Nuestro país cerró el contrato con la empresa estatal coreana Korean Aerospace Industries (KAI) por la compra de 10 cazas supersónicos FA 50 que se incorporarán a la Fuerza Aérea Argentina, que tras la desprogramación del Mirage III (2015) se había quedado sin aviones de combate que superaran la barrera del sonido y dieran cobertura adecuada a una territorio extenso como el nuestro. Sólo faltan ajustar detalles de la negociación, pero en pocos días estarían llegando dos unidades de las diez que se van a adquirir.
El costo del lote de aeronaves será de 400 millones de dólares, a pagarse en diez años. Dentro del precio se incluyen los simuladores, el soporte logístico (por un período determinado), y el adiestramiento de la tripulación y el personal de mantenimiento.
En la reciente cumbre del G 20 realizada en Osaka, Japón, el presidente Mauricio Macri y su par sur coreano Moon Jae – In, cerraron el trato. Ahora, según funcionarios del Ministerio de Defensa, solo resta ultimar algunos detalles. Las naves servirán para control y defensa de las fronteras.
El avión deriva del T50 de la misma empresa, que se trata de una nave de entrenamiento avanzado (como nuestro Pampa), y caza ligero. Pero El FA-50 es promocionado como una plataforma de ataque de bajo costo (algo que buscaban muchos los expertos argentinos), equipado con moderna aviónica y la opción de elegir tres radares muy efectivos.
Este aparato ya tuvo su bautismo de fuego en enero de 2017, cuando dos aparatos de la fuerza aérea filipina atacaron objetivos de tierra en una incursión nocturna con bombas Mk 82. El ataque fue contra disidentes de Al-Harakat Al-Islamiyya, un movimiento separatista y yihadista que opera al sur de las Filipinas. Tras el ataque exitoso, resultaron muertos 11 soldados y uno de sus líderes.