Un país tan extenso como Argentina permite contar con diferentes alternativas para disfrutar del invierno austral: las opciones van desde las selvas y humedales del Litoral hasta los Andes nevados de la Patagonia, pasando por los desiertos triásicos de Cuyo y la transición de las Yungas a la Puna que ofrece el NOA.
De la selva al desierto
La impronta cultural de Salta y Jujuy acompañan a los visitantes por las mágicas quebradas y desniveles por el que discurren las rutas de esta región.
Al noroeste del mapa, Los Cardones, uno de los tres parques nacionales con los que cuenta Salta, protege a la hermosa especie de cactus que le da nombre y que es también la más característica de la región. En el sector más empinado de la Cuesta del Obispo, se accede a Valle Encantado y desde allí por la recta del Tin Tin se puede acceder a diversos miradores y senderos, entre los que se destaca Secretos del Cardonal en un sector de diez mil hectáreas, cubiertas por más de medio millón de ejemplares.
Omnipresente, el Nevado de Cachi se impone como la formación más alta de los Valles Calchaquíes, con sus casi 6.400 metros de altura, recibiendo a montañistas de todo el mundo.
A 10 kilómetros de Cachi, sobre la Ruta Nacional 40, Payogasta es una antigua población que alberga la sede administrativa del Parque e invita a disfrutar de una variada gastronomía regional, con platos tanto dulces como salados que incluyen ingredientes tradicionales: cordero, queso y leche de cabra, maíz y quínoa. Sabores ideales para acompañar con los vinos artesanales de altura.
Las Yungas es el nombre que recibe una selva única que crece al oriente de los Andes y precede a las alturas de la Puna. Se extiende por las distintas alturas de los faldeos entre 400 y 3.000 metros sobre el nivel del mar, albergando una gran variedad de ambientes en diferentes pisos de vegetación, permitiendo el desarrollo de flora y fauna específica: más de doscientas especies de árboles, ochenta variedades de helechos, cien especies de mamíferos, quinientas de aves y más de treinta de anfibios.
En Jujuy, ascendiendo por la sinuosa Ruta Provincial Nº 83, se ingresa al Parque Nacional Calilegua para conocer los distintos estratos de esta “nuboselva” y sus senderos habilitados. Existen nueve senderos a lo largo del parque, con distinto grado de dificultad y duración. La mayoría de ellos atraviesan la selva pedemontana y parten en las proximidades de la seccional de guardaparques emplazada en el acceso, conocida como Aguas Negras. Entre ellos se destacan el Sendero Guaraní, un recorrido interpretativo donde aborígenes de la comunidad guaraní explican la naturaleza a través de su cosmovisión, y el sendero El Negrito, que presenta mayor dificultad que el resto y se inicia a cien metros de la segunda seccional de guardaparques, Mesada de las Colmenas a 1.200 metros sobre el nivel del mar. Puede realizarse en unas tres horas, y se visita un sitio histórico conocido como Las Pircas, hasta descender al arroyo El Negrito.
Tras recorrer unos sesenta kilómetros se llega a San Francisco, un poblado con servicios turísticos básicos y posibilidades de realizar excursiones locales a diferentes atractivos; o bien se puede seguir viaje hasta Valle Grande y Valle Colorado, la antesala de la Puna.
Recuerdos del pasado
En el centro del país, La Rioja ofrece la posibilidad de ingresar en un escenario del Triásico al visitar el Parque Nacional Talampaya y sus emblemáticos circuitos que se recorren desde sus dos áreas de servicios: Cañón del Arco Iris y Cañón de Talampaya. Está atravesado por la Ruta Nacional Nº 76 que une las localidades del Oeste riojano con la Ciudad de Patquía de la misma provincia. Esta ruta nace en el cruce de los Baldecitos en su intersección con la Ruta Nacional N° 150, extremo sur del área protegida, y continúa hasta la localidad de Villa Unión, principal centro de servicios turísticos de la región.
En el mismo viaje se puede visitar, a unos ochenta kilómetros al sur por la RN 76, el vecino Parque Provincial Ischigualasto, en San Juan, un área de enorme relevancia paleontológica y escénica, que fue declarada sitio del Patrimonio Mundial junto a Talampaya.
El Parque Nacional Sierra de las Quijadas, en San Luis, muestra las paredes erosionadas del Potrero de la Aguada que destacan como el principal atractivo paisajístico del área. En un ambiente en que la falta de agua es la norma, los fósiles son la evidencia de que el lugar fue bien distinto en otros tiempos, cuando bosques y lagunas eran la característica distintiva. En días de invierno, una caminata de cuatro horas con guía permite descender hasta llegar a los colosales paredones rojizos del sendero Farallones para admirar la dimensión del lugar desde una escala humana.
El verde del Litoral
La triple frontera entre Brasil, Paraguay y Argentina brinda especial contexto a una de las Siete Maravillas Naturales del mundo, último galardón del Parque Nacional Iguazú, declarado como Sitio del Patrimonio Mundial por la UNESCO. Las Cataratas son el punto central de los dos parques homónimos que comparten un nombre que en idioma guaraní significa Aguas Grandes.
Iguazú recibe millones de visitantes de todo el mundo y ofrece alternativas para la aventura y la observación de fauna a ambos lados del río. Dos aeropuertos internacionales y múltiples servicios turísticos completan la oferta de alojamiento, gastronomía y entretenimiento.
Corrientes tiene sus particularidades naturales y culturales para recibir a los visitantes, y los Esteros del Iberá son su atractivo diferencial. Parte de este gran ecosistema está abierto al público en diversos sectores, tanto en su zona oriental, con la ciudad de Carlos Pellegrini como centro de servicios; como hacia el norte en la localidad de Ituzaingó, con el portal Cambyretá, y al oeste el portal San Nicolás, cercano a la ciudad de San Miguel, ambos forman parte del Parque Nacional Iberá. El Parque Nacional Mburucuyá con sus senderos autoguiados, sella este circuito como la referencia regional más reconocida en cuanto a los años de presencia institucional de la APN en la provincia.
Múltiples actividades, enfocadas principalmente en excursiones para avistaje de fauna y senderismo, se ofrecen en cada uno de estos puntos perimetrales, asociados a propuestas gastronómicas e interpretativas para completar esta experiencia única de transitar por unos de los humedales más extensos del planeta.
Los Andes nevados del sur
El norte de la Patagonia andina ya recibió las primeras nevadas del invierno y los centros de esquí vinculados a los parques nacionales Nahuel Huapi y Los Arrayanes inauguran sus temporadas. Más abajo, cerca de los lagos existen otras actividades que complementan este atractivo: trekking, travesías con raquetas, cabalgatas en la nieve y demás opciones se ofrecen como alternativa o complemento para los esquiadores y sus familias.
Las excursiones náuticas que parten de San Carlos de Bariloche y Villa La Angostura también se instalan como tradicionales actividades de invierno en la región. Las diversas opciones posibilitan un recorrido entre montañas hacia la Isla Victoria, Bosque de Arrayanes y Puerto Blest, sumando a estas travesías la variada oferta gastronómica de los platos típicos, en un marco de bosques nevados.