El aire, el agua y el suelo contaminados son los causantes de la muerte prematura de 9 millones de personas cada año según una investigación publicada en la revista The Lancet. Las muertes por contaminación superan a las producidas en guerras, hambre, SIDA o malaria.
El estudio, advierte que la contaminación es tan peligrosa que “amenaza la supervivencia continua de las sociedades humanas”, ya que representa el 16% de las muertes en todo el mundo.
La mayoría de las muertes son a causa de enfermedades relacionadas con la contaminación, como derrames cerebrales, enfermedades del corazón y cáncer de pulmón. Las muertes se dan en mayor porcentaje en los países en vías de desarrollo por el rápido avance de la industrialización, pero la lenta regulación de esas actividades en materia ambiental.
Dado que casi todas estas muertes (92%) ocurren en países de ingresos bajos y medianos, y que la contaminación afecta desproporcionadamente a los pobres y marginados en todos los países del mundo, los autores del informe pretenden poner fin al descuido del tema en todo el espectro político y movilizar la voluntad, los recursos y el liderazgo necesarios para enfrentarlos.
Datos relevantes
La investigación muestra que del total, un 50% de las muertes se produce por la contaminación atmosférica que generan los automóviles. Esta cifra seguirá en aumento y se espera que para 2050 las muertes en el sudeste asiático se dupliquen.
En segundo lugar, el aire interior de las viviendas contaminado a causa del uso de estufas a leña provoca unas 2,9 millones de muertes al año.
Le siguen los fallecimientos por agua infectada con aguas residuales que produce 1.8 millones. Las enfermedades que más se transmiten son el cólera y parasitosis.
La contaminación en el lugar de trabajo, que prevalece en los países industrializados, también representa alrededor de 800,000 muertes cada año y está asociada a enfermedades como el cáncer de vejiga en trabajadores del tinte y asbestosis, la neumoconiosis en trabajadores del carbón, cáncer de pulmón, mesotelioma y otros cánceres en trabajadores expuestos al asbesto (amianto).
Por último, la contaminación con plomo se relacionó con 500.000 muertes provocadas por presión arterial alta, insuficiencia renal y enfermedad cardiovascular causada por el plomo en adultos.
Los investigadores aclaran que la cifra de 9 millones anuales es estimada ya que hay muchas otras enfermedades derivadas de la contaminación poco estudiadas como la demencia o la diabetes, que también contribuirían a las fatales estadísticas.
Los efectos de salud adicionales causados por otras formas de toxicidad del suelo (como otros metales pesados o productos químicos) no se investigan adecuadamente, por lo que tampoco se incluyeron en el estudio.
Lo mismo sucede con las enfermedades derivadas del uso o exposición a productos químicos como los de la industria agropecuaria, faltan estudios, por lo que también se estima que podrían sumarse a las cifras arrojadas por la investigación.
Los niños, los más sensibles
La población más vulnerable a las muertes por enfermedades relacionadas con la contaminación son los niños. Especialmente si en la etapa de desarrollo fetal han sido expuestos a algún tipo de contaminación.
También el planeta
Pero la contaminación no afecta sólo a las personas, advierte el informe. También impacta a los ecosistemas del planeta porque está estrechamente vinculada al cambio climático.
Un dato: la quema de combustibles fósiles es responsable del 80% de la contaminación producida en forma de polvo en suspensión en el aire y de casi toda la contaminación provocada por los óxidos de azufre y de nitrógeno.
Los óxidos de azufre más importantes en lo que respecta a la contaminación atmosférica son el dióxido de azufre, SO2 y el trióxido de azufre, SO3. Los óxidos de nitrógeno son uno de los grupos más contaminantes. Los más importantes son el dióxido de nitrógeno, NO2 y el óxido nítrico, NO.
Por su parte el carbón es el combustible fósil más sucio del mundo y su combustión es una de las causas principales, tanto de la contaminación como del cambio climático.
“La contaminación es mucho más que un desafío ambiental: es una amenaza profunda y omnipresente que afecta muchos aspectos de la salud y el bienestar humanos. Merece la plena atención de los líderes internacionales, la sociedad civil, los profesionales de la salud y las personas de todo el mundo “, señala el co-líder de la Comisión, Profesor Philip Landrigan, de la Facultad de Medicina de Icahn en Mount Sinai, EE. UU., en un comunicado.
“A pesar de sus efectos de gran alcance en la salud, la economía y el medio ambiente, la contaminación se ha descuidado en la asistencia internacional y en las agendas de salud mundiales, y algunas estrategias de control han carecido de fondos suficientes. Nuestro objetivo es aumentar la conciencia mundial sobre la importancia de la contaminación y movilizar la voluntad política necesaria para abordarla, proporcionando las estimaciones más exhaustivas de la contaminación y la salud disponibles”.
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