«La inversión es creciente: este año son US$ 2.050 millones en todo concepto, pero en petróleo estamos en alrededor de US$ 1.000 a 1.200 millones y el año que viene en petróleo vamos a estar en US$ 1.500 a 1.600 millones», anticipó Gutiérrez.
El presidente de YPF, Miguel Angel Gutiérrez, anticipó que la compañía prevé aumentar en un 33% durante 2020 la inversión para la búsqueda de petróleo no convencional (shale oil) en la formación neuquina de Vaca Muerta.
«La inversión es creciente: este año son US$ 2.050 millones en todo concepto, pero en petróleo estamos en alrededor de US$ 1.000 a 1.200 millones y el año que viene en petróleo vamos a estar en US$ 1.500 a 1.600 millones», anticipó Gutiérrez en declaraciones publicadas por el diario «Río Negro».
La compañía controlada por el Estado proyecta para el año próximo que dos áreas orientadas a la producción de crudo pasen a la fase de desarrollo masivo, San Roque y Bajada de Añelo, mientras en 2021 serán tres los bloques en las mismas condiciones: Bajo del Toro, Loma La Lata Oeste y Chihuido de la Sierra Negra.
Gutiérrez destacó que «en Vaca Muerta, en la medida en que sigamos ganando competitividad, teniendo innovación y tengamos la oportunidad de exportar, estamos frente a un cambio trascendental de lo que es nuestro sector y tenemos que arrancar rápido la inversión».
Según los cálculos de YPF para 2020 la producción de petróleo será excedentaria, por lo que se estará en condiciones de exportar 65.000 barriles de crudo liviano por día.
Gutiérrez destacó, por otra parte, la «lógica nueva que va entrando a Vaca Muerta y que es la de los clusters de producción, que tiene que ver con buscar áreas integradas, con la cercanía para mejorar la operación».
«Estamos juntando clusters en donde hay que construir instalaciones, plantas de tratamiento, de almacenamiento y los ductos necesarios para evacuación; por ejemplo, este año invertimos US$ 600 millones en instalaciones, un número muy importante», precisó el presidente de YPF.
La compañía ya contabiliza tres clusters o regiones en Vaca Muerta orientados a la producción de petróleo no convencional, el primero de ellos une las áreas de Loma Campana, La Amarga Chica, Bandurria Sur y la futura expansión de Loma La Lata Sur, donde se avanza con los primeros dos pozos.
Este cluster 1 ya está en la fase de desarrollo masivo en Loma Campana junto a Chevron y en La Amarga Chica con Petronas, mientras Bandurria Sur posee un sector operado bajo la modalidad de desarrollo intensivo por su proximidad a las otras áreas.
El cluster 2 incluye la zona más cercana a la localidad de Rincón de los Sauces, donde hasta hace poco la producción era netamente convencional y está aún en etapa de delineación, con desarrollos en fase piloto en Bajo del Toro (junto a Equinor), Narambuena y Chihuido de la Sierra Negra, y un futuro avance en los bloques Las Manadas y Puesto Hernández.
El tercer cluster, aún en fase de exploración al sur de los embalses Marí Menuco y Los Barreales, incluye a Sierra Barrosa, Al Norte de la Dorsal y Cerro Bandera, y extenderá la frontera de Vaca Muerta hacia una zona en la que no hay todavía desarrollos en la búsqueda de shale oil.
«La búsqueda de clusters donde poder operar el activo puede disparar áreas donde necesitemos entrar y otras donde necesitemos salir», indicó Gutiérrez, quien justificó la reciente adquisición del bloque Aguada del Chañar a la estatal Ieasa por US$ 95 millones: «está en el medio de nuestra producción, sabemos muy bien lo que puede haber ahí y la cercanía a nuestros desarrollos nos motivó a incorporar este activo».
ADNsur