Armada con un sable de madera y un escudo, una adolescente esquiva a cuatro jóvenes que llevan espadas. Practican el Krabi Krabong, un arte marcial ancestral eclipsado hasta hace poco por el boxeo tailandés y que gana adeptos como nueva arma de autodefensa para las mujeres.
«Es un ejercicio de autodefensa para entrenar a las mujeres», explica la adolescente Nantakarn Duangthongyu, al final de la pelea, en un gimnasio de una escuela de Thonburi, a las afueras de Bangkok.
«Se puede usar para defenderse de los psicópatas y es algo que nos protege de los malos tratos», añade la adolescente empapada de sudor tras realizar una serie de patadas fuertes. Es una de las integrantes del equipo de Krabi Krabong del colegio de Thonburi.
El movimiento feminista #MeToo ha tenido poco eco en Tailandia pese a la violencia machista y donde las violaciones se banalizan en las series de televisión. Así informo el portal Panorama.
Durante siglos los guerreros del reino de Siam, antiguo nombre de Tailandia, practicaron el Krabi Krabong. La llegada de las armas de fuego lo relegó a arte marcial y fue cayendo en el olvido.
Su versión modernizada lo convierte en una técnica de autodefensa tan útil como la práctica del boxeo tailandés que se enseña en numerosos establecimientos escolares.
El deporte figura oficialmente en el programa de los colegios pero por falta de profesores se practica poco.
«Es un deporte estupendo, que enseña la concentración y el espíritu de equipo», afirma Nattapong Pulluk, experto y capitán del equipo del colegio de Thonburi, integrado a partes iguales por chicos y chicas.