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El margen de maniobra del ministro de Economía dependerá de su cintura para evitar que la emisión se traslade a inflación y dólar.

El margen que tendrá el Gobierno para “poner plata en el bolsillo de la gente” con emisión monetaria sin acelerar la inflación en una segunda vuelta, dependerá esencialmente del margen que brinden el riesgo país y la demanda de dinero para absorber la expansión y evitar que los pesos se trasladen a inflación o a dólar, licuando el efecto real sobre el poder adquisitivo y el consumo. En este punto, una negociación rápida y exitosa de la deuda con acreedores privados resulta una condición necesaria, y requiere a su vez de la interacción de dos elementos centrales: una reestructuración de la deuda que descomprima el perfil de vencimientos sin una quita nominal sobre el capital y un programa económico con el foco puesto en un sendero de convergencia creíble hacia el superávit fiscal primario requerido para estabilizar la relación deuda/producto.

Si bien guarda coherencia el mensaje del ministro de que en 2020 no habría margen para seguir ajustando fiscalmente pero tampoco para aumentar el déficit fiscal con financiamiento monetario, hay que tener en cuenta que, dada la inercia fiscal que genera la indexación a la inflación pasada de más de la mitad del gasto primario, para que en 2020 el déficit fiscal primario se mantenga en torno a los niveles de 2019 (-0,8% del PBI) bajando al mismo tiempo la inflación, el Gobierno tendrá que tomar medidas fiscales por el lado de la desindexación de las jubilaciones, aumento de retenciones (hoy con menor potencial en 2020, dado el adelanto que operó a partir de agosto en el pago de derechos por la cosecha 2019/2020), baja de los subsidios (relación tarifas/costo de generación de la energía) y/o nuevos impuestos (como un cargo a los gastos con tarjeta en el exterior, que hoy se cursan al dólar oficial en un contexto de brecha cambiaria).

Recapitulando, una negociación exitosa de la deuda permitiría reducir el riesgo país y estabilizar la demanda de dinero, condiciones necesarias para bajar el costo de financiamiento de las empresas y estabilizar las variables nominales de la economía, en el marco de un acuerdo de precios y salarios.

¿Qué implica una negociación exitosa de la deuda privada?

Una reestructuración que permita descomprimir el perfil de vencimientos de capital e interesesde los próximos años. En 2020 vencen US$30.000 millones con el sector privado y no va a haber mercado para rollear esos vencimientos. Por lo tanto, la reestructuración tiene que cumplir el rol de descomprimir el perfil de vencimientos de los próximos años para ganar espacio en el crecimiento y tiempo para converger al superávit fiscal primario requerido para estabilizar la relación deuda/producto y así alejar las chances de un default generalizado (reestructuración preventiva). Con lo cual probablemente la reestructuración ponga el foco en no pagar intereses por los próximos años (¿2 años?) con una extensión en el pago del capital (¿5 años?) sin una quita nominal en el capital.

Probablemente, los acreedores privados exijan la capitalización de los intereses durante el período de gracia; el problema es que la capitalización de los intereses montada sobre una tasa de cupón promedio del 6,7% anual (para la deuda en dólares con sector privado) agrega presión en la deuda pública, complicando los ejercicios de sostenibilidad de la deuda. Si no hay capitalización de los intereses durante el período de gracia, el margen para moderar el recorte sobre la tasa de cupón es mayor, y si lo hubiera, debería ser decreciente para los bonos con mayor duración, para balancear la quita sobre el valor presente a lo largo de la curva de bonos.

Una reestructuración de la deuda en dólares con el sector privado con estos parámetros podría reducir en el próximo mandato presidencial (2020-2023) en US$25.500 millones los vencimientos de capital en dólares con el sector privado y en US$9.000 millones los vencimientos de intereses en dólares con el sector privado respecto del perfil actual, consistente con una quita promedio a valor presente del orden del 30%, suponiendo una exit yield (tasa de descuento de los bonos post reestructuración) en torno al 12% a lo largo de la curva de rendimientos, aun alta teniendo en cuenta que el 25% de la deuda global cotiza con rendimientos negativos. Pero claro, para converger hacia una “exit yield” de 12%, es condición necesaria tener un programa económico consistente que ponga el foco en los equilibrios fiscal, externo y monetario. Un recorte de cupón decreciente a medida que nos extendemos en la duración de los bonos y una curva de rendimientos que seguiría invertida luego de la reestructuración (aunque con menor spread) podría balancear la quita a valor presente a lo largo de la curva.

