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El papa Francisco comenzó una histórica visita a Irak con un llamado al fin de la interferencia extranjera en el país árabe, una condena al fundamentalismo y una defensa de su diezmada y perseguida minoría cristiana, en un viaje en medio de la pandemia de coronavirus que buscará también reforzar los lazos con el islam y pedir por la paz en Medio Oriente.

En su primer discurso en Irak, donde llegó este viernes acompañado por Télam y otros medios, Francisco pidió que las naciones extranjeras no impongan sus «intereses políticos» en el país, al tiempo que animó a las autoridades locales a encarar una reconstrucción con respeto por las minorías religiosas y que pueda crear «oportunidades concretas» para salir de la crisis económica sin «violencia y extremismos».

«Que cesen los intereses particulares, esos intereses externos que son indiferentes a la población local», reclamó el Papa en el discurso frente al presidente Barham Salih en el Palacio Presidencial de Bagdad, al animar al país a una reconstrucción tras las últimas décadas en las que Irak sufrió «guerras, terrorismo y conflictos sectarios».

El Papa no mencionó a ningún país en particular, pero la visita llega en momentos en que Irak es centro de crecientes tensiones entre Estados Unidos e Irán.

El Papa no mencionó a ningún país en particular, pero la visita llega en momentos en que Irak es centro de crecientes tensiones entre Estados Unidos e Irán
Estados Unidos aún tiene 2.500 soldados desplegados en Irak. Irán posee una vasta red de influencia en Irak a través de partidos políticos y milicias leales a Teherán.

El ascendiente de Irán, la mayor potencia islámica de la rama chiita, creció luego de que la invasión militar estadounidense de 2003 derrocó al Gobierno árabe y musulmán sunnita del presidente Saddam Huseein y empoderó a los chiitas.

Frente a las autoridades, Francisco inició su discurso recordando que, «en las últimas décadas, Irak ha sufrido los desastres de las guerras, el flagelo del terrorismo y conflictos sectarios basados a menudo en un fundamentalismo que no puede aceptar la pacífica convivencia de varios grupos étnicos y religiosos, de ideas y culturas diversas».

A los cristianos

El discurso en el Palacio Presidencial fue el primero de los siete que el Papa dará en Irak, y llegó poco antes de dirigirse al clero local durante un encuentro en la catedral católica siríaca de Nuestra Señora de la Salvación.

La Iglesia que visitará el Papa, en el corazón de Bagdad, se convirtió en un ícono de la violencia del extremismo islamista tras un ataque suicida del Estado Islámico (ISIS) en 2010 durante una misa dominical en el que murieron 55 personas.

Tras el ataque, se inició un proceso para beatificar a los 48 fieles cristianos que murieron dentro de la iglesia, a la espera de que sean considerados «mártires» por el Vaticano.

En defensa de los cristianos, el Papa recordó también a la minoría yazidí, que sufrió, según condenó Bergoglio, «atrocidades sin sentido» a manos del grupo yihadista sunnita Estado Islámico (EI) cuando controló parte de Irak, en 2014.

En defensa de los cristianos, el Papa recordó también a la minoría yazidí, que sufrió «atrocidades sin sentido» a manos del grupo yihadista sunnita Estado Islámico

Coronavirus

La llegada del Papa se da en medio de la fuerte suba de casos de coronavirus en el país de Medio Oriente, con toque de queda vigente durante viernes, sábado y domingo y la prohibición del desplazamiento entre las regiones del país.

En ese marco, Salih agradeció al Papa su visita «más allá de la situación difícil que está atravesando el mundo con el coronavirus y que nuestro país sangrante ha aguantado».

Tanto el Papa como toda la delegación, incluidos los 74 periodistas que lo acompañan, fueron vacunados en el Vaticano antes del viaje.

Agenda

En su primera actividad oficial en suelo iraquí, el Papa se reunió durante 20 minutos con el primer ministro Mustafa Al Khadimi en el salón VIP del aeropuerto internacional de Bagdad, antes de dirigirse al Palacio Presidencial.

El sábado, el Papa se dirigirá a la ciudad santa de Nayaf, al sur de Bagdad, para una visita de cortesía a la máxima autoridad del islam chiita de Irak, el gran ayatollah Ali al-Sistani.

Líder religioso de gran ascendiente político en el país, Al-Sistani recibirá al Papa en una ciudad considerada santa para los chiitas, en la que se encuentra el mausoleo del imán Alí, yerno del profeta Mahoma y fundador de esa rama del islam.

