Cuando Mónica Vega se realizó una ecografía durante el séptimo mes de embarazo de la que sería su tercera hija, quedó impactada con las imágenes ecográficas: dentro del feto que se estaba gestando en su vientre había otro feto,más pequeño pero con cordón umbilical y líquido amniótico.
El caso, que sucedió en la ciudad colombiana de Barranquilla, corresponde a una rara alteración en el desarrollo embrionario llamado «fetus in fetu» o «gemelo parásito». Es un fenómeno que se produce cuando las células que van a conformar a los hermanos gemelos no se dividen en el momento adecuado y los dos embriones crecen de manera asimétrica. Se trata de una alteración muy poco frecuente.
La sorpresa de este caso no radica tanto en lo ocurrido –ya que existe literatura médica al respecto– sino en el momento de su detección: es la primera vez que se identifica antes del parto. En general, este pequeño feto que se forma dentro del cuerpo de su hermano suele descubrirse cuando el niño ya nació, e incluso unos años después, cuando es confundido con un tumor, hasta que se lo extrae y se descubre que se trata de un pequeño feto.
El cirujano fetal Miguel Parra fue el que trató el extraño suceso y tomó la decisión de realizar la cesárea para que la nena naciera en la semana 37 del embarazo, para luego realizarle una especie de «cesárea» para extraerle a su hermano.
El médico explicó que no se podía esperar a la semana 40 para el nacimiento de la pequeña, porque el pequeño «hermano» dentro de ella seguía creciendo y podía ser peligroso para la salud de la beba.
Minuto Uno