La urgencia de los vencimientos de deuda en 2020, sobre todo por la carga de vencimientos de deuda en pesos, implica que hay que moverse rápido. Afortunadamente, de esos US$30.000millones de vencimientos en 2020, el 87% corresponde a bonos con legislación local, que a diferencia de la deuda con legislación internacional que incorpora CAC, puede ser modificada por decreto. Claro que esto no debería implicar una ventana para hacer una reestructuración más hostil con los bonos legislación local en relación a los bonos legislación internacional, dado que dejaría una mala señal para el mercado local.

Pero para que la reestructuración preventiva permita bajar el riesgo país será clave incorporar el segundo elemento que requiere una negociación exitosa de la deuda: la consistencia fiscal/monetaria. Con un nivel de deuda pública con privados y organismos en torno a 56% del PBI (tomando el tipo de cambio en la punta) y suponiendo un costo de refinanciamiento de la deuda en dólares de 6% y un crecimiento en dólares de 2%, el superávit fiscal primario requerido para estabilizar la relación deuda/producto se ubica en la zona de 2,4% del PBI. 2019 terminaría con un déficit primario en torno al 0,8% del PBI y la propia inercia del 60% del gasto primario que indexa por ley a la inflación pasada llevarían el déficit al 2% del PBI si no se hace nada en materia fiscal y la inflación bajara desde el 55% anual.

Por otro lado, sin una consistencia fiscal/monetaria que complemente una reestructuración preventiva de la deuda que permita descomprimir vencimientos, el acuerdo de precios y salarios no subsiste y la emisión monetaria impactaría en una brecha creciente.Y el problema con una brecha creciente en un contexto de cepoes que las expectativas de inflación empezarían a jugar más cerca del dólar implícito en la brecha que del dólar oficial, además de generar una pésima señal para las exportaciones.

Un mal diagnostico económico podría llevar a tentar a la política a ir por un escenario de vivir con lo nuestro como en 2003/2005, prescindiendo de una negociación de la deuda y apostando a una reactivación económica vía emisión monetariaen un contexto de cepo. Pero las condiciones no son las mismas: no hay viento de cola desde el lado de los precios de los commodities, los mercados de crédito continuarán cerrados en los próximos meses, la inercia inflacionaria y la indexación de la economía en un contexto de debilitamiento de la demanda de dinero reducen los espacios para la emisión monetaria sin riesgo de acelerar la inflación, los altos niveles de presión tributaria no dejan mucho margen para subir impuestos y los niveles de reservas del BCRA son muy limitados. Y todo esto teniendo en cuenta que si bien el nivel de actividad ha caído fuerte en los últimos dos años, todavía se ubica bien por arriba de los niveles de 2001, con lo cual, si no hay estabilización macro, la economía podría seguir cayendo, informó Clarín.

El flamante funcionario viene de visitar en secreto, días pasados, la sede del FMI en Washington.

Martín Guzmán, flamante ministro de Economía, ofrece este miércoles 11 de diciembre su primera conferencia de prensa. El funcionario lo hace un día después de la asunción formal del gobierno de Alberto Fernández y luego de reunirse, días pasados y en secreto, con la jefa del FMI, Kristalina Georgieva.

«Venimos a resolver el problema de virtual default que dejó la administración anterior», afirmó Guzmán. El titular del área de Economía, además, habla en una jornada donde el dolar minorista cerró en $63,07 prácticamente establece respecto a la cotización del día anterior ($63,04). Asimismo, hubo una suba de los dólares cortos y medios de la curva y caída de los del tramo largo. El Merval, en tanto, subió 1%.

El ministro habló primero del cuadro de situación de la economía y luego de los lineamientos del plan económico. «Venimos a resolver una muy profunda crisis económica y social. La macroeconomía está en una situación muy frágil», dijo.