Tras el encuentro con Al-Sistani, Francisco encabezará un encuentro intrreligioso en las ruinas de la ciudad de Ur, lugar de nacimiento según la Biblia del patriarca Abraham, símbolo de encuentro entre el judaísmo, el cristianismo y el islam.

El viaje de Francisco tiene también como marco el aumento de acciones armadas en las últimas semanas, incluidos ataques con misiles contra bases estadounidenses en distintos puntos de todo Irak, que hicieron que el Pontífice decidiera usar, por primera vez en su papado, un auto blindado para desplazarse por el país.

Respecto a su vínculo con el país y al ser consultado sobre si extrañaba a la Argentina, respondió: «No, no la extraño. Viví allí 76 años. Lo que me aflige son sus problemas».

El papa Francisco aseguró que imagina su muerte «en Roma» y subrayó que no tiene previsto volver a la Argentina. Así lo expresó ante el periodista Nelson Castro, conductor de Crónicas de una tarde anunciada en Radio Rivadavia, en el marco de una charla que mantuvo en febrero de 2019 para su libro «La salud de los Papas».

En la conversación, que tuvo lugar en El Vaticano, el Sumo Pontífice reconoció que piensa en la muerte, pero aclaró que no es un tema al que le tenga miedo: «En absoluto».

«¿Cómo imagina su muerte?», le preguntó Nelson Castro al ex arzobispo porteño, quien respondió: «Siendo Papa, ya sea en ejercicio o emérito. Y en Roma. A la Argentina no vuelvo».

Respecto a su vínculo con el país y al ser consultado sobre si extrañaba a la Argentina, respondió: «No, no la extraño. Viví allí 76 años. Lo que me aflige son sus problemas». Además, durante la entrevista el Santo Padre recordó la «intervención cruenta» a la que fue sometido en 1957 tras sufrir un cuadro pulmonar severo.

«Al ver las radiografías, el especialista encontró tres quistes en el lóbulo superior del pulmón derecho. Había también un derrame pleural bilateral que me producía dolor y dificultad respiratoria. Por lo tanto, luego de analizar minuciosamente mi caso, procedió a la realización de una punción pleural para extraer el líquido. Tras ello, comenzaron a tratarme y, para el mes de octubre, cuando ya estaba recuperado, me anunciaron que debían operarme para extirpar el lóbulo afectado porque existía la posibilidad de una recaída. Naturalmente, yo acepté la operación. Fue un momento difícil», relató Francisco.

Asimismo, el Papa también rememoró cómo impactaron en su salud mental los días de la última dictadura militar, cuando llevó «gente escondida para sacarla del país y salvar así sus vidas».

«Tuve que manejar situaciones a las que no sabía cómo encarar. Fui a ver entonces a una señora —una gran mujer— que me había ayudado en la lectura de algunos tests psicológicos de los novicios. Entonces, durante seis meses, la consulté una vez por semana. Era psiquiatra. A lo largo de esos seis meses me ayudó a ubicarme en cuanto a la forma de manejar los miedos de aquel tiempo. Imagínese usted lo que era llevar una persona oculta en el auto, sólo cubierta por una frazada, y pasar tres controles militares en la zona de Campo de Mayo. La tensión que me generaba era enorme», explicó.

En ese sentido, destacó que el tratamiento con la psiquiatra lo ayudó ubicarse y a «aprender a manejar la ansiedad y evitar el apresuramiento a la hora de tomar decisiones».

Además, consideró que «a las neurosis hay que cebarles mate» y agregó: «No sólo eso, hay que acariciarlas también. Son compañeras de la persona durante toda su vida».

En una obra que indaga sobre uno de los secretos mejor guardados del Vaticano a lo largo de toda su historia, TN muestra en esta nota un anticipo del nuevo libro del periodista Nelson Castro titulado: “La salud de los papas. Medicina, complots y fe. Desde León XIII hasta Francisco”.

Como el papado es una monarquía teocrática y los pontífices mueren en el poder, sus enfermedades juegan un papel relevante en el desempeño del cargo. Por esto es que las especulaciones, los rumores y las intrigas palaciegas alcanzan dimensión mundial.

