciones (4%) y esparcimiento (9%).

Otras estimaciones privadas son incluso más elevadas. Para FIEL, por ejemplo, el IPC de octubre estará cómodamente por encima de 4%. «Nuestro resultado preliminar es de de 3,7 o 3,8% en la Ciudad de Buenos Aires A nivel nacional hay que estimar 4,2 a 4,4% por la diferencia de canastas que hay, con más bienes. La última semana vimos muchos aumentos», explicó a TN.com.ar Juan Luis Bour, economista de ese centro de estudios.

Por su parte, Ecolatina proyectó 4,5% para octubre. «Si bien este dato muestra una desaceleración respecto al pico alcanzado en septiembre, se mantiene todavía en niveles elevados. De hecho, los precios acumularon un alza de 42,6% en los primeros diez meses del año y de 51,6% con respecto a igual mes del 2018», informó la consultora.

En general, los economistas creen que no hay mucho espacio para un proceso de desinflación hasta que termine el 2019. Para Federico Moll, de Ecolatina, es difícil que el Índice de Precios al Consumidor «perfore el 3% mensual en lo que queda del año».

Para Elypsis, por su parte, «como se anticipan aumentos en diversos bienes y servicios en los próximos días, sostenemos la proyección de inflación noviembre en 4,5%. Para diciembre, en la medida que persistan los controles actuales y la incidencia del dólar blue y CCL se mantenga acotada, la inflación debería estar en niveles similares (4,5%)».

La transición entre el Gobierno actual y el próximo a partir del 10 de diciembre estará enmarcada en subas de precios en rubros sensibles para el bolsillo, como alimentos, combustibles, tarifas y medicina prepaga. Algunas de esas subas ya comenzaron y otras tendrán lugar en los primeros días de mandato del Frente de Todos en la Casa Rosada.

La nómina de artículos de la canasta básica que integraba el programa de Productos Esenciales pasará a formar parte del listado de los que componen el programa Precios Cuidados, al menos hasta el 7 de enero, informó hoy el Ministerio de Producción y Trabajo.

Las categorías que se incluyen en el nuevo listado acordado por el Gobierno nacional con empresas productoras, mayoristas y supermercados son yerba, leche, harina de trigo y subproductos, aceite, puré de tomate, arroz, fideos, polenta, galletitas, mermeladas, y bebidas.

Estos productos se adquieren 17% más baratos en promedio y hasta 30% en algunos de ellos, se aseguró esta tarde desde las dependencias oficiales tras culminar ayer el plazo de implementación del programa Productos Esenciales vigente desde mediados de abril.

En el caso de la leche UAT y fluida, se acordó con las empresas proveedoras no aumentar los precios de sus cuatro versiones, por lo cual el precio de la leche fluida marca La Martona en sus dos versiones es de $35,80, y de la leche UAT marca Apóstoles en sus dos versiones también, es de $39,90.

A partir de esta incorporación, el programa Precios Cuidados, renovado el pasado 7 de septiembre, contará con un surtido de 529 productos.

Los mismos están disponibles en 2.500 puntos de venta de más de 44 cadenas de supermercados de todo el país, nucleados en la Asociación de Supermercados Unidos, la Cámara Argentina de Supermercados y la Federación Argentina de Supermercados y Autoservicios.

El director Nacional de Defensa del Consumidor, Fernando Blanco Muiño, dijo que “los consumidores eligen los productos del programa Precios Cuidados para ahorrar en sus compras, ya que tienen un precio promedio más barato en las distintas categorías”.

El programa Productos Esenciales, que llegó a su fin ayer luego de seis meses de implementación, tuvo «un cumplimiento superior al 80% en todo el país», se aseguró en despachos oficiales.

El mismo fue parte del anuncio oficial de las medidas que el Gobierno lanzó para intentar frenar la inflación y, a partir del 22 de abril, comenzaron a encontrarse los 64 productos esenciales en las góndolas de los supermercados adheridos.

Todos los artículos de Productos Esenciales formaban parte de la canasta básica y, para garantizar el abastecimiento, el Gobierno comprometió el trabajo de 350 inspectores para controlar las góndolas en todo el país.

A mediados de septiembre, la Secretaría a cargo de Ignacio Werner anunció la renovación hasta el 7 de enero de Precios Cuidados con aumentos promedio de 4,66%, por lo cual su continuidad o no estará en manos de la administración que asumirá el 10 de diciembre.

El gobierno destacó que todas las políticas -como Precios Cuidados, Precios Esenciales, Ahora 12 y la eliminación del Impuesto al Valor Agregado (IVA)- tuvieron un mismo objetivo de generar un cierto alivio en los bolsillos en el marco del escenario que se vivió este año.

También desde el 17 de agosto, se dispuso la eliminación del IVA en alimentos para intentar contener la suba de precios tras el desequilibrio macroeconómico registrado desde el día posterior de las elecciones primarias.

La cartera de Producción indicó que en www.argentina.gob.ar/precios-cuidados se encuentra toda la información del programa donde los consumidores podrán encontrar los listados completos por región; el surtido de cada cadena de supermercado según formato y los productos faltantes.

La Dirección Nacional de Defensa del Consumidor participa del programa recibiendo consultas y controlando su cumplimiento.

Ante cualquier duda o reclamo, los canales de contacto son la línea gratuita 0800-666-1518 y las páginas web www.consumidor.gob.ar y www.argentina.gob.ar/precios-cuidados.

En tanto, la canasta alimentaria -utilizada como umbral de indigencia- se ubicó en $ 13.913,89 para el mismo grupo, un incremento de 4,9 % intermensual.

