Tag

Malvinas

Browsing

Desde la Secretaría General y de Relaciones Comunitarias de Comodoro Rivadavia, a través de la Dirección de Ceremonial y Protocolo, se anunció el cronograma de actos oficiales por el 37° Aniversario de la Gesta de Malvinas; que comenzarán a partir del 31 de marzo con una muestra alusiva a la fecha y continuará  los días 1 y 2 de abril; con la Guardia de las Estrellas y el desfile cívico militar frente al monumento “Caídos en Malvinas”, en Irigoyen y Moreno.

Sobre el tema, el director de Ceremonial y Protocolo, Alberto Ojeda, informó que las actividades “comienzan el próximo domingo 31 de marzo, con una muestra estática en el Centro Cultural con Fuerzas Armadas, de Seguridad e Instituciones intermedias. La apertura será a las 19 horas y se extenderá hasta las 21 horas, aproximadamente”.

“El lunes 1 de abril tendremos a las 11 de la mañana, el acto homenaje al soldado clase 63, Héctor Bordón, en el acceso al aeropuerto General Mosconi, donde haremos entrega de medallas y la colocación de una ofrenda floral”, describió y añadió que “posteriormente, a las 13 horas, haremos un acto en el barrio Rodríguez Peña, en reconocimiento a cinco soldados del sector que estuvieron en el conflicto bélico”.

Asimismo, Ojeda remarcó que “como tradición, realizaremos la Guardia de las Estrellas, en el Monumento a la Bandera sobre Irigoyen y Moreno, con la presentación de artistas locales y, esa misma noche, se hará la Marcha de las Antorchas por el casco céntrico. A diferencia de otros años, en esta oportunidad, la concentración será en el Comando de la IX Brigada Mecanizada para salir desde Belgrano por calle San Martín hasta el monumento”, aclaró.

En cuanto al acto central por el 2 de abril, el director municipal informó que “a las 10 horas, haremos la colocación de ofrendas florales en los nichos de los soldados: Mario Almonacid, Oscar Millapi y Jesús Marcial en el Cementerio Oeste. Luego –continuó-, nos trasladaremos al Monumento “Caídos en Malvinas” en Irigoyen y Moreno, donde comenzará desde las 11 horas, el tradicional desfile cívico-militar”.

Invitación a la comunidad

En concordancia, el presidente del Centro de Veteranos de Guerra, Juan Pérez, llamó a la comunidad a participar de los actos oficiales, al tiempo que destacó el acompañamiento que se replica año a año por parte de la ciudad.

“Comodoro tiene un profundo sentido de respeto por la causa Malvinas”, aseguró y dijo que “la gente de esta ciudad vivió y formó parte de la Guerra, lo que explica su permanente participación en cada actividad vinculada a la fecha”.

De esa manera, Pérez llamó a los vecinos a renovar su compromiso e invitó a las distintas actividades, señalando que “queremos que sea un verdadero reconocimiento para quienes dejaron su vida por la Patria y un momento de reflexión para Veteranos y la comunidad en general”.

El lunes 1 de abril, desde las 21 horas, se realizará la Vigilia de Malvinas en el Gimnasio Municipal de Dolavon, con un festival folclórico que contará con importantes grupos de artistas. El valor de la entrada será a voluntad y todo lo recaudado se donará a la Escuela Provincial Nº 101, siendo los veteranos de guerra los padrinos de ese establecimiento educativo.

La velada es la 5ª edición de la tradicional Vigilia de Malvinas, organizada por los familiares y excombatientes de Dolavon y 28 de Julio con la colaboración del Municipio, en el marco de los 37 años de conmemoración del Día del Veterano y de los Caídos en la Guerra de Malvinas.

Los artistas que acompañarán el festival serán Michael Muñoz, Las voces de Bryn Gwyn, ballet Ayun Mapú, Gaiman Canta, Leo Pascual, y el cierre a cargo de Los Sandovale’s. Según confirmaron los organizadores, habrá sorteos y regalos sorpresa, en tanto que al final de la noche, con la entrada se sorteará un televisor plasma y una bicicleta. El buffet estará a cargo de la subcomisión de fútbol infantil del Club Social y Deportivo Dolavon.

El valor de la entrada será a voluntad y todo lo recaudado, mediante una urna colocada en el ingreso al Gimnasio, será donado por los ex combatientes a la Escuela Nº 101 «Bernardino Rivadavia», de la cual son padrinos hace 10 años.

