Aranguren analiza un acuerdo que “resucita” a Vaca Muerta. “Es el principal reto económico de la Argentina”, dijo. En su rol de ministro de Energía y Minería, asume que para ciertos sectores de la oposición se ha transformado en “el malo de la película”. Alejado de una retórica vana y proclive a evitar “desmesuras” mediáticas, devenidas en promesas incumplibles, propone asumir el futuro a partir de hechos concretos acerca de un mercado que muta, crece y se transforma
Decía el escritor francés Louis-Ferdinand Céline que “la experiencia es una lámpara tenue que sólo ilumina a quien la sostiene”. El ministro Juan José Aranguren, habla sin embargo de una “fascinante experiencia colectiva” que marcará el nuevo rumbo de la industria petrolera en la Argentina, detalla en su portal la revista petroquímica.
¿Por qué ve en el shale de la formación neuquina el futuro energético del país?
Si la energía se erige como uno de los principales retos económicos de la Argentina, Vaca Muerta representa sin dudas uno de los mayores desafíos energéticos. El reciente acuerdo suscripto con los sindicatos es una oportunidad histórica para motorizar definitivamente el desarrollo a gran escala de los recursos no convencionales de la cuenca Neuquina. Definitivamente supone un desarrollo a gran escala.
¿Cuál sería el máximo logro de su gestión?
Estamos preparados para explotar Vaca Muerta en toda su dimensión. Estoy convencido sobre las bondades de un acuerdo que reportará enormes beneficios al país. Esto se traducirá en el despegue definitivo de la producción de shale en la cuenca Neuquina. A poco más de un año de haber asumido la conducción del Ministerio, es importante haber llegado a un acuerdo con los convenios colectivos de trabajo (637/11 y 644/12). Hasta ahora se encuentran en desarrollo sólo dos de las 19 áreas concesionadas en la formación. Gracias al acuerdo que el Gobierno acaba de sellar con las empresas y los sindicatos, las otras 17 podrían entrar en el circuito de producción en el transcurso del año.
¿Vaca Muerta es sólo una promesa a futuro?
“Para nosotros el futuro es hoy. Nuestro país requiere contar con el real desarrollo de Vaca Muerta. Y ahora estamos preparados para explotar el reservorio en su total dimensión”, enfatiza el ministro con la certeza de que prontamente se verán resultados positivos tanto en los inventarios y la oferta de petróleo y gas natural como en los índices de ocupación del sector. Añade que el acuerdo logrado con los trabajadores del sector alienta a que haya más empleo en función del potencial a explotar. No estamos hablando de conjeturas o de un beneficio efímero. Estamos en condiciones de multiplicar por diez el nivel de ocupación. No duda en afirmar la importancia del respaldo recibido por el secretario general del Sindicato del Petróleo y Gas Privado de Río Negro, Neuquén y La Pampa, Guillermo Pereyra, y por el secretario general del Sindicato del Personal Jerárquico, Manuel Arévalo. “Ambos han sido defensores acérrimos de la oportunidad que brindan las mayores inversiones a la hora de generar fuentes de trabajo de calidad en el país. Éste es el desafío máximo que afronta el sector petrolero”, subraya.
“Proyecciones auspiciosas”
Luego del acto en el que el presidente Mauricio Macri anunció la firma de la adenda, celebrado el pasado 9 de enero en el Salón Blanco de la Casa Rosada, Aranguren manifestó que el principal objetivo de la iniciativa pasa por generar las condiciones más apropiadas para que la cuenca Neuquina atraiga un creciente número de recursos humanos a fin de promover el desarrollo de sus hidrocarburos no convencionales.
“De todos modos, Vaca Muerta no es simplemente una promesa a futuro, sino que ya está dando sus frutos en la actualidad”, acotó el ministro. Debe destacarse que el shale gas ya representa un 20% de la producción gasífera argentina, mientras que el shale oil es responsable de un 6% de la extracción petrolera. No obstante, Aranguren cree que a través del acuerdo –que fue ratificado con leves retoques por todos los actores involucrados el 31 de enero– el aporte de los recursos no convencionales al abastecimiento hidrocarburífero nacional se hará sentir con mayor énfasis en el corto plazo.
