Mohamad Yavad Zarif aterrizó sorpresivamente este domingo en el aeropuerto de Biarritz para mantener encuentros con los líderes del G7, excepto con el presidente de Estados Unidos.
El ministro de Relaciones Exteriores iraní y virtual negociador con Europa, Mohamad Yavad Zarif, arribó de manera sorpresiva a la cumbre del G7 y fortaleció la figura del presidente Emmanuel Macron como interlocutor con Teherán en los esfuerzos por mantener vigente el pacto antinuclear.
La inesperada llegada del canciller iraní a la ciudad francesa de Biarritz, donde sesiona la cumbre de los países más industrializados del mundo, fue un golpe de efecto en medio de la polémica desatada por la capacidad resolutiva que tienen a nivel diplomático las decisiones adoptadas por estas naciones.
A primera hora de hoy, fuentes de las cancillería gala informaron que todos los países del G7 resolvieron que «hable y dirija un mensaje a Irán» para intentar salvar el pacto antinuclear que agoniza desde que el año pasado el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunciara la salida unilateral de su país.
El objetivo de las conversaciones, indicaban las fuentes diplomáticas francesar, es «evitar a toda costa que Irán se dote del arma nuclear» y «detener la escalada en la región».
Consultado sobre esa decisión, el jefe de la Casa Blanca desmintió esa información.
«No he discutido eso, no lo he hecho» respondió Trump ante la consulta periodística y aseguró que «también apoyo el intento del primer ministro Abe» de conversar con Irán. «Nosotros también haremos un acercamiento. Pero no puedes impedir que la gente hable. Si quieren hablar, lo harán», señaló.
Frente a la controversia generada, el propio Macron debió aclarar que «el G7 no es una instancia que dé un mandato formal, no es una organización estructurada que tenga mandatos y competencias» aunque unos minutos después se conoció que un avión oficial iraní había aterrizado en la ciudad de los pirineos franceses.
Para Macron, todas las líneas de actuación pueden ser válidas para alcanzar los fines, ya que «si los europeos no hubieran mantenido el acuerdo con Teherán, Irán lo habría abandonado, (pero) si no hubiese habido una política de sanciones y presión, habría probablemente menos voluntad de moverse por parte de los iraníes».
Fuentes de la cancillería iraní confirmaron que el avión transportaba a Zarif, el virtual negociador iraní con Europa, quien viajó para mantener encuentros con los líderes del G7, excepto con el presidente de Estados Unidos, informó la agencia de noticias DPA.
La decisión del encuentro es una iniciativa gala que se adoptó anoche al constatarse en la cena informal de líderes del G7 que «había elementos que permitían una buena convergencia» señalaron fuentes diplomáticas francesas a la agencia de noticias EFE.