 

 

 

El Chubut

Matías Picchio es coleccionista y el 8 de abril entregará a la familia de Rafael Barrios, un soldado que murió en las islas por una explosión siendo prisionero inglés, el casco que utilizó el conscripto durante la guerra. Hace cuatro años Picchio ya había entregado otro casco a José Muñoz, un veterano chubutense del Regimiento de Infantería 25 de Sarmiento.

Cuando Matías Picchio en 2015 compró un viejo casco que pertenencia a un soldado de Malvinas jamás pensó que lo iba a conectar tan directamente con el mundo malvinero, mucho menos que lo iba a traer a la sureña ciudad de Sarmiento en la provincia de Chubut, y que esa historia tendría un segundo capítulo con otro casco que también lleva un nombre de otro conscripto en su tela.

 

La historia de Matías y sus cascos es digna de un guion de cine, no solo por el desenlace final que tuvo la primera historia con José Muñoz recibiendo el casco en un gimnasio repleto, sino también porque mientras otros coleccionistas piden onerosas cifras por esos recuerdos, que para otros son “trofeos de guerra”, él los regala, devolviéndole parte de su historia a quienes le pertenecieron, pero también a sus familias.

Este lunes Matías viajará a Argentina para pasar una semana de vacaciones junto a su familia y amigos, pero también para entregarle un casco a Félix, el hermano de Rafael Barrios, un soldado que murió en las islas cuando explotó una caja de municiones que trasladaba por orden de oficiales ingleses que lo habían tomado como prisionero junto a un grupo de personas.

Previo a viajar Matías dialogó con ADNSUR desde Inglaterra y contó cómo fue qué encontró a la familia de Barrios. “El otro día estaba viendo la tele y vi que muchos familiares fueron a Malvinas a ver si podían identificar a los cuerpos. Nombraron a un tal Barrios y que el hermano había ido a Malvinas para ver si encontraban el cuerpo. Ahí se me prendió la lamparita porque un casco que compre hace tiempo decía Barrios en la parte de adentro. Pensé puede ser el casco de él y buscando en el interior descubrí que tenía pintado el número 12 del Regimiento 12 de Infantería», contó Picchio.

LA HISTORIA DE RAFAEL Y EL CONTACTO CON SU FAMILIA

Rafael durante el conflicto de 1982 estuvo afectado a ese regimiento al mando del subteniente Leonardo Durán. Su pelotón servía de apoyo a las tropas en combate, pero una noche de fines de mayo fue emboscado cuando llegaba como refuerzo a las costas de Puerto Darwin.

Los nueve combatientes tuvieron que saltar del helicóptero y replegarse hacia el mar, pero los británicos los interceptaron, hirieron a algunos, y los llevaron detenidos a unos galpones en Pradera del Ganso donde había cerca de 400 argentinos presos, indica una nota de Tiempo Argentino del año 2011 que cuenta su historia.

Con la experiencia del primer casco Matías ya supo que hacer: rastrear a través de las redes sociales y en internet para tratar de encontrar alguna coincidencia, y lo logró, tal como le sucedió en 2015 cuando decidió contactar a José Muñoz, hoy actual concejal de Sarmiento, a quien lo encontró a través de un artículo periodístico y un llamado al Municipio, donde lo atendió la sobrina, Paola Muñoz, quien por entonces trabajaba en el área de prensa.

El coleccionista argentino que hace años vive en Cambridge (a 95 kilómetros de Londres) se contactó con la periodista Liliana González, quien había escrito un artículo sobre la visita de Félix a las Islas Malvinas, en el marco de la llegada de familiares de soldados que hoy custodian el Cementerio de Darwin, y ella lo contactó.

“Le mande un mensaje por Facebook y me dio el teléfono. Para mi es un placer poder entregar otro casco. Félix está muy emocionado. Cuando lo llame fue como con José, primero dudó: ‘¿y vos quién sos?. Me estas llamando de Inglaterra’. Le dije lo llamo mañana de vuelta para que pueda pensar en todo esto, le voy a mandar las fotos. Y al otro día me dijo que sí. Me pregunto cuánto va a costar y le dije que nada, es un obsequio para la familia. Ellos están muy agradecidos”, contó a la distancia.

A pesar de que los cascos tienen un alto valor económico, (basta con recordar que al casco del veterano de Guerra Jorge Altieri lo compró un empresario – que se lo entregará al excombatiente- a 10.500 libras esterlinas, es decir, medio millón de pesos), Matías tiene bien claro por qué decide devolver estos recuerdos.

