Medio Ambiente

El agua, entre el cielo y el infierno

En zona núcleo las lluvias apuntalaron los rindes de la gruesa; en el NEA hay pérdidas por excesos hídricos.

Las últimas lluvias han traido consecuencias dispares. En la región núcleo, más allá de algunas hectáreas de soja que no se pudieron sembrar, las precipitaciones ayudaron a mejorar los rindes de la oleaginosa y del maíz. Mientras que en el NEA, sobre todo en el noroeste de Santa Fe y sudeste de Santiago del Estero, hay excesos hídricos complicando a los cultivos de soja, maíz, girasol y algodón, y a la gandería, trayendo fuertes pérdidas productivas.

La campaña agrícola actual se podría dividir en dos etapas. Los cultivos de soja y maíz que fueron sembrado de forma temprana están en condiciones favorables aprovechando las “buenas” lluvias. Así es como la Bolsa de Comercio de Rosario estimó en 44 millones la producción de maíz en Argentina, principalmente apoyado por las buenas rindes en Santa Fe y Córdoba.

Pero los productores que apostaron a siembras de segunda o tardías están más complicados porque las recientes lluvias vuelven a complicar la posibilidad de concretar siembras y resiembras. Ante la continua presión pluvial, 2 millones de hectáreas de la oleaginosa están en condiciones regulares a malas. La superficie comprometida por los excesos hídricos se estima entre 500 a 700 mil ha, unas 200 mil ha más que hace una semana y se descuentan 100 mil ha de la intención de siembra nacional. En consecuencia, el área de intención de la oleaginosa se actualizó en 17,8 millones de hectáreas cuando resta por sembrar un 8%, destacó la Guía Estratégica para el Agro de la misma entidad rosarina.

Clarín

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