Es una cifra relativamente baja en función de los 106.662 habitantes de la ciudad. El informe, que oportunamente fue solicitado por el mandatario municipal apenas iniciada la gestión, señala que el 6.5% de los hogares –en una base poblacional de 106.662 habitantes-, fueron categorizados con Necesidades Básicas Insatisfechas.
Esa calificación comprende a las unidades habitacionales que presentan las siguientes características: vivienda inconveniente, carencias sanitarias, condiciones de hacinamiento, inasistencia escolar y capacidad de subsistencia. «Es un método directo para identificar carencias críticas en una población y caracterizar la pobreza», describe el documento.
En reiteradas oportunidades, el intendente mencionó la relevancia de llegar con los servicios básicos a los hogares situados en los distintos puntos de la ciudad. «Inauguramos obras que quizás no se ven, pero cambian la condición de vida de los vecinos», refirió Maderna en cada acto público.
«Nuestra gestión no piensa en proyectos faraónicos, sino en resolver los problemas más inmediatos de la gente», planteó.
El desafío del Gobierno municipal es que cada habitante acceda a los servicios básicos. Razón que permitió avanzar con obras que ni siquiera eran tenidas en mente, por ejemplo, red de agua en la zona de chacras, en barrio Moreira, tendido eléctrico en varias zonas de la ciudad, conexiones domiciliarias de gas, colectoras cloacales, entre otras.
Educación
Otro de los datos destacados está vinculado con el nivel educativo de los habitantes. El 33,4% de la población –indica el informe-, se encontraba dentro del sistema de enseñanza formal en algún establecimiento, y el 63,2% había concurrido a un establecimiento educativo.
Por otro lado el 3,4% de los entrevistados nunca habían asistido a un establecimiento escolar. El nivel educativo alcanzado que se ubicaba en primer lugar a lo largo de las siete mediciones es el nivel primario completo, con el 16,6 %.
Hogares
Para concluir, el documento define tres situaciones: en la ciudad, un 82,4% son casas, 16% departamentos, y los denominados «ranchos» representan un 0,6%.
Quedan excluidas las viviendas inconvenientes que son aquellas no destinadas a fines habitacionales como pieza de inquilinato, vivienda precaria u otro tipo, que equivalen a un 1%.