La familia de Alejandro Avendaño y Elizabeth Monteros, responsables de la “Copa de Leche, Todo Vuelve”, están organizando junto al personal de Canal 7 una gran movida solidaria para poder recaudar, aportar y donar distintas cosas que necesitan para seguir con el servicio que brindan a los 65 chicos que asisten.
El comedor comunitario ‘Copa de Leche, Todo Vuelve’ ofrece gratuitamente desde hace más de tres años el desayuno y la merienda a niños del barrio Gregorio Mayo. El responsable del lugar, Alejandro Avendaño, señaló que “vamos hacer una gran movida solidaria aunque todavía nos queda definir las fechas, estimamos que se va hacer para el 30 o 31 de octubre”.
El personal de Canal 7 de Rawson se acercó hace unos días hasta el comedor para ofrecer colaboración en la organización del evento, cosa que sorprendió de muy buena manera a Avendaño. “La verdad es que me sorprendió gratamente la noticia de que el personal de Canal 7 quiere hacer una movida solidaria para ayudar a la ‘Copa de Leche’, así que sorprendido y muy contentos por lo que están haciendo”, resaltó.
Al respecto de las necesidades que tienen, Avendaño detalló que “lo que necesitamos hoy es un frezeer, mesas, sillas que sean apilables, manteles. Después en relación a lo que le servimos todos los días a los chicos que es leche, azúcar, te, cacao, galletitas, algún dulce o manteca para untar”.
“Nosotros trabajamos con los chicos de lunes a viernes, con un desayuno y una merienda, los sábados hacemos comidas, y durante los días de semanas también tenemos varias actividades como clases de folklore, taekwondo, talleres de cocina, entre otros”, añadió.
Avendaño expresó que “la verdad es que estos talleres se dan por el esfuerzo solidario de los profesores que los dictan y la verdad que asisten muchos chicos, y se van sumando mucha gente. En este espacio se da porque necesitamos profesionales ya sean sicopedagogos, médicos que quieran venir a dar charlas, hasta odontólogos han venido”.
El comedor cuenta hoy con una 65 chicos de hasta los 14 años, todos ellos viven en el barrio Gregorio Mayo.
“Yo no sé si voy a cambiar el mundo pero empecé haciendo pequeñas cosas y quiero seguir en este camino, si la gente de buen corazón me da una mano bienvenidos, los espero y quieren acercarse a ver lo que hacemos que vengas. Acá estamos todos los días a las 9 de la mañana y por la tarde a las 17 horas”, culminó.