Un acuerdo político entre distintos sectores peronistas le permitió a este espacio ocupar un lugar en el Consejo de la Magistratura a expensas del oficialista Cambiemos.
Con esta jugada política, el organismo encargado de seleccionar y sancionar jueces, entre otras atribuciones del Poder Judicial observará ahora otro equilibrio de fuerzas, rompiendo la mayoría que ostentaba el macrismo.
El peronismo cordobés conducido por el gobernador Juan Schiaretti, reacio por lo general a sellar acuerdos con los sectores del PJ cercanos al kirchnerismo, esta vez apoyó la movida al punto que el diputado de Unión por Córdoba, Martín Llaryora, fue propuesto como consejero suplente.
De prosperar este acuerdo, el jefe del interbloque de Cambiemos, el radical Mario Negri, quien aspiraba a continuar en el Consejo de la Magistratura, quedará afuera.
La oposición elevó al mediodía de ayer a Emilio Monzó, presidente de la Cámara de Diputados, una carta con el acuerdo de los distintos sectores peronistas que proponen a la massista Graciela Camaño (Frente Renovador) y al kirchnerista Wado de Pedro (Frente para la Victoria) como consejeros titulares. Llaryora y Vanesa Siley (FpV) ocupan las suplencias. El acuerdo pan-peronista consiguió el aval de 131 diputados.
Monzó, de origen peronista, tiene plazo hasta el lunes para oficializar las nuevas nominaciones. Este juego político ocurre en el peor momento de la relación de Monzó con Cambiemos, quien avisó que al terminar su mandato no continuará militando en el oficialismo.
Este diario confirmó que el propio presidente Mauricio Macri habló por teléfono con Scharetti para convencerlo -en vano- de que desista de la maniobra. Pero la posibilidad de dejar a Negri, un precandidato a gobernador de Cambiemos, fue un bocado imposible de despreciar.
El oficialista Cambiemos, en tanto, presentó una nota proponiendo la continuidad de los actuales consejeros de la Magistratura, los diputados Pablo Tonelli (PRO) y Negri (UCR), en representación de la “mayoría” parlamentaria. Detrás de estas postulaciones se alinearon Alma Sapag (Tucumán), el bloque radical-independiente de Martín Lousteau, Alma Sapag (Movimiento Popular Neuquino), el salteño Alfredo Olmedo, el catamarqueño Eduardo Brizuela, diputados por Misiones, y los diputados que responden a Adolfo Rodríguez Saá, en otro curioso volantazo político del puntano, quien prefirió aliarse esta vez con Cambiemos y no con sus pares peronistas. Con estos acuerdos, el oficialismo reunió 121 avales.
Esta interpretación, fue el argumento que usó Cambiemos en 2015, cuando impuso dos consejeros por la “mayoría”, ante el reclamo del Frente para la Victoria, que en aquel momento ostentaba el bloque de diputados más numeroso. Pero Cambiemos logró reunir avales de distintos bloques para alzarse con la mayoría de las firmas requeridas. Algunos la llamaron la “doctrina Tonelli”, otros, la “doctrina Massot”.
El jefe del bloque del PRO interpretó que Cambiemos, pese a ser minoría en aquel momento, con el aporte de aliados circunstanciales (Stolbizer y distintos grupos peronistas) podía imponer sus consejos al Frente para la Victoria, bloque que era la primera minoría parlamentaria. Lo mismo hizo ahora el peronismo. “Cambiemos está bebiendo su propia medicina”, comentaron desde el FpV a este diario.
Además del kirchnerismo y el massismo, en la alianza transitoria en diputados para hacerse un lugar en la Magistratura, se sumaron casi todos los diputados del Bloque Federal y Felipe Solá con el puñado de diputados que lo siguen desde que rompió con Sergio Massa. También fueron clave los cinco diputados aportados por el santiagueño Gerardo Zamora. La cordobesa Adriana Nazario y el Frente de Izquierda tomaron distancia tanto del oficialismo como de la oposición.
Tampoco acompañó con su firma el peronista salteño Pablo Kosiner, la voz en diputados del gobernador Juan Manuel Urtubey. ¿El mandatario salteño tomó distancia del resto del peronismo, Massa y Schiaretti incluídos?
La audaz jugada en Diputados, después de todo, no debió tomar desprevenido al oficialismo. Miguel Angel Pichetto, el presidente del Bloque Justicialista, había cerrado un acuerdo similar en el Senado: ese bloque impuso a Pichett y a la senadora Ada Itúrrez de Cappellini (que responde al santiagueño Zamora) al Consejo de la Magistratura.
“El Bloque Justicialista cuenta con 18 miembros y con ese número es el que acredita ser el mayor del Senado”, argumentó en la nota formal enviada a la Cámara Alta. Otros bloques peronistas avalaron la nominación de Pichetto y de la senadora santiagueña hasta reunir 27 firmas en total como respaldo. El senador peronista Rodolfo Urtubey, hermano del gobernador, quedó fuera del Consejo, sin poder reelegir.
El plenario del Consejo de la Magistratura tiene 13 integrantes y este martes renueva su composición. Está conformado por seis representantes del Congreso Nacional, tres representantes de los jueces, uno del Poder Ejecutivo, dos por los abogados y uno por el claustro académico.
Con la nueva composición partir del martes próximo, Cambiemos dejará de contar con los nueve votos que le daba la “mayoría agravada” necesaria para seleccionar jueces o votar su destitución en un juicio político.
Los Andes