Miles de personas se movilizaron en el marco del #8M. Hubo marchas en la Plaza de Mayo, de los Dos Congresos, y la concurrencia fue masiva en los puntos neurálgicos de la Ciudad, algo que se replicó en todo el país.
El #8M modificó la geografía de la Ciudad de Buenos Aires con un ruidazo a las 11, continuó con una concentración en la Plaza de Mayo y luego, mujeres se movilizaron al Congreso.
Grupos de mujeres, travestis y trans fueron los que definieron durante febrero cómo sería el recorrido de la marcha y los puntos que contiene el documento que se leerá en el escenario central.
María Angélica Britez (enfermera cesanteada del hospital Posadas) le comentó a Crónica «utilizamos este día especial para pedir respuestas, ya que el gobierno está cerrado al diálogo y nunca nos atendieron, nunca nos explicaron el por qué de los despidos. Por eso se votó en asamblea en el hospital venir a la movilización para reclamar, porque hay muchas mujeres que quedaron expuestas por esta medida y sin respuestas».
Britez agregó que «las mujeres ocupamos un lugar preponderante, hoy cualquier mujer es cabeza de hogar y llevamos el pan a nuestras casas, hoy estamos en todos los sectores de trabajo y no hay ningún trabajo que no ocupe la mujer. Por eso, estamos acá porque fuimos afectadas en nuestro trabajo sin nuestra integridad humana de no tener empleo. En relación con el hombre, me parece que hoy tenemos una igualdad, de hecho, hoy nos acompañan muchos compañeros en esta lucha porque existe la igualdad y trabajamos a la par en ferrocarriles, empresas y hospitales. Sólo quedan algunos sectores que les cuesta reconocer que tenemos sueldos más bajos».
Otra de las que alzó la voz fue Marilina Arias (docente de nivel primario), quien argumentó que «hay muchos puntos a discutir porque la violencia de género no va por carriles separados a las políticas del gobierno, a las políticas públicas de las instituciones del estado».
Agregó: «Los despidos en el hospital Posadas muestran a una mayoría de mujeres que estaban embarazadas o tienen hijos, y en el caso de los docentes, somos sostenes del hogar, es decir que el ajuste nos toca de lleno y además se suma la violencia machista que se vive todos los días desde los medios de comunicación, la iglesia o el estado, que nos limita en la posibilidad de decidir sobre nuestros cuerpos. Hoy estamos luchando para que se trate y apruebe el derecho al aborto legal, seguro y gratuito. En las escuelas peleamos además para que la ley de educación sexual, que es una ley se implemente, haya presupuesto y las docentes sean capacitadas en ésta área como en otras».
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