Hace pocos días Mac Karty declararon que iban a hacer un bloque que se llamará el Frente Peronista.
Muchos ven al nuevo militante del ChuPaTo, algo así como la canción de León Gieco, modificada para la ocasión: «¡Ojo con los Borocotó! Yo los conozco. Son como los Orozco. Son como los del Pro».
Este hecho se popularizó cuando en el 2005 Borocotó se pasó del Pro al Kirchnerismo, a partir de aquel entonces se lo llamó la Borocotización de la política.
Este muchacho hizo punta para todos los que vinieron después, ahora se perciben versiones ampliadas y mejoradas, un upgrade de este fenómeno de transfuguismo político según las palabras de Perón.
Acá lo vivimos con Jonshon Taccari y la LLanes hace un año, ahora con el grupo de diputados que responden al grupo de Gustavo Mac Karthy.
Uno se pregunta: ¿Por qué ahora?, la respuesta no está lejos, si uno ve la actuación de su padre senador y presidente de la Comisión de Energía del Senado cuando se privatizó YPF. Dicen los que saben que “millones pasaron por debajo de su escritorio” para que esa aprobación salga favorable.
Uno de los fraudes y venta del patrimonio más vergonzante contra el pueblo argentino.
Es evidente que la década del 90 fue «la década ganada» para los Mac Karthy.
Llamativamente, el joven abogado Gustavo César recibe como regalo de papá presuntamente en “pago” por esa privatización los Registros del Automotor que Menem le regaló, y papá como dilecto hijo de peronistas que hay que repartir la riqueza, el registro de Esquel se lo dio a su hija.
Parece ser que a la familia le sienta mejor el neoliberalismo que le permitieron viajes de placer, una vida de ricos y famosos, viviendo del empleo público, mejor que un gobierno Nac & Pop.
Ahora como es la vida no, se vuelve a juntar con su amigo Marito otra vez, y cercano a un viejo conocido de papá, Juan Carlos “Cali” Oca.
Se cuenta en el Touring Club de Trelew, que en la década del 70 puso un quiosco en Trelew que lo fundió, incluso ese comercio se lo puso el padre del actual ministro de Economía de la Provincia, Pablo Oca.
“Cali” no lo puede ver a Kuky porque comenta que cuando le empezó a ir “bien” en la política se olvidó de todas las manos que él le había dado. Mac Karthy fue ñoqui de la Legislatura con el regreso de la democracia hasta que se convirtió en diputado nacional perdiendo una elección con José Luis Lizurume. Después fue consagrado senador en una “rosca”, que ahora Kukyto denuncia con altivez digna del Dalai Lama.
Por otra parte y como este pase incluye a gran parte de la familia, la ya mencionada hija es escribana y está casada con el escribano Juan Cruz Lago hijo de “Juancito” Lago oriundo de Rawson.
Parece ser que este Escribano según cuentan fuentes en la cordillera está involucrado en el curro verde, y la sesión de tierras de forma que podemos llamarlo como mínimo desprolija, en el mejor de los casos.
Kuky tenía una casa en el coqueto barrio Parque Las Margaritas de Trelew a la que dejó como quincho cuando adelante del terreno construyó una verdadera mansión. Es decir tiene dos casas en ese barrio VIP.
También posee una chacra en la zona de Gaiman donde es productor de cerezas (aunque dicen que la tiene de pantalla). En Buenos Aires posee un coqueto y amplio departamento en Palermo y en Playa Unión una moderna casa de dos plantas. También se mueve una 4×4 y tiene varios vehículos más. Siempre se dijo que tiene varios millones de dólares depositados en Uruguay.
Las propiedades siguen: a su hijo Gustavo le construyó dos casas. Una amplia y moderna de dos plantas con jardines en el coqueto barrio San Benito justo frente a la casa del juez Federal Hugo Sastre y otra en Playa Unión a media cuadra de la suya.
Pero al divorciarse su hijo de su primera esposa esa vivienda de dos plantas se la dejó a su ex ante la negativa de Gustavo de darle la casa del barrio San Benito, entonces tras casarse con Florencia Papaiani adquirió una modesta casa en otra zona más céntrica de Playa Unión la cual incluso la pagó 70.000 mil dólares más de lo que pedía un jubilado del Banco del Chubut que la tenía en venta hacía años.
De esa pequeña casa no quedó nada ya que la convirtió en una amplia y moderna vivienda de dos plantas. La construcción estiman demandó otros 250.000 dólares y se realizó mediante el sistema americano de construcción a seco, mucho más oneroso que el sistema tradicional con ladrillos.
Gustavo también se mueve en una amplia 4×4 y son frecuentes sus viajes a Disney con todos sus hijos, tiene 4 a la que debe sumarse una hija de su actual mujer. Por lo que cuando se mueve toda la familia ensamblada son 7 personas.
Es entonces que después de este pequeño raconto familiar podemos entender que los Mac Karthy, son políticos de una sola palabra “cuanto”.
Con lo cual este pase al ChuPaTo se percibe como un pase más caro que el de Tévez al Club de China.
Ahora bien, volviendo al tema que nos ocupa, que es, porque los ciudadanos cuando votamos parece que le diéramos un cheque en blanco para que hagan cualquier chanchada a las personas con los cargos políticos.
Desde el punto de vista del derecho no es así, o más bien no debiera ser así, pero ahí tienen la impunidad del poder frente a las mayorías.
Alguna vez, Ricardo Alfonsín había propiciado un proyecto «antiBorocotó», con el propósito de que pierdan sus bancas aquellos legisladores nacionales que cambien de partido.
Hay jurisprudencia de la Corte Suprema según la cual las bancas corresponden al partido por el que fueron elegidos los candidatos.
No fueron Ricardo Alfonsín ni Francisco de Narváez, en su momento los únicos preocupados. El peronista disidente Felipe Solá fue más allá todavía, al admitir que visita personalmente o llama telefónicamente con bastante asiduidad a cada uno de los diputados de su sector, para no llevarse la sorpresa de que alguno esté pensando en sacar los pies del plato.
El problema del travestismo o transfuguismo político en la Argentina reconoce causas más profundas, vinculadas con el devaluado papel de los partidos políticos, que en la mayoría de los casos ya no son instituciones mediatizadoras de demandas sociales ni asociaciones cuyos miembros se encuentren unidos por un proyecto común o por lealtades, sino que son meros instrumentos al servicio de personas que buscan escalar posiciones políticas y acceder a un cargo público.
Para evitar este tipo de cosas la constitución de Catamarca dice:
Art. 242. – Las representaciones políticas, parlamentarias o deliberantes que esta Constitución establece emanan del pueblo. Los partidos políticos que hayan postulado esas representaciones podrán en principio, disponer la terminación de las mismas, cuando se violen alguno o algunos de sus principios fundamentales y de las propuestas de la plataforma electoral. Para este supuesto deberá existir pronunciamiento de la máxima autoridad partidaria, con arreglo a lo dispuesto por las cartas orgánicas de sus respectivos partidos. Esta autoridad o el máximo Tribunal Electoral de la Provincia, en caso de apelación, cursará comunicación de lo resuelto a las Cámaras Legislativas, a los Concejos Deliberantes o a los demás cuerpos deliberativos, que esta Constitución o las leyes especiales establezcan, según corresponda, a los efectos del reemplazo.
El grasita.