«Si yo puedo encontrar a la persona no lo voy a tener guardado en un lugar juntando tierra. Si encuentro a quien pertenece lo tengo que devolver. Soy argentino, tengo un sentimiento, pero respeto a quienes tuvieron que ir a una guerra. Nadie la pasa bien. Además imagínate que Félix no conocía a su hermano, no sabe dónde está el cuerpo, y ahora va a tener algo de él. ¿sabes lo qué significa?. Yo no soy millonario, ni siquiera tengo mucho dinero, pero si puedo devolverlo lo hago. Soy un trabajador simplemente en otro país”, resumió.

Matías el martes llegará a Argentina. Esta vez no podrá participar del acto del 2 de abril como sucedió en 2015 cuando le vino a dejar el casco a Muñoz, pero quizás se lo entregue en una ceremonia que se realizará el día 8, una fecha que tanto él como la familia de Rafael no podrán olvidar.

 

ADNSur

Testimonios de una jornada inolvidable para 62 familiares de combatientes caídos en la guerra de 1982.

Clic, clac, clic, clac. Los rosarios golpean contra las cruces blancas de Darwin, acariciados por el viento de las Islas.

Trap, trap, trap. Las pisadas sobre las piedras blancas que conducen al cementerio marcan la ansiedad de estas madres, hermanos, hijos, que apuran el paso esta mañana de sol y frío en la verde pradera.

«Ay, ay, ay», exclama una madre mientras, de rodillas, acaricia por primera vez el nombre de su hijo, ahora identificado, grabado en la negra placa de granito.

Malvinas tiene voz. Cada sonido cuenta una historia diferente. Las historias que guardan desde el fin de la guerra cada una de las 230 cruces, cada uno de los 649 nombres escritos en el camposanto argentino.

Hoy son 62 los familiares que llegaron hasta Darwin para homenajear a los nuevos soldados identificados: 112 han recuperado sus nombres desde que se inició el Plan proyecto Humanitario. Solo faltan 10 y ya no habrá Soldados argentinos solo conocidos por Dios en Malvinas.

El vuelo de Andes 682, rentado por Aeropuertos Argentina 2000, partió desde Ezeiza pasadas las cuatro de la mañana. Dos horas y cuarenta minutos más tarde, los pilotos Pablo Linari, Tomás Martin y Federico Serino aterrizaron en Mount Pleasant con los 165 pasajeros que, sin dormir y con las emociones contenidas, sintieron cómo los rayos del sol les daban la bienvenida en la Isla Soledad.

«Hasta esta madrugada llovió», dijo en un difícil y gentil español un asistente que selló los pasaportes y confirmó que la habitual inclemencia del tiempo en el sur había cambiado para recibir a las familias de los héroes.

Los 40 minutos en ómnibus que separan el aeropuerto del cementerio se hicieron en silencio. Las miradas, clavadas en las áridas tierras verdes y amarillas.

Entonces llegó el sonido de los pasos sobre el camino de ripio. Y los rosarios. Y los sollozos de las madres que encontraban a sus hijos después de más de tres décadas.

Ahora son las voces y las lágrimas, los rezos y los abrazos los que quiebran el silencio en esta inmensa soledad. «Su cuerpito esta ahí, ya puedo quedarme tranquila», dice casi susurrando, con las manos juntas, los ojos con lágrimas, Cristina Lera, la mamá del soldado Luis Sevilla. Llora entonces Miriam, quien despidió a su único hermano siendo una adolescente y tres décadas después lo sigue extrañando como el primer día. Y le habla a la cruz blanca. Le cuenta que todos los 28 de mayo, día en que murió, ellas le preparan el locro que tanto le gustaba. «La cartita que enviaste de Malvinas diciéndonos que hacía mucho frío está en un cuadro en casa», le dice.

La congoja le aprieta la garganta cuando explica que él podía no haber hecho el servicio militar porque era el único hijo sostén de madre soltera. Pero pidió ir porque le había tocado la Fuerza Aérea y decía que eso le daba oportunidad de progresar y estudiar. «Él le dijo a mi mama ‘así puedo comprarte una casa y no andamos de aquí para allá sin tener donde vivir’. Y pobrecito le dio la casa, pero la pagó con su vida», recordó con angustia.

