La violencia vuelve a golpear con fuerza a Haití. Un ataque masivo de grupos armados dejó víctimas fatales, casas destruidas y a cientos de familias huyendo para sobrevivir
Según informó Radio3, la ONG Le Collectif Défenseurs Plus denunció que al menos 20 personas fueron asesinadas, numerosas resultaron heridas y unas 500 viviendas quedaron incendiadas tras el brutal avance del grupo delictivo Gran Grif sobre la localidad de Pont-Sondé, entre el 29 y el 30 de noviembre.
El horror se extendió durante horas, provocando un éxodo desesperado y el cierre de escuelas. “La vida de la población pende de un hilo”, alertó la organización humanitaria al describir un escenario sin resguardo estatal y donde las bandas deciden quién vive y quién muere.
Violencia extrema y abandono estatal
Gran Grif ya había atacado Pont-Sondé en octubre de 2024, dejando más de 70 muertos, entre ellos mujeres y niños. Esta repetición de hechos —señalan defensores de derechos humanos— confirma el colapso institucional y la expansión de pandillas que actúan con total impunidad.
La ONG advirtió que no hubo medidas preventivas pese a los antecedentes recientes y criticó la inacción del Gobierno haitiano, que expone a la población a situaciones límite: “La falta de intervención y el silencio de las instituciones públicas reflejan un profundo abandono”.
Una crisis humanitaria que no se detiene
La violencia criminal en Haití se ha cobrado más de 16.000 vidas desde 2022, y solo en el primer semestre de este año se contabilizaron 4.000 homicidios atribuidos a pandillas, de acuerdo con datos oficiales.
Frente a este panorama devastador, organismos humanitarios y defensores del pueblo reclaman asistencia urgente, protección para los desplazados internos y estrategias que frenen el terror que se expande localidad tras localidad.
Mientras tanto, Pont-Sondé vuelve a transformarse en símbolo del drama humanitario que mantiene al país en un estado permanente de emergencia.




