La suba de los precios tiene mayor peso en la opinión pública que los datos de crecimiento. Consideran clave una desaceleración para reducir la pobreza y atraer inversiones.
La economía crece, la construcción acelera al ritmo de la obra pública, la industria da señales de reactivación, el empleo se recupera lentamente pero el malhumor crece.
Y es que la mayor preocupación social se acrecienta con el paso de los meses y comienza a poner en duda la capacidad del Gobierno para atenderla con eficacia.
La inflación se aceleró en el comienzo del año y, con las paritarias en etapa preliminar, el poder adquisitivo se resintió a tal punto que profundizó la visión negativa de la opinión pública sobre el andar de la economía y las miradas sobre la clase dirigente comienzan a virar hacia especialistas en la materia.
Así lo refleja la última entrega del Monitor del Humor Social y Político, que realizó D’Alessio Irol Berensztein en exclusiva para El Cronista.
Pese a que el Indec reveló que la actividad económica creció 2,8% en 2017, la construcción se disparó 19% interanual en enero y la industria mejoró 2,6% en el mismo período, el relevamiento del que participaron 1408 adultos en todo el país exhibió que para un 59% de los consultados la situación económica está peor que hace un año, mientras que apenas un 36% consideró que se encuentra mejor, el guarismo más bajo en los últimos 15 meses.
En la misma línea, la proyección sobre una mejoría dentro de un año retrocedió al 4
3% de las opiniones. Hoy uno de cada dos entrevistados observa un peor horizonte económico.
En esta lectura pesimista tiene un peso relevante la inflación que, según el Relevamiento de Expectativas de Mercado que elabora el Banco Central, proyecta un alza de 19,9% para todo 2018 y, de acuerdo a lo informado por la consultora Eco Go, habría alcanzado un 2,6% el mes pasado, por el aumento de tarifas, combustibles y el traslado de la devaluación del peso a los precios.
Así, destacó que “lo malo es que no hay mejora que pueda verse si el fenómeno inflacionario no disminuye. Lo bueno, en cambio, es que tan pronto mermen los niveles de crecimiento del índice general de precios el panorama que aparecerá detrás será mucho más promisorio que lo que la gente supone al día de hoy”.
La inquietud por la inflación fue in crescendo mes a mes y hoy 9 de cada 10 consultados la ponen al tope de los temas más preocupantes, por encima de la inseguridad (67%) y los ajustes tarifarios (64%), que impactan sobre el índice de precios.
Para un 73% de los consultados, bajar la inflación está directamente relacionado con la posibilidad de reducir los niveles de pobreza y un 52% lo considera clave para alentar la llegada de un mayor flujo de inversiones extranjeras.
Sin embargo, un 65% considera que el Gobierno es incapaz de manejar esa variable económica, porque carece de conocimientos o poder para conseguirlo.
“En este marco de deterioro del clima social, en particular de las expectativas económicas, la principal fortaleza que presenta el gobierno del presidente Macri es que ningún líder o espacio opositor es capaz de capitalizar el desgaste del oficialismo”, consideró el analista Sergio Berensztein.
“Más aún continuó, es ciertamente muy ilustrativo que el dirigente peronista mejor calificado por la sociedad sea el ex ministro de Economía Roberto Lavagna.
Vale la pena destacar que, como ocurre con la cuestión del aborto, la buena imagen de Lavagna corta transversalmente a la sociedad, borrando la famosa grieta K/anti K en función de la cual se fueron organizando las preferencias de los argentinos a partir del conflicto con el campo”.
En efecto, si bien el presidente Mauricio Macri no perdió imagen respecto de la medición previa y tanto la gobernadora María Eugenia Vidal como la diputada Elisa Carrió ascendieron en su imagen positiva, aparecen las figuras de dos ex ministros de Economía como Lavagna y Martín Lousteau entre los mejores calificados.
Un reflejo del momento que atraviesa una economía marcada por la inflación.
Fuente: Cronista.com