De rodillas, Mabel Godoy besa la cruz de Víctor Rodríguez, el joven que la enamoró desde aquella vez que caminaron juntos a Luján para orarle a la virgen cuando ella apenas habíaa cumplido los 17 años. Fue su primer y gran amor. Pero la guerra se lo arrebató.

Junto a ella, Nora, que solo tenía cuatro años cuando Víctor partió hacia la guerra, le rinde homenaje a su hermano mayor al que casi no recuerda. ¿Que imágenes vuelven a esa memoria que apenas alcanza a recordar al joven sonriente que la levantaba en brazos y la mimaba como la princesa de la familia?

Envuelta en una bolsita de plástico y en un sobre, Raquel Folch guardó una carta para Aníbal, su hermano más pequeño que cayó el 14 de junio de 1982, cuando faltaban solo horas para la rendición del general Mario Benjamín Menéndez. «Es la carta que él me había pedido que le mandara a las Islas y en ese momento no escribí porque pensé que Ani ya volvía», se lamenta.

Tuvieron que pasar 37 años hasta que Raquel, quien por primera vez pisa las Islas junto a su hermana, tomara el coraje de escribirle la carta que nunca envió . «Le pido perdón por no haberlo hecho antes, porque era tan jovencita como él y en ese momento no me imaginaba qué era una guerra…nunca pensé que él iba a quedarse acá», llora. «Solo quiero abrazarte hermano mío», repite y envuelve la cruz adornada con flores blancas de tela y sujetas con un precinto para que el viento no se las lleve.

El grito se ahoga con las lágrimas: «¿Por qué tanto dolor?, ¿por qué tuviste tanto frío?, ¿por qué te quedaste acá hermanito?». Apoya su frente en la negra placa de granito y acaricia el nombre de Aníbal Folch.

Una hilera más atrás, Lila Yolanda Aguirre dice que no quiere recordar a su Héctor así, frío como el mármol que descansa debajo de la cruz. Que lo siente tibio y cerca, afirma, y se toca el vientre. A los 82 años cuenta que en su memoria él aparece sonriendo y llamándola»Negra». Recuerda que le gustaba el yudo y lo practicaba por las tardes cerca del canal. «Locura» le decían los amigos a su único hijo, y así ella lo adoró con su amor de madre. «Ahora me quedo más tranquila porque sé que su cuerpo está acá», reflexiona y en sus manos aprieta con fuerza unas piedritas blancas que recogió del cementerio.

Viajó sola y llora abrazada a la cruz de su hermano. Cata Ferrau le habla frente a la tumba ahora identificada. «¿Por qué tuviste que quedarte en estas Islas tan lejos, si yo rogué para que volvieras de cualquier manera? Aun herido o invalido te hubiera cuidado toda mi vida. ¿Por qué no volviste a casa donde te esperé todos estos años?», se emociona la mujer que hoy llegó por primera vez a las islas. «Están tan lejos… cuando me subí al avión, como nunca antes había volado, tuve miedo. Pero si él se animó a venir, yo también tenía que hacerlo», cierra la hermana del soldado Jose Ramón.

Toc, toc, toc, las botas de la Guardia Escocesa suenan en el perímetro del cementerio de Darwin. Vestidos con sus uniformes de gala, siete soldados británicos levantan las armas y rinden honores.

Las largas y tristes notas de una gaita atraviesan las lágrimas y las oraciones frente a las cruces. Dos gaiteros reales interpretan El lamento. Luego, será Omar Tabarez, quien fue cabo músico del Regimiento 25 y por primera vez regresó a las Islas, quien con su trompeta volverá a ponerle sonido a la historia de la guerra y sus héroes.

Llega el momento de la oración. El padre Ponciano Acosta, familiar del gendarme caído en Malvinas Gumersindo Acosta, comienza el responso: «Tu que nos resucitarás…». «Señor ten piedad», se unen las voces para rogar al Señor. Lo acompaña el sacerdote de las Islas, padre Ambrose, quien en un claro español ayuda con la ceremonia.

El religioso argentino habla de tres palabras que marcan el día histórico: Gracias (por estar aquí, por saber donde están nuestros seres queridos), Siembra («la semilla que cae sobre la tierra queda infecunda, solo debajo puede dar frutos: que ellos sean semillas de paz»), y luz («vamos a bendecir estas velas de distintos colores que expresan la diversidad que hay entre nosotros»). La eucaristía marca el silencio profundo solo interrumpido por los «amen» de los familiares.