Para Guzmán el modelo econonómico de Macri «ha fracasado», que la pobreza se acerca al 38% y continúa subiendo, al igual que la tasa de desempleo, entre la enumeración de otras variables macro.

La inflación, dijo, va a rondar en 55% en 2019 y ha habido destrucción de empresas. «Esta situación es la que nosotros venimos a revertir. La tarea que me encomienda el presidente es parar la caída, tranquilizar a la economía argentina y sentar las bases de un proceso de desarrollo sostenible y con inclusión social».

Respecto a la situación fiscal, el funcionario dijo que en 2020 no se puede hacer ajuste fiscal ya que una contracción fiscal profundizaría la recesión y agravaría la caída.«El tema es tener aire para no hacer esa contracción fiscal», aseguró.

Añadió: «Argentina ha perdido acceso al crédito. La situación de la deuda, reconocen los mercados, es insostenible. Querer financiar una expansión fuerte con emisión sería desestabilizante, ya que desestabilizaría la macroeconomía. Lo mejor que podemos hacer en este momento es detener la contracción entendiendo que no contamos con los recursos para hacer un impulso fiscal fuerte».

Según pudo averiguar Clarín sobre aquel encuentro con el FMI, Guzmán se presentó hace días (habría sido a fines de noviembre) en el edificio del organismo a pocas cuadras de la Casa Blanca para conocer a las autoridades con las cuales tendrá que negociar el futuro del programa de 57.000 millones de dólares, de los cuales se desembolsaron US$ 44.000 millones, y que hoy está de hecho congelado.

Guzmán es egresado de la Universidad de La Plata e investigador de la Universidad de Columbia de Nueva York. Hizo su movida en silencio, cuando ya sabía que sería designado en el cargo por Alberto Fernández, pero todavía había varios candidatos en danza.

Otras frases

«Queremos reducir la inflación a niveles de un dígito. No se debe atacar solo con política monetaria sino con una estrategia macro integral. La reputación hay que construirla mostrando un plan macro consistente que tiene que tener en el centro la cuestión social».

«Para no tener que hace run ajuste fiscal brutal es necesario resolver el tema de la deuda. Para poder pagar hay que tener capacidad de pago y para eso lo economía se tiene que recuperar. Queremos tener una relación constructiva con todos los acreedores, los privados y con el FMI. Tenemos que resolver el problema para que todos se beneficien. Tenemos que tranquilizar a la economía argentina».

«Tenemos que definir un sendero de superávit primarios consistentes con la estructura de deuda modificada. De modo que nosotros, sobre la base de este espíritu constructivo, estableceremos consulta con los acreedores para obtener una modificación en el perfil de la deuda que nos permita tener sendero de superávit primarios consistentes con la estructura de deuda. El FMI va a ser parte de eso», informó Clarín.

El flamante ministro de Economía, Martín Guzmán, presentará mañana por la tarde las primeras medidas del gobierno de Alberto Fernández.

Así lo adelantaron a LA NACION extraoficialmente fuentes cercanas al hombre que se encargará del desafío económico que tiene el nuevo gobierno por delante.

En el entorno del funcionario descartaron que el anuncio se vincule con la deuda, negociación que todavía requiere de más contactos con los acreedores del país, entre ellos, el Fondo Monetario Internacional (FMI), con el que tiene un plan de US$57.000 millones. La Argentina debe pagar unos US$29.000 millones a los acreedores privados en 2020.

Pese a que no se dieron pistas concretas, Guzmán presentará mañana por la tarde un programa integral por escrito. Allí se dispondría de aumentos para los sectores de menores ingresos con el objetivo de recuperar la demanda y reactivar el consumo interno. Se trata de una medida que Fernández ya adelantó hace varias semanas y ratificó hoy en el Congreso.

En ese camino, no está claro aún si el ministro ofrecerá indicios precisos sobre cómo lograr el equilibrio macroeconómico o espacio fiscal. Particularmente es una incóginta si se referirá o no a la posibilidad de nuevos impuestos que generen «sustentabilidad» al nuevo modelo.