A continuación, TN.com.ar anticipa algunos de los principales extractos de la nueva publicación de Nelson Castro, que llegará a las librerías en marzo:

“¿Es verdad que usted tiene un solo pulmón?”. El arzobispo de Buenos Aires lo negó y le explicó que en 1957, cuando tenía 21 años, se había sometido a una cirugía para la remoción del lóbulo superior de su pulmón derecho a causa de tres quistes y que, desde entonces, ese pulmón funciona con total normalidad. Sin alternativas”.

– Nelson Castro: “Padeció usted una delicada afección en la vesícula. ¿Cómo fue?; Francisco: Ocurrió cuando era superior provincial de los jesuitas. Era la hora del almuerzo y yo estaba pasando la sopa. De repente, tuve un dolor agudo y muy fuerte en la espalda que me paralizó. Por un instante no me pude mover. Tuve que dejar de hacer la tarea que estaba realizando y sentarme. Ante semejante dolor, tomé la determinación de ingerir un calmante. Yo creía que se trataba de un problema muscular. Pero lo cierto es que las horas pasaron y el dolor no cedió”.

– Francisco: “Ante este hecho y la persistencia del cuadro clínico, el cirujano me informó que había que operar de urgencia. Y no fue solo eso lo que me dijo, sino también que la operación era muy delicada y riesgosa porque no sabía con qué se iba a encontrar al abrir el abdomen. Comprendí que lo grave de la situación no dejaba alternativa. Le respondí pues que procediera. En ese momento, me encomendé a Dios, que me ayudó a enfrentar la operación con absoluta serenidad. Supe luego que la intervención fue realmente difícil y riesgosa, ya que lo que tenía era una gangrena de la vesícula, que afortunadamente fue tomada a tiempo. ‘Un día más y su estado se habría vuelto extremadamente grave’, me explicó después el cirujano. Felizmente, el posoperatorio se desarrolló sin ninguna complicación y me pude recuperar en forma íntegra”.

– Nelson Castro: “Tuvo alguna vez un problema cardíaco, ¿no es así?;

– Francisco: “Tuve un problema cardíaco un sábado en que iba a inaugurar una maratón en la Villa 21. Debe haber sido por el año 2004. Ese día me sentía muy cansado. Después del almuerzo, hice algunas cosas. Me tomé un café y a la media hora, otro. Luego, en un colectivo de la línea 70, me fui para la Villa. Cuando llegué, el padre Pepe [José María Di Paola] me dijo: ‘Estás pálido; ¿qué te pasa?’. ‘No sé -le dije-, me siento cansado’. Circunstancialmente, se encontraba ahí el médico de la salita de primeros auxilios que está al lado de la parroquia de la Villa. ‘Espere que le tomo la presión’, me dijo entonces el joven médico, que había escuchado la conversación. La presión estaba bien, a pesar de lo cual me dio un comprimido de no sé qué medicamento. Inauguramos las olimpíadas y luego me quedé charlando con el padre Pepe. Entonces, el médico me dijo: ‘Mire, monseñor, ¿por qué no aprovechamos este intervalo hasta que los maratonistas completen todo el circuito para ir al Hospital Penna, donde lo podremos examinar mejor y le haremos también una serie de análisis?’. Acepté. Cuando llegamos al hospital, estaba esperándome el director. Me agarraron de las pestañas y no me dejaron salir”.

– Nelson Castro: “¿Se psicoanalizó alguna vez?”;

– Francisco: “Nunca me psicoanalicé. Siendo provincial de los jesuitas, en los terribles días de la dictadura, en los cuales me tocó llevar gente escondida para sacarla del país y salvar así sus vidas, tuve que manejar situaciones a las que no sabía cómo encarar. Fui a ver entonces a una señora -una gran mujer- que me había ayudado en la lectura de algunos tests psicológicos de los novicios. Entonces, durante seis meses, la consulté una vez por semana”.

– Nelson Castro: “Usted me habló varias veces de sus neurosis. ¿Cuán consciente es de ellas?; Francisco: “A las neurosis hay que cebarles mate. No solo eso, hay que acariciarlas también. Son compañeras de la persona durante toda su vida”.

– Nelson Castro: “¿Extraña la Argentina?”;

– Francisco: “No, no la extraño. Viví allí 76 años. Lo que me aflige son sus problemas”.

– Nelson Castro: “¿Necesita o alguna vez necesitó medicación para dormir?”;

– Francisco: “Por fortuna, nunca. Me acuesto todas las noches a la nueve. Leo una hora hasta las diez. A esa hora apago la luz y me quedo rápidamente dormido. Duermo de corrido hasta las cuatro de la mañana. Tengo puesto el despertador pero siempre me despierto tres minutos antes de que suene. Se ve que el reloj biológico me funciona muy bien”.