La cruz de Mario Cisnero tiene en su pie la foto del valiente militar. Su hermana Galdys colocó las rosas de tela con cuidado y amor. Durante muchos años, su familia se negó a la identificación: «Teníamos miedo que se llevaran su cuerpo al continente y lo sacaran de las Islas», explica.

Pero hoy el «Perro» es uno de los 112 soldados identificados. «Esto fue cerrar un duelo, lograr la paz», dice y cuenta que solo mucho después en su Catamarca natal supo que Mario Antonio era un símbolo para sus hombres y para el Ejército.

Hoy tiene un pequeño museo de su hermano en un cuarto de la casa: un maniquí con su uniforme, dos cascos, la última valija que usó con sus camisas y su ropa, su boina… «Siento orgullo y leer su nombre en esta placa también me permitió sentir que es justo e importante que los héroes tengan sus nombres», dice.

Lorna Márquez cumplió la promesa que le hizo a su abuela: llevó las cenizas de Elda para que estén junto a su hijo. «Ella me había pedido que volcara sus cenizas en las Islas, porque mi tío no estaba identificado. Ahora las puse entre las piedritas, as están unidos para siempre», se emociona.

Las 165 personas recorren el cementerio de Darwin en este segundo viaje humanitario organizado por Eduardo Eurnekian –Aeropuertos Argentina 2000-, Roberto Curilovic -director de desarrollo de nuevos negocios de AA2000-, el Embajador del Reino Unido en la Argentina Mark Kent, el gobierno de las islas y la comisión de familiares de caídos en Malvinas. El viaje contó con el apoyo de la secretaria de Derechos Humanos y la Cancillería.

Esta causa humanitaria fue impulsada desde 2008 por el veterano Julio Aro, quien se conmovió frente a las 121 cruces que en ese entonces decían soldado Argentino solo conocido por Dios y comenzó a trabajar por la identificación de sus compañeros. Lo acompañaron en esta tarea el coronel británico Geoffrey Cardozo -a quien le fue encomendada la difícil tarea de recoger los cuerpos de los campos de batalla para darles honorífica sepultura-, y esta periodista de Infobae, que junto a Aro visitaron casi 120 familias. La causa concluyó en el Plan proyecto Humanitario. Los tres nos paramos frente a las 10 cruces aun no identificadas y le prometimos a los caídos: «Los vamos a encontrar».

Suenan ahora las turbinas del vuelo de Andes 682. En dos horas y cuarenta minutos los pilotos aterrizarán en el aeropuerto internacional de Ezeiza. La nave se eleva, deja Mount Pleasant. Las Islas se van haciendo pequeñas. Y una madre llora pegada a la ventana: «Ojalá pueda volver pronto a verte hijo mio».

Infobae

El viernes por la tarde, a pocos minutos de que el vuelo de Latam Argentina 7932 con destino Río Gallegos comenzara a descender, el copiloto aprovechó la oportunidad para informarles a los pasajeros que a bordo se encontraban dos veteranos de guerra de Malvinas.

Tal como publica Infobae, Lautaro Jiménez Corbalán y Miguel Mosquera regresaron a las Islas Malvinas después de más de 35 años y estaban en ese vuelo. «Son un orgullo para nuestra Nación», manifestó el copiloto Juan Bilesio.

«El país les debe todo, son un orgullo para nuestra Nación, son una de las cosas que tenemos que cuidar y proteger porque ellos han dado todo para nuestro país sin pedir nada a cambio», comunicó Bilesio a la tripulación.

Entre aplausos y lágrimas de los excombatientes, el avión comenzó su descenso. «Esperemos que se sientan queridos, acariciados y considerados por esta tripulación y toda la nación Argentina», finalizó el primer Oficial del vuelo.

 

 

 

ADN Sur

La ciudad de Bahía Blanca, en el sur bonaerense, será sede entre el 2 y el 12 de octubre próximo de una nueva edición de los «Juegos Olímpicos y Paraolímpicos para Veteranos de la Guerra de Malvinas», competencia en la que participarán más de 1.500 atletas en 27 disciplinas, informaron hoy los organizadores.

Argentina es el único país en el mundo que realiza este evento deportivo para veteranos de guerra, acción que le permitió recibir en 2017 una mención especial del Comité Olímpico de París.

El anuncio de la décimo octava edición fue realizado ayer por las comisiones de los Veteranos de la Guerra de Malvinas en Bahía Blanca y de la Asociación Nacional de Deportes para Veteranos que se llevó a cabo en el Centro Cultural Islas Malvinas.