Se espera además que Guzmán termine de ratificar quiénes formarán parte de su equipo de gestión cotidiano. Más precisamente que el funcionario revele el nombre de su secretario de Política Económica (viceministro). Se especula hace semanas con Martín Abeles, marido de Celicia Todesca y amigo del ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas.

En Finanzas se mencionó a Adrián Cosentino, pero sin confirmación oficial. El único con puesto asegurado, según varias fuentes, es Raúl Rigo, futuro secretario de Hacienda.

Luego de semanas de misterio en la que sólo hubo contactos telefónicos informales entre los equipos económicos de Mauricio Macri y Alberto Fernández tras las elecciones, el ministro de Hacienda, Hernán Lacunza, y el ministro de Economía entrante, Martín Guzmán, mantuvieron el primer encuentro en persona entre ambos. ¿El tema excluyente? La deuda.

Pese a que este medio intentó ampliar esa información con representantes del gobierno entrante, allí sólo hubo puro silencio a la espera de las designaciones oficiales, la jura y el traspaso de poder de mañana.

El de Guzmán y Lacunza no fue el único encuentro. Prácticamente todo el gabinete económico se vio hoy con su contraparte, la que asumirá desde el miércoles. Hubo charlas en el Banco Central, la Anses, el Ministerio de Transporte y en el de Producción, que en el nuevo organigrama se llamará Desarrollo Productivo.

«Fue una buena reunión», dijeron en el Gobierno sobre el primer contacto entre Lacunza y Guzmán. «Hablamos de información para la transición y prioridades de la política económica en los próximos meses», precisaron. «¿Cuáles prioridades?», consultó LA NACION. «La deuda», contestaron sin dudarlo desde Hacienda.

«Fue un encuentro valioso. El ministro Lacunza se puso a disposición y contrastamos puntos de vista sobre la situación de la economía. Tuvimos un diálogo abierto del tipo que necesitamos para unir a la Argentina y ponerla de pie», afirmó Martín Guzmán, según un escueto comunicado consensuado entre Hacienda y Guzmán. «Fue una reunión muy constructiva, donde intercambiamos información para la gestión y prioridades de la política económica», aseguró Lacunza en esa nota.

El presidente electo había afirmado el viernes pasado, luego de la presentación de su gabinete, entre ellos, la del joven ministro de Economía, que ya se estaba negociando «silenciosamente» con el Fondo Monetario Internacional (FMI) por el Stand-By Agreement. «Representantes del FMI tuvieron intercambios en las últimas semanas con miembros del equipo de transición del presidente electo Alberto Fernández», dijeron fuentes del Fondo. «El director del departamento para el Hemisferio Occidental, Alejandro Werner, se reunió con el Sr. Nielsen en Miami en noviembre. Además, la directora gerente del FMI Kristalina Georgieva mantuvo una conversación telefónica con el Sr. Fernández hace unas semanas», dijo el Fondo entonces.

El tema de la deuda es una prioridad para el gobierno entrante, ya que tiene varios vencimientos desde diciembre y en los primeros seis meses de este año. La deuda con los acreedores privados para este año ronda los US$29.000 millones. Para el gobierno saliente la Argentina no tiene problemas de solvencia sino de liquidez. Los mismos, suele expresar Lacunza, se resolverán con un plan integral que devuelva confianza a la economía. Según publicó LA NACIONel domingo, Guzmán presentará ese plan el miércoles. Todavía no hay detalles de qué propuesta tendrá para los acreedores.

«Estamos a disposición y colaborando en todo lo que necesiten», dijeron en Hacienda, donde además contaron que ambos equipos, ahora ampliados, volverán a reunirse.

Otro de los encuentros significativos de la jornada fue el que protagonizaron el presidente del Banco Central (BCRA), Guido Sandleris, que la semana pasada presentó su renuncia con su contraparte, el ex vice de la institución, Miguel Pesce. «El encuentro fue bueno y cordial. Charlaron de macroeconomía y del Central», dijeron sin detalles cerca de Sandleris sobre la reunión esta mañana en el despacho del presidente saliente.

