El Gobierno nacional enviará a Chubut al ministro de Energía, Juan José Aranguren, a comandar el operativo seducción a los intendentes y legisladores de la provincia para que avalen la llegada de la minería, actividad que en el distrito del mandatario Mariano Arcioni está prohibida por ley pero que podría cambiar la débil ecuación económica que atraviesan las arcas chubutenses.
El arribo será el miércoles 21 a la localidad de Telsen, donde el funcionario de Mauricio Macri tendrá reuniones con los jefes municipales y diputados de todos los colores políticos en una parada brava.
Aunque el Presidente firmó acuerdos en Rusia para explotar uranio en Chubut, la Patagonia suele ser determinante en su negativa a todo lo que pueda terminar siendo contaminante.
Una militancia medioambiental difícil de quebrar.
Lo vivió en Río Negro Alberto Weretilneck, que terminó desistiendo de la central nuclear en la provincia con el costo extra de bajar candidatos nacionales en las últimas legislativas.
Además, está el fantasma del exgobernador Mario Das Neves, quien siempre se opuso a la minería y no rubricó el acuerdo federal minero impulsado por Nación.
«Uranio, minga», dijo hace menos de un año Das Neves cuando se tanteaba la central nuclear en la vecina Río Negro.
Un peso que ahora cae sobre Arcioni, que debe afrontar un déficit proyectado para 2018 de unos $5.000 millones con un liderazgo político aún débil, en plena construcción.
Por eso, se ve entre la espada y la pared: depende de Nación para sortear los problemas financieros cotidianos pero en la provincia la posición está tomada por su antecesor y mentor político.
Aranguren mostrará a los chubutenses que el proyecto en el yacimiento de la Meseta Central de Chubut, operado por la firma UrAmérica, puede dar vuelta la realidad de una provincia que ve caer sus ingresos por la baja del petróleo.
Los papeles dirán que se crearán 2.000 empleos directos en los dos años de construcción, y 850 empleos directos y 350 indirectos en los 17 años de concesión.
A esto se sumará una inversión en la provincia cercana a los u$s1.000 millones e ingresos por la actividad.
Cuando el ministro se suba al avión de regreso a Buenos Aires, la pelota quedará del lado de Chubut, que deberá decidir si habilita la extracción de uranio y borra la ley vigente.
«Como gobernador de la provincia voy a estar acompañando su visita, pero no formando parte del debate», dijo Arcioni (Chubut Somos Todos) mientras puja por que la legislatura apruebe la adhesión al Pacto Fiscal, con una negociación chicle con el FpV que también le retacea el arribo de fondos nacionales.
«Nosotros tenemos una posición tomada, pero estamos de acuerdo en que haya debates», agregó el gobernador.
El intendente de Puerto Madryn, Ricardo Sastre -del oficialismo provincial-, adelantó ayer que «jamás apoyaría a un emprendimiento minero» en una provincia que «aún no resolvió su problema de agua», declaró ante el medio local El Patagónico.
Sastre añadió: «El trabajo es prioritario pero no se debe negociar a cualquier precio».