– Nelson Castro: “¿Qué problema tiene en su columna?; Francisco: “Tengo una estrechez del espacio intervertebral entre la cuarta y la quinta vértebra lumbar, y entre ésta y el sacro. Le cuento una anécdota: durante el chequeo físico que me hicieron al asumir el papado, me realizaron radiografías de toda la columna vertebral, que el médico del Vaticano llevó a un especialista de mucho prestigio. Al verlas, dijo: ‘Esto es muy serio. El paciente necesita un tratamiento intensivo a base de kinesiología, rehabilitación postural y gimnasia. Entiendo que estamos hablando de una persona que se encuentra en silla de ruedas’”.

– Nelson Castro: “¿Cómo imagina su muerte?”; Francisco: “Siendo papa, ya sea en ejercicio o emérito. Y en Roma. A la Argentina no vuelvo. Addendum”.

El papa Francisco renovó su advertencia sobre el impacto que la mercantilización de la salud y la desigualdad global pueden tener en la cura del coronavirus, al señalar que «las diferencias sociales y económicas a nivel planetario corren el riesgo de marcar el orden de la distribución de las vacunas» contra la Covid-19.

El Papa alertó que la batalla contra la pandemia que azota al mundo -2,06 millones de personas perdieron la vida- y lo que podría convertirse en la campaña de inmunización más grande en la historia de la humanidad puede quedar determinada «con los pobres siempre como los últimos y el derecho a la salud para todos, afirmado como un principio, vaciado de su valor real».

En su mensaje por la 55ª Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, que tendrá lugar el 16 de mayo en varios países, el Sumo Pontífice interrogó: «¿Quién nos hablará de la espera de curación en los pueblos más pobres de Asia, de América Latina y de África?».

Y recordó que los estragos económicos de la pandemia llegaron también a los países «más afortunados», donde el drama de las familias que han caído en la pobreza, sin embargo, queda «en gran parte escondido» de la cobertura de los medios de comunicación.

Jorge Bergoglio, de 84 años y considerado «grupo de riesgo» ante el coronavirus debido a su edad, recibió el 13 de este mes la vacuna producida por Pfizer-BioNTech, como parte de la campaña de inmunización que implementó el Vaticano para sus ciudadanos y en las que priorizó a unos 25 indigentes que viven en las inmediaciones de la Plaza San Pedro.

El pronunciamiento del Papa, lejos de ser nuevo, profundiza un eje político sanitario que el Vaticano y sus Episcopados sostienen desde el inicio de la declaración de la pandemia.

En su último mensaje navideño, Francisco calificó como «luz de esperanza» el descubrimiento de diferentes vacunas contra la Covid-19, no sin advertir que «estas luces iluminen y traigan esperanza a todo el mundo, deben estar disponibles para todos».

En ese sentido, el mapa interactivo sobre la vacuna del coronavirus que elabora Our World in Data es revelador de la inequidad global en la que parece estar sumido el mundo a la hora de inmunizar a la población.

El ranking que esa base de datos realiza con las dosis de vacunación administradas cada 100 personas está liderado por países de altos y medianos ingresos, entre ellos: Israel, Emiratos Árabes Unidos, Gran Bretaña, Bahreim, Estados Unidos, Italia, Alemania, Francia, China, Rusia, México, India y, unas posiciones más abajo, Argentina.

«No podemos dejar -dijo en aquella ocasión el Papa- que los nacionalismos cerrados nos impidan vivir como la verdadera familia humana que somos. Tampoco podemos dejar que el virus del individualismo radical nos supere y nos haga indiferentes al sufrimiento de otros hermanos y hermanas. No puedo ponerme por delante de los demás, poniendo las leyes del mercado y las patentes de invención por encima de las leyes del amor y la salud de la humanidad».

A la voz del Papa sobre la desigual distribución mundial de la vacuna contra el SARS-CoV-2 se sumó, la semana pasada, la de la Organización Mundial de la Salud (OMS), cuyo director general, el etíope Tedros Adhanom Ghebreyesus, advirtió: «Debo ser franco: el mundo está al borde de un fracaso moral catastrófico, y el precio de este fracaso se pagará con las vidas y el sustento de los países más pobres».

