El expresidente de Perú, Alan García, murió esta mañana tras dispararse en la cabeza en su casa en medio del operativo policial que había llegado para detenerlo por sus supuestos vínculos en la trama de corrupción del caso Odebrecht. Al momento de arribar los agentes, el exmandatario se encerró en su habitación y se pegó un tiro en la cabeza.
La noticia fue publicada por el diario El Comercio, que indicó que tras el episodio el exmandatario «fue trasladado desde su casa en Miraflores hasta al hospital de emergencias Casimiro Ulloa minutos después de que llegaran agentes de la policía para proceder con su detención preliminar».
El actual presidente, Martín Vizcarra, fue el primero en comunicar sus condolencias tras el suicidio: «Consternado por el fallecimiento del ex presidente Alan García. Envío mis condolencias a su familia y seres queridos». Desde su internación esta mañana, García fue operado y tuvo tres paros cardíacos, que complicaron su estado.
Hoy temprano se había confirmado la orden de la Justicia de arrestarlo por un plazo de 10 días por los presuntos delitos de lavado de activos, tráfico de influencias y colusión en el marco del caso Odebrecht, el escándalo de corrupción desatado en Brasil y que afecta a varios países de la región.
Las primeras versiones indican que los agentes llegaron temprano en la mañana, pasadas las 6, al domicilio del político y que una vez allí García les dijo que debía llamar a su abogado, se encerró y se suicidó. En ese instante escucharon un disparo a lo lejos, que venía de la habitación del exmandatario. Entonces, forzaron la puerta para entrar y lo encontraron sobre una silla, ensangrentado.
La causa
García era investigado por presuntos sobornos en la construcción de un tren para Lima, proyecto en el que estaba involucrada la constructora brasileña Odebrecht. Por ello, también hoy, la Policía arrestó a Luis Nava, exsecretario general de Presidencia, y Miguel Atala, exvicepresidente.
El expresidente siempre defendió su inocencia pese a las sospechas en su contra y ayer lo hizo en un mensaje publicado en Twitter: «Como en ningún documento se me menciona y ningún indicio ni evidencia me alcanza sólo les queda la ESPECULACIÓN o inventar intermediarios. Jamás me vendí y está probado».
García gobernó Perú en dos mandatos -de 1985 a 1990 y de 2006 a 2011- y en los últimos años hizo frente a las acusaciones vertidas contra él por presunta corrupción. En noviembre del año pasado el Poder Judicial ya había dictado 18 meses de impedimento de salida del país en su contra. Entonces solicitó asilo sin éxito a Uruguay tras refugiarse en la Embajada uruguaya de la capital peruana.
PPK, con presión alta
Anoche, el expresidente peruano Pedro Pablo Kuczynski fue trasladado a una clínica privada desde la celda donde cumple 10 días de arresto debido a un cuadro de presión arterial alta. Kuczynski, de 80 años, salió de una base policial en el centro de Lima, donde está detenido desde el viernes también por el caso Odebrecht, y fue llevado a la clínica Angloamericana en el distrito de San Isidro. Durante la jornada estaba programada una audiencia judicial para decidir si se aumentaba o no su detención a 36 meses mientras es investigado.
«Ha sido trasladado por personal policial porque ha sufrido una suerte de descompensación, una alteración cardiaca, un cuadro de presión arterial bastante elevada y a efectos de poder ser monitoreado», dijo a la radio peruana RPP Gilbert Violeta, un parlamentario cercano a Kuczynski.
El exmandatario afronta una investigación por presunto lavado de activos y por su supuesta injerencia en la adjudicación de obras millonarias a la constructora brasileña Odebrecht. El lunes durante una audiencia en la cual los jueces le negaron un pedido de libertad, Kuczynski dijo que tenía una válvula artificial en el corazón que debía revisar cada cierto tiempo.
La fiscalía afirma que Kuczynski realizó supuestos «actos de blanqueo de capital» mientras era ministro de Economía y primer ministro durante el gobierno del expresidente Alejandro Toledo (2001-2006). Los presuntos delitos están relacionados con la construcción de una carretera que conecta Brasil con Perú y una obra para irrigar zonas desérticas en el norte del país.
Todos los presidentes que han gobernado Perú desde 2001 tienen cuentas pendientes con la justicia por sus nexos con Odebrecht. El caso golpeó a la élite política de Perú, al igual que a la de otros países de la región, luego de que en 2016 la compañía constructora admitiera que pagó sobornos para obtener jugosos contratos en casi toda América Latina.
La Nación