El represor Miguel Osvaldo Etchecolatz se encontraba este mediodía en su casa en el Bosque Peralta Ramos, en la ciudad de Mar del Plata, luego de que, durante las primeras horas de esta jornada, se concretara su traslado desde el penal de Ezeiza tras la decisión de la Justicia de concederle el beneficio de la prisión domiciliaria.
Los integrantes de los bloques políticos del Concejo Deliberante y sectores gremiales de Mar del Plata repudiaron ayer la llegada a la ciudad del ex comisario condenado seis veces por haber cometido delitos de lesa humanidad.
Etchecolatz, de 88 años, recibió anteayer el beneficio de la prisión domiciliaria por parte del Tribunal Oral Federal Nº 6 de la ciudad de Buenos Aires, por su «delicado cuadro de salud».
Los jueces del tribunal, José Sobrino, Julio Panelo y Fernando Canero, determinaron que el arresto domiciliario se lleve a cabo en la casa ubicada en la calle Nuevo Boulevard del Bosque, entre Guaraníes y Tobas, en el Bosque Peralta Ramos de la ciudad balnearia.
Entre los cuestionamientos que exigen dar marcha atrás con la medida judicial, la diputada nacional marplatense Fernanda Raverta (Unidad Ciudadana) recordó que Etchecolatz fue declarado «persona no grata» en 2001 en el partido de General Pueyrredón, al igual que otros represores emblemáticos de la dictadura, como Alfredo Astiz.
«[Los marplatenses] no se merecen vivir junto a un genocida», agregó Raverta, que es hija de María Inés Raverta, que se encuentra desaparecida desde junio de 1980.
Organizaciones de derechos humanos, sociales y políticas convocaron para esta tarde una marcha bajo el lema «si no hay Justicia, habrá escrache para los genocidas», en repudio a la prisión domiciliaria otorgada a Etchecolatz.
Agencia Télam