«Claro que todos los gobiernos quieran priorizar y vacunar primero a sus propios ancianos y personal sanitario -alertó en la misma ocasión el titular de la OMS-, pero no está bien que los jóvenes y los adultos sanos de los países ricos reciban antes la vacuna que la gente mayor y el personal sanitario de los países pobres».

En línea con el postulado de proporcionar inmunización de modo «justo y equitativo» a todos los habitantes del globo, un documento conjunto de la Comisión Vaticana Covid-19 y la Academia Pontificia para la Vida, además de reparar en la investigación y producción de las vacunas, pidió que «las inversiones en el campo de la medicina deben encontrar su significado más profundo en la solidaridad humana».

En diversas ocasiones desde que se desató la pandemia, Francisco solicitó a líderes políticos, funcionarios, empresas y organismos multilaterales que «promuevan la cooperación y no la competencia, y que busquen una solución para todos: vacunas para todos, especialmente para los más vulnerables y necesitados en todas las regiones del Planeta».

De ello se supo hacerse eco también el Consejo Episcopal Lationamericano (Celam), del que forma parte el Episcopado argentino.

Aquel organismo católico pidió a los Estados de la región que adopten medidas para asegurar que las vacunas contra la Covid-19 estén disponibles para todos los habitantes y de modo prioritario entre aquellos que están en situación de pobreza e indigencia.

«Que no sea el criterio económico el que, una vez más, margine de la salud a los más golpeados por esta crisis sanitaria», alertó la Celam.

Los dichos de este sábado del Papa, quien completará su inmunización a inicios de febrero, se inscribieron en el mensaje que brindó a raíz de la 55ª Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales.

En él, Francisco pidió un periodismo valiente que acuda al encuentro de las personas y de las historias, lo que denominó «desgastar las suelas», y abogó por controlar el «evidente» riesgo de las noticias falsas por internet, especialmente en tiempo de pandemia, aunque dijo que este medio «es una oportunidad para relatar lo que vemos».

Uno de los párrafos de la misiva de Bergoglio alertó sobre el «riesgo de un aplanamiento en los ‘periódicos fotocopia’ o en los noticieros de radio y televisión y páginas web que son sustancialmente iguales, donde el género de la investigación y del reportaje pierden espacio».

En su opinión, los medios ofrecen más espacio a «una información preconfeccionada, «de palacio», autorreferencial, que es cada vez menos capaz de interceptar la verdad de las cosas y la vida concreta de las personas, y ya no sabe recoger ni los fenómenos sociales más graves ni las energías positivas que emanan de las bases de la sociedad».

El papa Francisco recibió este miércoles la vacuna contra el coronavirus en el Vaticano, en el inicio de la campaña de vacunación de la Santa Sede, informaron a Télam fuentes vaticanas.

El pontífice, de 84 años y considerado «grupo de riesgo» por su edad, recibió la vacuna producida por Pfizer-BioNTech luego de que se aplicara a los guardias suizos del Vaticano, agregaron las fuentes.

Tras la adquisición de 10.000 dosis del fármaco producido por Pfizer-BioNTech, «esta mañana inició la campaña de vacunación contra la Covid-19 en el atrio del Aula Pablo VI», había informado a primera hora de este miércoles el vocero papal Matteo Bruni.

Además del Papa y guardias suizos, la primera tanda de vacunas será destinada a enfermeros, médicos y gendarmes.

El propio Francisco había confirmado este fin de semana en una entrevista a la televisión italiana que se había anotado en la lista para ser inmunizado y lo había considerado una «opción ética».

En las últimas horas, el secretario personal del papa emérito Benedicto XVI, Georg Gainswein, agregó que también Joseph Ratzinger, de 93 años, se dará la vacuna «cuando esté disponible».

Con un Motu Propio publicado este lunes, el pontífice modificó uno de los artículos del Código de Derecho Canónico y le dio un marco legal a una práctica que era utilizada en algunos lugares, pero sin el aval jurídico de la Santa Sede. Con el decreto de hoy, Francisco «quiso hacer oficial e institucional esta presencia femenina en el altar», aseguró el Vaticano en una nota adjunta al Motu Proprio.

Según la tradición de la Iglesia, el lector es el encargado de leer la Palabra de Dios en la asamblea litúrgica, instruyendo a los fieles para recibir los sacramentos, mientras que el acólito oficia de ayudante del diácono y al sacerdote en el altar.

En ocasiones, el acólito puede distribuir la comunión y expone el Santísimo para la oración, uno de los momentos de las misas católicas, además de instruir a todos los fieles sobre la Eucaristía.

