La decisión de Gran Bretaña y la Argentina de avanzar hacia la ratificación de un acuerdo para ampliar la conexión aérea entre las islas Malvinas y el continente se topó con un enemigo inesperado: la eventual falta de rentabilidad de las empresas aéreas a la hora de evaluar los vuelos semanales a las islas y su potencial económico hacia el futuro inmediato.
¿Los resultados concretos de esta nueva realidad?
El gobierno decidió postergar por otros 90 días el tiempo disponible para que las empresas aéreas presenten sus planes de rutas áreas en función del acuerdo firmado entre Londres y Buenos Aires en el 2016.
Es que hasta el momento sólo una companía aérea se presentó como oferente para sumar un vuelo al trayecto semanal a las islas que hace LATAM vía Punta Arenas, en el sur de Chile.
Ese vuelo hace una escala en Río Gallegos dos veces por mes desde 1999.
Según pudo saber Infobae de fuentes calificadas de la Cancillería argentina y de la diplomacia británica, la decisión de avanzar en un nuevo esquema de vuelos de las Malvinas al Continente era un hecho.
Se mencionó la idea de que estas rutas sean desde un país vecino de la Argentina pasando por Buenos Aires u otra ciudad una vez al mes.
El plazo para que se presenten estas ofertas aéreas iba a cerrar hoy.
Pero al existir un escaso nivel de presentaciones el gobierno argentino decidió ampliar por 90 días más el tiempo para que las compañías puedan evaluar la rentabilidad o la logística adecuada.
«La única empresa que presentó un interés comercial en la ruta a Malvinas durante la audiencia pública 218 del 2016 fue American Jet. Hasta el momento ninguna otra compañía presentó ofertas de vuelos», dijo a Infobae un funcionario del Ministerio de Transporte en función de un informe realizado por la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC).
Así, American Jet es la única empresa que hasta ahora presentó interés en explorar la ruta comercial a Malvinas.
Esta compañía es completamente argentina, está radicada en Neuquén y pertenece al empresario Jorge Rodríguez.
En teoría esta empresa ya compró la ruta Comodoro Rivadavia-Malvinas aunque estaría evaluando una alternativa a un país vecino para ajustarse al acuerdo sellado entre la Argentina y Gran Bretaña.
Sin embargo, un encumbrado funcionario de la Cancillería admitió que el tema de los vuelos a Malvinas desde un país vecino pasando por Argentina no resulta nada sencillo por dos simples razones: se debe conjugar la rentabilidad de la empresa con la capacidad aérea.
¿Qué significa esta idea de rentabilidad más capacidad?
En la práctica esto es atender la ruta Malvinas con alguna ciudad del continente y que a la vez sea rentable teniendo en cuenta que en Malvinas sólo hay 2.000 habitantes.
A esto se le suma un problema de capacidad logística: es que la aeronave deberá contar con un vuelo desde un país vecino a la Argentina.
Esto podría ser desde Brasil, Paraguay o Uruguay.
Pero para afrontar este plan de vuelo la empresa aérea que decida hacer esto deberá contar con aviones medianos o grandes para lograr una autonomía de vuelo mayor de lo que puede ser una ruta de Río Gallegos a Malvinas o de Comodoro Rivadavia a las islas como evaluó en un primer momento American Jet.
En el gobierno admiten que la rentabilidad de este vuelo implicaría depender de los 2.000 habitantes de Malvinas ya que los argentinos podrían usar esta ruta durante un tiempo pero nadie asegura que las islas se conviertan en un lugar de turismo permanente y accesible para todos los argentinos.
Infobae.com