«Bahía Blanca se va a haber atravesada nuevamente por Malvinas en el mes de octubre, que nos llena de orgullo, somos una ciudad malvinera y deseamos de todo corazón los Veteranos de Guerra, las instituciones, para poder hacer ésto una fiesta», dijo Guillermo de la Fuente, integrante del Centro de Veteranos de Bahía Blanca.

El presidente de la Asociación Nacional de Deporte para Veteranos de Guerra Olímpicos y Paraolímpicos, Darío Gleriano, contó que hace unos días «compañeros nuestros fueron a la Confederación Mundial de Veteranos de Guerra, en Francia, y allí explicitaron que somos los únicos Veteranos de Guerra en el mundo que tienen Olimpíadas desde hace 20 años».

«Desde 1999 venimos con esta locura que es juntarnos con la excusa del deporte. Cada uno de los lugares que se elige a través del Comité Olímpico, vamos y conocemos gente nueva, que además puede conocer a los veteranos que vienen desde Ushuaia hasta la Quiaca y del mar a la Cordillera», afirmó.

Entre las disciplinas que competirán, figuran fútbol 5 y 11, voley playa, tenis, atletismo, bowling, tejo, básquet, golf, natación, bochas, tenis de mesa, arquería, pesas y ciclismo de campo, entre otras, informaron los organizadores.

En las últimas horas, se llevó a cabo la primer reunión del Grupo de Trabajo encargado de organizar el evento que se llevará a cabo para la Inauguración del Mural y Conmemoración del Desembarco y retorno desde nuestras queridas Islas Malvinas, en el Buque Camberra el 19 de Junio próximo.

Desde la Administración Portuaria se ha conformado un grupo de trabajo, el cual hoy ha realizado su primera reunión, participaron de la misma, Milagros Badaloni y Patricia Blanco, por Municipio local, Daniel Belmar, en representación de los Ex Combatientes de Malvinas, Osvaldo Sala y Mariela Pereyra en representación de la APPM, ausentes por período vacacional el representante de la prensa y CAMAD.

El Ing. Sala explicó los motivos de la idea del homenaje y se establecieron pautas de trabajo y tareas a realizar por cada uno de los presentes, proponiendo próxima reunión en quince días para analizar los avances de la organización.

Entre las tareas a realizar por cada uno de los integrantes se halla la actualización de base de datos de Ex Combatientes, contactar a las diferentes autoridades municipales, provinciales y nacionales, entre otras.

El objetivo es que los primeros días de abril el mural esté en marcha y luego de la segunda reunión en la que ya el evento tendrá su título e imágen, se realizará una conferencia de prensa para difundir a nivel municipal, provincial y nacional.

Noticias PMY

El ex combatiente José Luis Castellani presentará este viernes en Trelew las obras literaria “33 años después: libro diario de mi regreso a nuestras Malvinas” e “Infante de marina probado en combate”.

Con el acompañamiento de la Municipalidad de Trelew este viernes el ex combatiente José Luis Castellani realizará la presentación de los libros sobre las Islas Malvinas: “33 años después: libro diario de mi regreso a nuestras Malvinas” e “Infante de marina probado en combate”.

La presentación de estas dos obras que reflejan historias y experiencias de combate en la guerra de Malvinas se desarrollará mañana viernes a partir de las 19 horas, en el Centro Cultural Municipal, sito en 9 de julio 655.

El ex combatiente de Mavinas, Nicolás Nahuelhuen radicado en Trelew realizó el nexo para que Castellani cuente las vivencias en la ciudad y difunda las historias de su libro.

El autor de los libros, José Luis Castellani, contó que «después de 33 años nos reencontramos con Nicolás (Nahuelheun), fuimos compañeros de conscripción de Infantería Marina y la idea que nuevamente nos une es la de seguir «Malvinizando», con charlas en los colegios, y también, a través de estos escritos dejar un testimonio de la vivencia de cada uno en su lugar de combate».

Castellani además detalló que «el primer libro que escribí en el año 2016,»33 años después: libro diario de mi regreso a nuestras Malvinas» cuenta las vivencias de mi regreso a las Islas en el año 2015 junto a 17 ex – compañeros de Infantería de Marina, y la madre de Jorge Maciel, caído en la guerra y el libro ‘Infante de marina probado en combate’, están las historias de la guerra y la postguerra».