«Los laicos que tengan la edad y las aptitudes determinadas por decreto de la Conferencia Episcopal, pueden ser asumidos permanentemente, a través del rito litúrgico establecido, a los ministerios de lectores y de acólitos; sin embargo, esta concesión no les da derecho a mantener ni a remuneración de la Iglesia», dispuso el pontífice que quede redactado el artículo canónico sobre los dos ministerios.

Así, el Papa eliminó la restricción de género al suprimir la especificación «del sexo masculino» que se refería a los laicos y que estaba presente en el texto del Código hasta la modificación de hoy.

«Me pareció oportuno establecer que pueden ser instituidas como Lectores o Acólitos no solo hombres sino también mujeres, en quienes, a través del discernimiento de las pastoras y después de una adecuada preparación, la Iglesia reconoce ‘la firme voluntad de servir fielmente a Dios y al pueblo cristiano'», sostuvo Francisco en las consideraciones del decreto de este lunes.

«La elección de conferir también a las mujeres estos cargos, que implican una estabilidad, un reconocimiento público y el mandato del obispo, hace más eficaz en la Iglesia la participación de todos en la obra de evangelización», justificó Francisco su decisión.

Según explicó el Vaticano, las mujeres que leen la Palabra de Dios durante las celebraciones litúrgicas o que realizan un servicio en el altar, como monaguillos o dispensadores de la Eucaristía no son una novedad, y en muchas comunidades del mundo es ahora una práctica autorizada por los obispos.

Sin embargo, todo esto se llevó a cabo sin un mandato institucional real hasta la publicación del decreto papal de este lunes, ya que por una decisión del entonces Papa Pablo VI, en 1972, el acceso a los dos ministerios de lectorado y acolitado quedaba reservado a los hombres, porque los consideraba preparatorios cualquier acceso al orden sagrado.

En los considerandos del decreto que institucionaliza la participación femenina a través de un cambio en el primer párrafo del artículo 203 del Código de Derecho Canónico, Francisco destacó la influencia de las discusiones sobre el tema durante los dos últimos Sínodos que convocó en Roma, especialmente el dedicado a la Amazonía en octubre de 2019, en los que se exploraron vías para institucionalizar la presencia de la mujer en el altar.

En el plano de reglamentación de la nueva norma, Francisco dispuso que «será tarea de las Conferencias Episcopales establecer criterios adecuados de discernimiento y preparación de candidatos para los ministerios del Lectorado o Acólito, u otros ministerios que estimen establecer, de conformidad con las disposiciones del Motu Proprio ‘Ministeria quaedam’, sujeto a la aprobación de la Santa Sede y según las necesidades de la evangelización en su territorio».

Según precisó luego el Papa en una carta que envió al prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, el cardenal español Luis Ladaria, la decisión de este lunes responderá «a lo que se pide para la misión en el tiempo presente», sobre «acoger el testimonio de muchísimas mujeres que se han ocupado y siguen ocupándose del servicio a la Palabra y al Altar».

El papa Francisco decretó este lunes que las mujeres pueden acceder a los ministerios del «lectorado» y el «acolitado», hasta ahora reservados a los hombres en el derecho canónico, en lo que supone un giro histórico a la doctrina de la Iglesia al eliminar la restricción de género.

Con un Motu Propio publicado este lunes, el pontífice modificó uno de los artículos del Código de Derecho Canónico y le dio un marco legal a una práctica que era utilizada en algunos lugares, pero sin el aval jurídico de la Santa Sede.

«Me pareció oportuno establecer que pueden ser instituidas como Lectores o Acólitos no sólo hombres sino también mujeres, en quienes, a través del discernimiento de la pastores y después de una adecuada preparación, la Iglesia reconoce ‘la firme voluntad de servir fielmente a Dios y al pueblo cristiano'», sostuvo Francisco en las consideraciones del decreto de este lunes.

Según la tradición de la Iglesia, el lector es el encargado de leer la Palabra de Dios en la asamblea litúrgica, instruyendo a los fieles para recibir los sacramentos, mientras que el acólito oficia de ayudante del diácono y al sacerdote en el altar.

En ocasiones, el acólito puede distribuir la comunión y expone el Santísimo para la oración, uno de los momentos de las misas católicas, además de instruir a todos los fieles sobre la Eucaristía.

