No habrá novedades sobre el demorado viaje a la Argentina mañana, cuando el Papa se reunirá por primera vez con la nueva cúpula del episcopado argentino.
«Por ahora el Santo Padre no va a venir», aseguró hoy a LA NACION una fuente de la renovada comisión ejecutiva de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA), que intentó bajar la expectativa existente en el país con respecto a este tema, en víspera de su audiencia con el Santo Padre. «Ya llegarán los tiempos», agregó.
Tal como se había adelantado mañana a las 11 locales -las 7 de la Argentina-, Francisco recibirá en audiencia oficial a las nuevas autoridades de la CEA, electas en noviembre último, en la Biblioteca del Palacio Apostólico.
Será un encuentro que marcará el fin de la visita que realizaron en los últimos días a diversas oficinas del Vaticano el presidente de la CEA y obispo de San Isidro, monseñor Oscar Ojea, el vicepresidente primero y arzobispo de Buenos Aires, cardenal Mario Poli, el vicepresidente segundo y obispo de La Rioja, Marcelo Colombo y el secretario general y obispo de Chascomús, Carlos Malfa.
No será su primer cara a cara del Papa con los cuatro obispos argentinos, con quienes concelebró su tradicional misa matutina en la Capilla de Santa Marta, el jueves por la mañana y a quienes saludó más que afectuosamente después de la celebración eucarística.
Durante la reunión de mañana con Francisco -con quien alguno de los obispos también pudo reunirse informalmente en estos días-, la agenda será «abierta». Se hablará de los trabajos pendientes en el episcopado -, liderado desde noviembre por Ojea, un obispo en total sintonía con Francisco- y de los temas que el ex arzobispo de Buenos Aires ve como importantes en este momento para la Argentina.
Entre los cuatro obispos reinaba hoy un clima de gran satisfacción después de haber realizado, como es praxis para las nuevas autoridades de los episcopados, reuniones en los diversos dicasterios de la curia romana, la administración central del Vaticano. «Notamos cambios importantes en la curia romana. Hay un espíritu de escucha que es muy importante, sobre todo para situaciones de las iglesias particulares, para América latina y eso realmente nos impacta mucho. Encontramos en Roma gente que está informada y gente que al mismo tiempo es capaz de ser transformada por una escucha, que no impone un criterio», destacaron, en diálogo con LA NACION.
Los prelados quedaron especialmente impactados por el trabajo que está haciendo la Secretaría del Sínodo, que dirige el cardenal italiano Lorenzo Baldisseri. Allí, no sólo están preparando un Sínodo para los Jóvenes, convocado para octubre de este año y que será precedido por una reunión de jóvenes de todo el mundo, sino, además, un Sínodo Pan-Amazónico, para octubre de 2019, algo sin precedente. «Han recibido 500.000 consultas de jóvenes de todo el mundo y esto es más que trascendente: tener en cuenta la opinión de los jóvenes es nuevo. Va a ser un sínodo marcado no por los obispos, sino por un grupo de jóvenes que prácticamente van a llevar adelante el instrumentum laboris. Eso nos pareció extraordinario», subrayaron.
También contaron que, en su reunión en la Congregación para la Doctrina de la Fe, que dirige el jesuita español Luis Ladaria, conversaron acerca de la elaboración de un «catecismo argentino», algo en lo cual se está trabajando lentamente, que sería «una adaptación de la fe con un lenguaje, con una terminología que juzgamos que es más llegadora, más adaptada al hombre argentino de hoy». En la reunión mantenida en la Congregación para el Clero, por otro lado, el tema fue el de los seminarios y la formación permanente de los sacerdotes en nuestro país, donde últimamente hay muy pocas vocaciones, algo preocupante.
Después de reunirse con el cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado y número dos de Francisco y con el cardenal ghanés Peter Turkson, al frente del dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano e Integral, los integrantes de la comisión ejecutiva terminaron hoy su jornada en la Basílica de los nuevos mártires de San Bartolomé, en la isla Tiberina. Alli, en una ceremonia encabezada por monseñor Ojea, fueron entregados el cáliz y la patena con que celebraron la eucaristía los padres Alfredo Kelly, Pedro Dufau y Alberto Leaden, los tres sacerdotes palotinos asesinados el 4 de julio de 1976 en nuestro país, junto a los seminaristas Emilio Barletti y Salvador Barbeito. En el marco de una emotiva oración organizada por la Comunidad de San Egidio, estas reliquias fueron puestas en el altar dedicado a los mártires de las Américas.
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