Desde hace al menos 30 años la pobreza como medida monetaria de insuficiencia de ingresos alcanza al 25% de los habitantes en Argentina, lejos de los niveles exhibidos por este indicador hasta mediados de los años 70.
Así lo manifestaron en un análisis los economistas Gerardo Garcia Oro y Laura Caullo del instituto IERAL de la Fundación Mediterránea.
«Hay un significativo contraste con lo que ocurre en países vecinos en esta materia. En 1986, Chile enfrentaba niveles de pobreza superiores al 72% de sus habitantes. Las últimas cifras informadas muestran que la tasa de pobreza alcanza actualmente al 8,6% de la población chilena», indicaron.
Mientras que en Argentina, los datos del primer semestre de 2019 muestran que la pobreza monetaria alcanza al 28,5% de la población en la Patagonia, el 34,7% en la región Pampeana, el 35% en Cuyo, el 39,9% en el NOA y el 42,4% en el NEA.
«Para cerrar la brecha de indigencia se necesitaría una transferencia de $4.513 mensuales a cada hogar y para cerrar la brecha de pobreza esa suma debería ser de $11.942 mensuales por familia», señalaron.
En este sentido, de acuerdo con las últimas cifras difundidas por el INDEC, correspondientes al primer semestre de 2019, la incidencia de la pobreza llegaba al 35,4% de los habitantes, unas 15,8 millones de personas, y la indigencia al 7,7%, más de 3,4 millones.
«El magro desempeño observado es producto de problemáticas estructurales, la coyuntura adversa que atraviesa la economía y las inequidades sociales que reproduce la convivencia con 12 años acumulados de alta inflación», evaluaron los especialistas.
Además agregaron que «puede notarse que en el último año (comparando el segundo trimestre de 2018 y 2019) el valor de la canasta básica alimentaria que delimita el umbral de indigencia se incrementó en un 61,9%, en tanto que la canasta básica total (umbral de pobreza) lo hizo en un 60,5%».