Walter Carr trabaja en una empresa de mudanza y su dedicación es digna de admirar. Una noche su auto se rompió, pero él tenía una mudanza muy temprano al otro día. En lugar de llamar para decir que no tenía forma de llegar, lo resolvió de otra manera.
Alrededor de las 12 de la noche empezó a caminar y después de 32 kilómetros llegó al pueblo donde debía estar para dar inicio a la mudanza. Un policía lo encontró, lo llevó a desayunar y corroboró su historia.
Walter es de Nueva Orleans, pero junto a su mamá perdieron su casa con el huracán Katrina y se mudaron a Birmingham.
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