“De las 19 concesiones otorgadas por la provincia de Neuquén dentro de Vaca Muerta, apenas dos ya han pasado de la fase de piloto a la de desarrollo (Loma Campana, a cargo de YPF y Chevron, y El Orejano, en manos de YPF y Dow). Con el apoyo de los sindicatos, estamos tratando de que las otras 17 den ese paso a más tardar a fines de este año, en lugar de esperar hasta 2019”, anticipó.
Nuevas oportunidades
Aranguren no duda en afirmar que la Argentina tiene los recursos naturales y humanos necesarios para aprovechar grandes oportunidades de desarrollo que en el pasado fueron dilapidadas sobre la base de la implementación de políticas erróneas. “El cobro de derechos a la exportación de gas, petróleo y derivados fue una herramienta que frenó el crecimiento de la actividad en el país. Estoy convencido de que, gracias a la eliminación de las retenciones y a la firma de esta adenda que establece condiciones para fomentar la puesta en valor de los hidrocarburos no convencionales –rubro que no existía cuando se firmaron los convenios colectivos de 2011 y 2012–, podremos desarrollar a gran escala nuestras potencialidades energéticas”, subrayó.
Y añade que, “cuando el resto de los actores económicos observen los resultados que se obtengan en el sector petrolero, surgirán nuevas oportunidades para replicar convenios similares en otros segmentos”.
Asimismo, acotó, a través del “Plan Gas” el Gobierno nacional está garantizando determinado valor del fluido, independientemente de cuál sea el precio de transacción en el mercado argentino. “Esa tasación hoy se encuentra muy cerca de la paridad de importación. Aquellas empresas que tomen la decisión de llevar sus proyectos en Vaca Muerta desde la etapa de piloto hasta la de desarrollo tendrán garantizado durante cierto período un precio fijo que irá hacia la baja”, estimó el ministro.
De hecho, aseguró, la mayor oferta y competencia en este mercado posibilitará que los argentinos afronten menores costos energéticos. “Cuanta más energía tengamos, más barato será su valor”, remarcó.
Por lo pronto, reconoció, el precio de las naftas seguirá sujeto a la variación de sus costos (esencialmente relacionados con la cotización del petróleo crudo y la evolución del tipo de cambio). “Lo importante es que en los últimos dos años la Argentina ha ido acercándose gradualmente a los precios internacionales y el mercado ha ganado previsibilidad”, completó.
De Shell a la función pública
Ingeniero químico de profesión, con un posgrado en Ingeniería en Sistemas por la Universidad de Buenos Aires (UBA), Aranguren se incorporó a Shell Argentina en 1979 como ingeniero de procesos en el departamento de Tecnología de la Refinería de Dock Sud. Cinco años después, fue designado economista en la Refinería Shell de Geelong, Australia.
Al regresar al país, en 1986, ocupó diversas posiciones gerenciales dentro del sector comercial de la petrolera, hasta que en 1995 fue asignado a las oficinas centrales de la empresa en Londres. Desde allí coordinó las actividades de las naciones angloparlantes de África y posteriormente las de los mercados latinoamericanos.
En 1997 retornó al medio local para ocupar un lugar en el Directorio de Shell Argentina como vicepresidente de Suministros y Comercialización. Tres años más tarde, fue designado vicepresidente para los países del Cono Sur (es decir, Argentina, Bolivia, Chile, Paraguay y Uruguay).
A partir de 2003, desempeñó la Presidencia de Shell Compañía Argentina de Petróleo y la Vicepresidencia de Suministros para América Latina. Tras 12 años de dirigir los destinos de la petrolera, a fines de 2015 fue llamado por el presidente Macri para estar al frente del Ministerio de Energía y Minería de la Nación.