EE.UU.- La ex Miss América 2008 Kirsten Haglund, encontró esperanza en Cristo tras leer la Biblia y pudo finalmente ser libre de la anorexia. «Encontré mi identidad en Cristo», dijo.
Antes que Kirsten fuera coronada, ya luchaba contra los trastornos alimenticios que debilitaban su vida. Fue la lectura del libro de los Salmos que cambió su manera de pensar y decidió que Cristo guíe su vida, según cuenta en un video del proyecto «Soy Segundo».
«Para alguien que está sufriendo seriamente de un trastorno alimenticio, la mente no funciona de manera normal. Se ve horriblemente asqueroso», dijo Kirsten a Chistian Post.
«Es un asunto acerca de la alimentación y la pérdida de peso, para lograr tener el tipo de cuerpo que uno desea, pero en realidad es más que eso. Se trata de esclavitud», aseveró la modelo, recordando su condición en el pasado.
«Todo comenzó cuando por primera vez pensé: «Tal vez debería pensar en lo que estoy comiendo. Tal vez debería hacer dieta. No es eso lo que dicen las revistas de moda. Cómo ser mujer, perder cinco kilos y sentirse bien», dijo Kirsten.
La modelo empezó a no comer el almuerzo, con tal de mantener su figura. Esta conducta la llevó a perder fuerzas e implicarse con la la anorexia, que la hizo inconforme con su aspecto físico.
«El espejo es un instrumento de tortura para alguien que está luchando con su imagen corporal. Todo lo que veía en mi era un fracaso. Y eso que aún no estaba totalmente anoréxica», dijo.
Después de algunos meses, se notó un cambio de conducta de Kirsten, su comportamiento era violento, expresaba ira y ansiedad, por lo que fue llevada a los médicos, quienes la diagnosticaron de anorexia.
Ante esta realidad, la ex reina de belleza no se mostró dispuesta a cambiar, ella quería continuar con la misma rutina de siempre. Pero un día mientras estaba corriendo sin haber comido lo suficiente, se debilitó tanto que cayó y casi pierde el conocimiento. «Eso fue muy aterrador», dijo.
Después de esa experiencia, su vida comenzó a cambiar. Uno de sus amigos le obsequió una Biblia y ella comenzó a leer, específicamente el libro de los Salmos.
De pronto, ella sintió el deseo de volver a comer lo que había dejado, quería pizza y pastel. También entendió que quería ser una persona real, que sea valorada por lo que es y no por la figura física. Quería ayudar a otras personas a salir de este problema. «Fue en ese momento que realmente me di cuenta que quería cambiar», dijo.
«Encontré en la Biblia palabras que me enseñaron a librarme del perfeccionismo, pero también me trajo alivio para mi alma. Me di cuenta que no estaba sola, Jesús estaba conmigo, era como su mano me rescataba del abismo.
Finalmente reconoció que Jesús la amaba tanto que murió por ella. «A través de mi relación con Cristo, entendí mi identidad como hija de Dios, me di cuenta que el amor y la aceptación es un regalo que no podía ganar. Es la gracia que es dada por Dios», concluyó. AcontecerCristiano.Net