Además, el ministro de Transporte, Guillermo Dietrich, recibió esta tarde a Mario Meoni, quien estará a cargo de la cartera a partir de mañana 10 de diciembre. El encuentro se realizó en las oficinas del Ministerio, en piso 12 del Palacio de Hacienda. «Fue una una reunión muy buena muy cordial», dijeron cerca de Dietrich. «Repasaron estructuras y procesos de trabajo «, dijeron.

«Fue una reunión cordial, madura, con una exposición amplia de Dietrich sobre los distintos sectores del transporte y sobre el estado de situación de distintas iniciativas de su gestión», contaron a LA NACION cerca del futuro ministro de Transporte.

También hubo reunión hoy entre el ministro de Producción y Trabajo, Dante Sica, y quien estará a cargo de la cartera de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas. El encuentro fue en el despacho de Sica, que luego iba a recibir al futuro ministro de Trabajo, Claudio Moroni. También, el Emilio Basavilbaso recibió esta tarde a quien lo reemplazará desde mañana en la Anses, Alejandro Vanoli, ex presidente del BCRA.

En la AFIP, en tanto, señalaron que se realizará pasado mañana el traspaso entre Leandro Cuccioli y quien lo reemplazará en la entidad, Mercedes Marcó del Pont, aportó La Nación.

La Balacera paralizó a Culiacán Fuente: Twitter

La Fiscalía general del Estado anunció que detuvieron en Culiacán, Sinaloa, a un hijo de Joaquín «El Chapo» Guzmán. Autoridades federales verifican si se trata de Iván Archivaldo Guzmán u Ovidio Guzmán López.

Balaceras en distintos puntos de Sinaloa – Fuente El Universal

Joaquín «El Chapo» Guzmán está preso en Estados Unidos. En varios puntos de la ciudad, este jueves se reportaron enfrentamientos entre grupos delictivos, varios de ellos viajan en camionetas doble rodado, con fusiles Barret-calibre 50, montados en una estructura móvil, sin que se tenga datos oficiales sobre los hechos.

Se sospecha que los civiles armados eran parte de una banda que buscaban la liberación del hijo de Guzmán.

A través de redes sociales, se alertó a la población sobre fuertes detonaciones de armas automáticas, primero, en la zona de Tres Ríos, muy cerca del edificio de la Fiscalía general del Estado y, posteriormente, sobre el cruce entre las calles Enrique Sánchez Alonso y Universitarios.

La Secretaría de Seguridad Pública del Estado alertó a las diversas fuerzas federales del país para atender los desesperados reportes de la población del lugar, por las continuas detonaciones de armas de fuego de grueso calibre y el desfile por diversas calles de personas de civil fuertemente armadas.

Fuertes tiros en Sinaloa

El ejército y la marina se dirigieron a la ciudad para contener la situación. Hasta el momento, no se habían reportado víctimas por los enfrentamientos, según informó AP. Sin embargo, la intensidad de la balacera fue tal que Dorados, el equipo de fútbol de Sinaloa, suspendió el partido de esta noche «por cuestiones de seguridad».

Los bienes del «Chapo» Guzmán

El gobierno de Méxicoinformó hace unos días que hará un inventario de los bienes de «El Chapo» Guzmán,sentenciado a cadena perpetua en Estados Unidos, para confiscarlos.

Para incautar dichas posesiones, las autoridades necesitan «primero el inventario de bienes con pruebas reales, porque se habla mucho de la riqueza de Guzmán Loera y de otros personajes, pero se tiene que contar con las pruebas», apuntó el presidente Andrés Manuel López Obrador.

«A veces, por lo sensacionalista del caso, se exagera», dijo López Obrador después de recordar que el exlíder del cartel de Sinaloa fue incluido en la lista de los hombres más ricos por cuatro año consecutivos, de 2009 a 2012, ese último año con una fortuna de 1000 millones de dólares.

La publicación lo sacó de la lista de los más ricos del mundo al reconocer que no le era posible seguir verificando las cifras sobre la riqueza del capo, que cada vez más destinaba más dinero a la protección de su familia, informó El Universal (México).