La Canasta Básica Total (CBT), que además de alimentos incluye otros bienes y servicios como vestimenta, transporte, educación y salud, registró un aumento de 5,4% en septiembre, por lo que una familia tipo -dos adultos y dos hijos menores- necesitó $ $34.784,75 para no caer por debajo de la línea de la pobreza.

Los datos fueron difundidos este jueves por elInstituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC).

Así, en lo que va de 2019, la Canasta Básica Total creció 36,4%, mientras que en los últimos 12 meses avanzó 54,2%.

En tanto, la Canasta Básica Alimentaria (CBA) -utilizada como umbral de indigencia- se ubicó en $ 13.913,89 para el mismo grupo familiar, un incremento de 4,9 % intermensual y 54,2 % interanual (septiembre 2018-septiembre 2019). En el año, la suba es de 36,4%.

Ambos canastas estuvieron por debajo de la inflación de septiembre, que se ubicó en 5,9% por fuertes incrementos en indumentaria y medicamentos.

Esta semana también se conoció que en la Ciudad de Buenos Aires una familia tipo necesitó en el mismo mes ingresos por encima de los $34.712 para no ser pobre, un incremento de 5,7 % con respecto a agosto último y una suba de 55,6 % en relación a septiembre del año pasado, informó El Clarín.

Los ingresos de los hogares pobres están cada vez más lejos de la línea de pobreza. El dato se desprende del último informe del INDEC que había arrojado un incremento de las personas que no acceden a la canasta básica. Esta «brecha», la distancia entre los ingresos de los hogares pobres y el piso mínimo para poder superar esa condición, llegó al máximo de la era Macri.

Según el dato más reciente, los hogares pobres necesitan aumentar en promedio sus ingresos un 40% para salir de la pobreza. Ese porcentaje, conocido como «brecha de pobreza», muestra qué tan lejos -económicamente- están las familias de superar la línea de pobreza. Si ese valor aumenta, las familias están más lejos de poder acceder a los bienes básicos.

A su vez, ese 40% significa que, si en esa familia trabajan dos personas que cobran salarios similares (por ejemplo, un padre y una madre), hace falta que un tercero consiga un tercer salario similar, para que ese hogar salga de la pobreza. Este dato se calcula desde 2016.

Los que están por debajo de la línea de pobreza están cada vez más lejos de superarla

«Es importante complementar la lectura de la brecha con la tasa: si la tasa de pobreza aumenta puede ocurrir que hogares que estaban cerca de la línea caigan por debajo de ella; eso puede hacer que la brecha, que se calcula sobre los pobres, se reduzca», explicó a A24.com Santiago Poy, investigador del Observatorio de la Deuda Social Argentina (ODSA) de la UCA y doctor en Sociología. «Dicho en otras palabras: el universo de pobres se vuelve más heterogéneo y eso podría explicar una menor brecha», explicó.

Los que están por debajo de la línea de pobreza están cada vez más lejos de superarla

Sin embargo, al ver la tasa y la brecha de pobreza, ambas aumentaron, lo que demuestra un empeoramiento fuerte de la calidad de vida de los hogares pobres, tanto que contrarrestaron el efecto que tienen las familias que elevan el ingreso promedio y achican la brecha.

Qué pasó con la indigencia. La tasa de indigencia aumentó casi 3 puntos porcentuales en un año y llegó a un nuevo máximo de los últimos años. A su vez, al ver el dato de la brecha de indigencia, el porcentaje bajó.

La brecha de indigencia, en cambio, se disminuyó

«Aquí podría ocurrir que algunos hogares pobres que estaban cerca de la línea de indigencia hayan caído por debajo, provocando mayor heterogeneidad del conjunto de hogares indigentes y alterando la brecha», explicó Poy.

Qué pasó en los últimos años. Si bien el INDEC discontinuó los datos de pobreza en la época de la intervención «morenista», el Observatorio de la Deuda Social Argentina (ODSA), dependiente de la UCA, publicó (y sigue publicando) el índice de pobreza y todos los índices que se desprenden de él, incluido el de brecha de pobreza.

Según la UCA, en 2010 la brecha de pobreza era de 35,5% y subió 2 puntos porcentuales en 8 años, al llegar a 37,7% en 2018.

Qué pasó en los últimos años

A su vez, en la brecha de indigencia pasó de 31,6% en 2010 a 25,7% en 2018. En 2016, el porcentaje alcanzó un máximo de 38,5%.

Cómo se mide la pobreza

Para saber si un hogar es considerado pobre o no, se comparan sus ingresos con los gastos entendidos como básicos según la cantidad de habitantes, sus edades y sexos. Esos costos se desprenden de la Canasta Básica Total, que incluye pagos de comida, ropa, hogar, transporte, etc.

Cómo se calcula la brecha

Primero se toma en cuenta el ingreso promedio de los hogares que están por debajo de la línea de pobreza. Luego, a ese valor se le resta la canasta básica y el resultado es entendido como la «brecha monetaria». Por último, para que el resultado sea relativo y no se vea afectado por efecto de la inflación, ese monto es dividido por el monto de la canasta. Así se llega a la brecha porcentual promedio de los hogares pobres.

De qué otras formas se puede medir la pobreza

Otra opción es medir la pobreza por dimensiones, que analiza qué necesidades básicas están insatisfechas, como acceso a la salud, educación, vestimenta, hogar, cloacas, entre otras.

Según Poy, estas son útiles en tanto están menos influidas por el ciclo económico que las medidas de pobreza monetaria: «En Argentina, las estimaciones en base a la Encuesta de la Deuda Social Argentina muestran una tendencia levemente positiva, ya que el porcentaje de hogares con alguna carencia se redujo de 66,2% a 62,6% entre 2010 y 2018», explicó el sociólogo.