Japón publicó ayer en su Boletín Oficial la apertura de su mercado para las carnes bovinas y ovinas de la Patagonia argentina. En simultáneo, nuestro país importará carne de wagyu, una raza bovina originaria de la ciudad de Kōbe.
Se trata del corolario de un intenso trabajo conjunto, durante los últimos meses, de los ministerios de Agroindustria de Argentina y de Agricultura Japón, y de sus organismos sanitarios y embajadas.
El presidente del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa), Ricardo Negri, expresó su satisfacción por el resultado del trabajo realizado y destacó las posibilidades que representa para la producción argentina la suma de un mercado tan importante como el japonés, que el año pasado importó carne bovina deshuesada (fresca o refrigerada, y congelada) por más de 3.100 millones de dólares.
“Esto representa un impulso para la producción de la Patagonia. En ese sentido, el trabajo del Senasa está orientado a apoyar el desarrollo de las economías regionales para beneficio de todo el país”, sostuvo el funcionario. Sin embargo, la falta de escala (volumen y calidad) es hoy una limitante importante para poder sostener desde la Patagonia los niveles de venta que demanda el país asiático.
Negri recordó que el organismo lleva adelante negociaciones con su par de Japón para acordar la exportación de otros productos argentinos hacia el mercado japonés como arándanos, cerezas y uvas, entre otros productos vegetales.
En 2017, Japón compró a distintos países productos agroindustriales por más de 80.000 millones de dólares. Actualmente, el Senasa certifica exportaciones de miel, productos vegetales orgánicos, lácteos, productos de la pesca y carne aviar, entre otros. Además, está abierto el mercado nipón para la exportación de equinos en pie desde la Argentina.
En enero de 2018 se supo que la multirubros Marubeni de origen japonés había enviado a una delegación de empresarios a Viedma para sondear la posibilidad de adquirir cortes cárneos vacunos de alta calidad, ya que la Patagonia gana credibilidad al contar con un estatus sanitario de zona libre de aftosa sin vacunación que facilita las exportaciones desde el río Colorado para abajo.