Con esta medida, impulsada por el G7, Facebook, Google, Amazon y Apple tendrán que abonar incluso en naciones donde no tienen una sede física.
Los ministros de Finanzas de los países del G7 alcanzaron en Francia un acuerdo para que las grandes empresas tecnológicas como Google, Amazon, Facebook o Apple paguen impuestos en los países en los que ganan dinero, incluso si no tienen presencia física en esos territorios.
El objetivo de esa llamada tasa GAFA (por Google, Apple, Facebook y Amazon), que Francia no logró generalizar a comienzos de año para el conjunto de la Unión Europea pese al apoyo firme de otros socios como España, es precisamente poner presión para que la comunidad internacional asiente una base fiscal común.
Otro tema en el que también se pusieron de acuerdo fue la necesidad de regular la emergencia de las monedas digitales, como «Libra» impulsada por Facebook, con el objetivo de que no perturben el sistema financiero internacional.
El compromiso en materia de gravámenes a las tecnológicas prevé el desarrollo de reglas internacionales para tasar nuevos modelos de negocios, en particular aquellos que generan valor sin tener presencia física, como ocurre con muchas empresas del sector digital.
«Es un gran paso para la puesta en marcha de una fiscalidad más justa y más eficaz», destacó el ministro francés Bruno Le Maire, en una conferencia de prensa tras la reunión celebrada en la ciudad de Chantilly, al norte de París.
Le Maire consideró que se trata de «un acuerdo ambicioso», ya que por primera vez se tienen en cuenta los desafíos de la economía digital, informó la agencia de noticias EFE.
El acuerdo implica que haya un nivel mínimo de impuestos para desalentar la posibilidad de que los países se embarquen en una competencia para ver quién reduce más los tributos a fin de atraer los negocios e inversiones de las multinacionales digitales.
Este tema había generado desencuentros entre Estados Unidos, donde tienen su sede la mayoría de las grandes plataformas tecnológicas, y Francia, que a principios de mes aprobó un impuesto a esas empresas.
El gravamen es del 3% de las ventas que generen en el país europeo aquellas empresas digitales con ingresos superiores a los 750 millones de euros, de los cuales al menos 25 millones de euros se generen en Francia.
«Estamos empezando a desarrollar un marco… Creemos firmemente que esto no debería basarse en las compañías digitales de los Estados Unidos», dijo por su parte el secretario del Tesoro de Estados Unidos, Steven Mnuchin.
Los responsables de Fianzas de Estados Unidos, Japón, Alemania, Reino Unido, Francia, Italia y Canadá también cerraron filas en torno a la necesidad de regular las criptomonedas, con el caso de la naciente «Libra» como ejemplo de las preocupaciones que el asunto genera.
Le Maire sostuvo que el G7 coincide en que las empresas no deberían tener el mismo privilegio que las naciones a la hora de crear medios de pago pero sin el control que ello conlleva. «No podemos aceptar que las empresas privadas emitan sus propias monedas sin control democrático», sostuvo.
A los gobernantes de los siete países más industrializados del mundo les preocupa que las ambiciones de Facebook para una moneda digital no solo debiliten su control sobre las políticas monetarias y bancarias, sino que también supongan riesgos de seguridad.