«Los laicos que tengan la edad y las aptitudes determinadas por decreto de la Conferencia Episcopal, pueden ser asumidos permanentemente, a través del rito litúrgico establecido, a los ministerios de lectores y de acólitos; sin embargo, esta concesión no les da derecho a mantener ni a remuneración de la Iglesia», dispuso el pontífice.

Así, el Papa eliminó la restricción de género y abrió la posibilidad de que las mujeres participen en los ministerios hasta hoy reservado a hombres.

«La elección de conferir también a las mujeres estos cargos, que implican una estabilidad, un reconocimiento público y el mandato del obispo, hace más eficaz en la Iglesia la participación de todos en la obra de evangelización», justificó Francisco su decisión.

Según explicó el Vaticano, las mujeres que leen la Palabra de Dios durante las celebraciones litúrgicas o que realizan un servicio en el altar, como monaguillos o dispensadores de la Eucaristía no son una novedad, y en muchas comunidades del mundo es ahora una práctica autorizada por los obispos.

Sin embargo, todo esto se llevó a cabo sin un mandato institucional real hasta la publicación del decreto papal de este lunes, ya que por una decisión del entonces Papa Pablo VI, en 1972, el acceso a los dos ministerios de lectorado y acolitado quedaba reservado a los hombres, porque los consideraba preparatorios cualquier acceso al orden sagrado.

En los considerandos del decreto, Francisco destacó la influencia de las discusiones sobre el tema durante los dos últimos Sínodos que convocó en Roma, especialmente el dedicado a la Amazonía en octubre de 2019, en los que se exploraron vías para institucionalizar la presencia de la mujer en el altar.

Con el Motu proprio «Spiritus Domini» de hoy, que modifica el primer párrafo del canon 230 del Código de Derecho Canónico, el Papa estableció que las mujeres pueden tener acceso a estos ministerios que se les atribuye mediante un acto litúrgico.

En el plano de reglamentación, Francisco dispuso que «será tarea de las Conferencias Episcopales establecer criterios adecuados de discernimiento y preparación de candidatos para los ministerios del Lectorado o Acólito, u otros ministerios que estimen establecer, de conformidad con las disposiciones del Motu Proprio ‘Ministeria quaedam’, sujeto a la aprobación de la Santa Sede y según las necesidades de la evangelización en
su territorio».

El papa Francisco aseguró que se aplicará la vacuna contra el coronavirus y opinó que «éticamente todo el mundo debe vacunarse. Es una opción ética, porque apuestas tu salud, tu vida, pero también juegas la vida de los demás», reflexionó.

El sumo pontífice, en una entrevista exclusiva con Mediaset, anticipó que «la semana que viene lo empezaremos a hacer aquí» en el Vaticano, «lo he reservado, hay que hacerlo», dijo sobre la vacunación.

En otro orden, el papa Francisco condenó el asalto al Capitolio de Estados Unidos que protagonizaron seguidores del presidente saliente Donald Trump el miércoles pasado, llamó a detener la violencia y sostuvo que incluso «en las realidades más maduras siempre hay algo que no funciona».

En un adelanto de la entrevista con Canal 5 que se emitirá mañana, el Pontífice dijo estar sorprendido por los eventos ocurridos en Washington en momentos en que los legisladores se disponían a certificar la victoria de Joe Biden en las elecciones presidenciales.

«Me sorprendió porque es un pueblo tan disciplinado en la democracia», comentó Francisco en un anticipo de la entrevista reproducido por Vatican News.

Sin embargo, admitió que incluso «en las realidades más maduras siempre hay algo que no funciona» y hay gente «que toma un camino contra la comunidad, contra la democracia, contra el bien común».

El Papa condenó la violencia, manifestó que «ningún pueblo, puede presumir de no tener un día, un caso de violencia» y dijo que, por lo tanto, se trata de «comprender bien para no repetir, y aprender de la historia».

En cualquier caso, la comprensión es fundamental «porque así se puede poner un remedio», concluyó Francisco.

El papa Francisco afirmó este sábado que el exfutbolista Diego Maradona, fallecido el 25 de noviembre a los 60 años, «fue un poeta en la cancha».

«En la cancha fue un poeta, un grande campeón que regaló alegría a millones de personas en Argentina y en Nápoles», planteó el pontífice en una entrevita con el diario deportivo italiano La Gazzetta dello Sport.

Francisco recordó además el encuentro que tuvo en 2014 con Maradona, durante una actividad de la fundación Pontificia Scholas Occurrentes.

