En la presentación de su libro en Mendoza, la ex presidenta criticó las políticas de Macri como los precios esenciales y dijo que eran «invisibles a los ojos».
La ex presidenta eligió una polémica frase casi al final de la multitudinaria presentación de su libro en Mendoza. «Sorry, hoy con la comida estamos igual que Venezuela», aseguró en una poco feliz comparación con el país que atraviesa una crisis humanitaria que se tradujo en la emigración de más de 4 millones de venezolanos, de los cuales más de 800 mil llegaron a la Argentina en los últimos tiempos.
«No lo digo yo, lo dice la FAO, que en 2014 había sacado aquel informe que Argentina había llegado entre los países de hambre cero. Ahora nos marca a Guatemala, Venezuela y Argentina. ¿Se acuerdan que si nosotros seguíamos nos íbamos a parecer a Venezuela?», se preguntó retóricamente.
«Que la gente no pueda comer en Argentina es maltrato. No estamos en África o un páramo en el desierto donde no hay nadie. Si producimos alimentos para 400 millones de personas, no podemos tener gente con problemas de hambre», exclamó la ex mandataria al tiempo que proyectó que «Si esto sigue cuatro años más, no van a quedar ni pasas de uva».
En líneas generales y con la cuota de ironía que viene utilizando en las presentaciones de su libro, sus palabras apuntaron contra las políticas de Macri para la clase media. Ya en el comienzo del acto volvió a insistir en que los tan criticados Precios Cuidados continuaron durante la gestión de su sucesor, pero sin primeras marcas hasta terminar convirtiéndose en Precios Esenciales.
«Le pusieron Precios Esenciales, será por eso de que lo esencial es invisible a los ojos. El crecimiento es invisible, el bienestar en invisible… Todo con esta gente es invisible, hasta la comida», sostuvo en clara referencia a El Principito de Antoine de Saint-Exupéry, lo que despertó risas y aplausos en su audiencia.
Sobre las segundas marcas, como «Cuchuflito» y «Pindonga» -a las que hoy les sumó «La Cadorna», palabra que atribuyó a su hijo-, remarcó que son el reflejo de la menor calidad nutricional de los productos disponibles en la mesa de los argentinos y se preguntó si «¿Está mal querer manteca SanCor?»
En este sentido, recordó el principio de «dignidad de los pobres» de Evita y cuestionó que la canasta de consumo popular ya no tenga carne -el asado estaba a menos de $50 en abril de 2015, recordó- y que, por el contrario, se centre en las harinas y en productos de baja calidad como los «productos lácteos» que no son leche.
Ya ayer en un acto en San Juan en homenaje a Eva Duarte de Perón en el 67º aniversario de su muerte, se había referido a que la pobreza no debería implicar una pérdida de derechos.
«Se la criticaba mucho porque construía los hogares para los chicos con los mejores muebles y cortinados, pedía que les cambiaran la ropa cada seis meses, pero ella explicaba el concepto de la dignidad de los pobres, que tienen derecho a tener las mismas cosas», la recordó.
«Esto también pasa ahora cuando te quieren convencer de que tenés que tomar algo parecido a la leche en vez de leche como toman ellos», comparó después.