Un ejercicio de ciudadanía vital para la Democracia argentina actual constituye reflexionar sobre el pasado reciente y encontrar nuevos significados a las luchas militantes de nuestros tiempos.
Avances y retrocesos
En materia de Derechos Humanos, la joven Democracia argentina ha tenido formidables avances, liderado por Raúl Alfonsín el caso argentino fue la única transición democrática no pactada a nivel mundial con los militares que dejaban el poder, sin entregar ninguna concesión y enviando a los jerarcas directamente al banquillo de los acusados; la creación de la CONADEP (Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas) integrada por diferentes personalidades y de la que el Justicialismo no quiso formar parte o el Banco de Datos Genéticos son ejemplos de la fortaleza del radicalismo en este sentido.
La presión de los Militares en ese naciente momento obligó al presidente Alfonsín a aceptar el surgimiento de las Leyes de Obediencia Debida y Punto Final. Hoy es fácil cuestionar las mismas, pero ellas son producto de la vocación inclaudicable de Alfonsín de lograr por todos los medios la continuidad de la Democracia y evitar posibles Golpes de Estado.
Diferente fueron los Indultos de Menem, quien perdonó sin más a los máximos responsables de los peores atropellos contra civiles de toda la historia contemporánea argentina.
El kirchnerismo retomó el piso de reivindicación y vigencia en materia de Derechos Humanos dejado por el radicalismo en los ´80, piso sin el cual nunca hubiera podido avanzar un ápice, y dejó sin efecto las Leyes del Perdón, además de facilitar los Juicios por Delitos de Lesa Humanidad.
Resignificando las luchas
En un rápido repaso de la historia reciente de la Argentina se puede ver el rol central de los partidos políticos en la visión que se tenía de reconocimiento y vigencia de los Derecho Humanos en un contexto democrático como principal indicador de la salud del sistema político. El radicalismo fue central en esa visión hoy naturalizada de la Democracia y siempre nos encontrará en la trinchera de la defensa de los menos favorecidos, porque ese fue el motivo mismo de la creación del radicalismo: La causa de los desposeídos.
Sin embargo, a la central defensa de los derechos humanos debemos agregarle nuevos componentes propios de nuestros tiempos. La emergencia en el orden nacional y provincial de la corrupción política en términos escandalosos es en si misma un atropello a los Derechos Humanos, porque el uso de los recursos que deberían garantizar insumos en salud, educación o seguridad, se ven dirigidos hacia personas o sectores políticos, tirando por la borda la credibilidad de la sociedad en la actividad política misma.
Uno de los nuevos significados que debe tener la lucha por una sociedad mejor, con respeto irrestricto por los Derechos Humanos y mayor y mejor calidad de vida debe ser entonces la unidad de todos los sectores políticos y sociales en desterrar la corrupción en cualquier lugar del Estado. Ese debería ser en sí mismo un nuevo capítulo que se sume a la búsqueda de justicia para los 30 mil muertos y desaparecidos que de ninguna forma la sociedad argentina puede olvidar.
El Nunca Más marcado a fuego
El Nunca Más nombrado por el fiscal Strassera en el Juicio a las Juntas y que da nombre al Informe de la CONADEP es una marca a fuego que la sociedad argentina tiene y debe mantenerse así. No puede siquiera pensarse que un sistema político permita las aberraciones desde el propio Estado como las que se perpetraron en la última Dictadura Militar, eso es responsabilidad de todas las generaciones, las actuales y las por venir, para que la Memoria, la Verdad y la Justicia siempre sean valores nodales y ejercidos todos.
Desde el radicalismo, estamos convencidos en que vamos a defender y ejercer estos valores, porque son parte íntegra del deber cívico de todos independientemente de su inclinación política. Sabemos que los Derechos Humanos son por definición de todos y vamos a garantizar siempre su vigencia para todos, nuestra historia nos marca ese camino y orgullosos lo vamos a transitar.
Frente Radical Amaya Chubut Federalismo en Práctica