«Encontré a Maradona en ocasión de un Partido por la Paz en 2014: recuerdo con placer todo lo que Diego hizo por Scholas Occurrentes, la fundación que se ocupa de los necesitados en todo el mundo», expresó Francisco.

El Papa, que durante el funeral de Maradona envió además un rosario bendecido a su exesposa Claudia Villafañe, calificó al «Pelusa» como «un hombre muy frágil».

El papa Francisco reapareció en público, tras los «dolorosa ciática» que lo obligó a suspender su participación en dos misas consecutivas en las últimas horas, y pidió «un año de fraterna solidaridad y de paz para todos», al recitar el Ángelus en ocasión de la Jornada Mundial de la Paz que se celebra este viernes.

«En el umbral de este comienzo, dirijo a todos mi cordial deseo de un feliz y sereno 2021. Que sea un año de fraterna solidaridad y de paz para todos», planteó el pontífice durante el mensaje que dio desde la Biblioteca del Palacio Apostólico del Vaticano, con televisación directa en streaming.

En el que fue su primer mensaje del año, el Papa leyó el texto de pie frente al micrófono y deseó «que reine la paz en el corazón de los hombres y en las familias; en los lugares de trabajo y de ocio; en las comunidades y en las naciones».

«Los dolorosos eventos que marcaron el camino de la humanidad el año pasado, en especial la pandemia, nos enseñan lo necesario que es interesarse por los problemas de los otros y compartir sus preocupaciones»
A causa de una «dolorosa ciática», el pontífice se había visto obligado a suspender su participación en las Primeras Vísperas y Te Deum con el que iba a despedir el año durante la tarde del jueves, y también de la Misa por la Jornada Mundial de la Paz con a que esta mañana pensaba inaugurar el calendario de celebraciones.

«Los dolorosos eventos que marcaron el camino de la humanidad el año pasado, en especial la pandemia, nos enseñan lo necesario que es interesarse por los problemas de los otros y compartir sus preocupaciones», enmarcó el Papa, de 84 años, su mensaje.

«Esta actitud representa el camino que conduce a la paz, porque favorece la construcción de una sociedad fundada en las relaciones de fraternidad», afirmó el Papa, que como parte de las medidas adoptadas por el Gobierno italiano para prevenir la difusión del coronavirus en las fiestas, evitó las celebraciones en la Plaza San Pedro, donde tradicionalmente se aglomeran los fieles.

«Cada uno de nosotros, hombres y mujeres de este tiempo, está llamado a traer la paz cada día y en cada ambiente de vida, sosteniendo la mano al hermano que necesita una palabra de consuelo»
«Cada uno de nosotros, hombres y mujeres de este tiempo, está llamado a traer la paz cada día y en cada ambiente de vida, sosteniendo la mano al hermano que necesita una palabra de consuelo, un gesto de ternura, una ayuda solidaria», convocó.

En ese marco, Jorge Bergoglio planteó que «la paz se puede construir si empezamos a estar en paz con nosotros mismos y con quien tenemos cerca, quitando los obstáculos que nos impiden cuidar de quienes se encuentran en necesidad y en la indigencia».

«Se trata de desarrollar una mentalidad y una cultura del cuidado, para derrotar la indiferencia, el descarte y la rivalidad, que lamentablemente prevalecen», explicó el pontífice argentino en su primera intervención pública del año.

Al tiempo que sostuvo que «la paz no es solo ausencia de guerra, sino vida rica de sentido, configurada y vivida en la realización personal y en el compartir fraterno con los otros. Esa paz tan ansiada y puesta siempre en peligro por la violencia, el egoísmo y la maldad, se convierte en posible y realizable».

Este viernes fue el secretario de Estado del Vaticano, el cardenal italiano Pietro Parolin, quien celebró la primera misa del año en la Basílica de San Pedro, durante la que leyó la homilía preparada por el pontífice en la que Francisco planteó que «el mundo está gravemente contaminado por el decir mal y por el pensar mal de los demás, de la sociedad, de sí mismos».

«Este año, mientras esperamos una recuperación y nuevos tratamientos, no dejemos de lado el cuidado. Porque además de la vacuna para el cuerpo, se necesita la vacuna para el corazón, que es el cuidado», deseó Parolin leyendo el texto del Papa.

A primera hora, Francisco publicó una postal en su cuenta de Instagram en la que deseó que en 2021 «la humanidad pueda progresar por el camino de la fraternidad, la justicia y la paz».