Tiene 25 años y es padre de dos chicos. Se cree que el hombre no sabía la carga que llevaba.
Cuando más familias vietnamitas exhiben fotos de las personas que murieron en el container con inmigrantes congelados en Gran Bretaña, el chofer de Irlanda del Norte que los trasladó ha sido acusado de 39 homicidios culposos por la policía británica. Maurice Robinson, 25 años y futuro padre de mellizos, será presentado ante la corte de magistrados de Chelmsford el lunes próximo.
Una declaración de la policía de Essex dijo que la procuración de la Corona los ha autorizado a acusar a “un hombre en conexión con la investigación de la muerte de 29 personas, cuyos cuerpos aparecieron en el parque industrial de Gray el pasado miércoles”.
Maurice Robinson, de Laurel Drive, Craigavon, Irlanda del Norte, fue arrestado, luego que el descubriera los cuerpos cuando abrió el container blanco de su camión.
“El aparecerá en la corte de magistrados de Chelmosford el lunes 28 de octubre, acusado de 39 cargos de homicidio, conspiración para traficar personas, conspiración para asistir la inmigración ilegal y lavado de dinero”, sostiene el comunicado.
A él se suman “una mujer de 38 años de Warrington y una persona de 48 años de Irlanda del Norte, que están arrestados por conspiración en el tráfico de personas y homicidio y continúan detenidos”. Son ellos Thomas Maher y su esposa Johana, que se presentaron espontáneamente a la policía.
Los cuerpos de 31 hombres y 8 mujeres aparecieron en el conteiner del camión Scannia Bordeaux, que conducía Robinson, en la madrugada del miércoles, tras ser retirados del puerto británico de Purfleet.
El container provenía del puerto belga de Zeebruge. Era refrigerado y podía soportar temperaturas de 25 grados bajo cero. Ese mecanismo es usado por los traficantes para que las cámaras termales de la inmigración no detecten su carga humana gracias al calor de sus cuerpos.
Inicialmente la policía británica los consideró a todos ciudadanos chinos. Hasta que la familia vietnamita de Tra May, una joven de 26 años, se comunicó con un organismo de derechos humanos en Vietnam para anunciarles que su hija iba en el container y se había comunicado con ellos diciendo que se moría, no podía respirar y pidiendo perdón a sus padres. No tuvieron más noticias de ella. Más familias fueron denunciando, uno a uno, que era un grupo de tres containers con 100 vietnamitas, que pensaban entrar ilegalmente a Gran Bretaña.
Anna Bui Thi Nhung y Nguyen Dinh Tu son otros de los vietnamitas que formaban parte del contingente y cuyas familias no tienen noticias desde que les anunciaron que habían subido al container. Les informaron que apagaban sus celulares para no ser detectados. Todos habían salido de una provincia rural y pobre de Vietnam rumbo a China. De allí los traficantes los habían hecho volar a Francia y luego, organizado su paso en un container refrigerado, a Gran Bretaña. Los otros dos containers habrían llegado a destino, pero se desconocen detalles.
Una foto de Nguyen Dih Tu revela que pasaron por Paris y el posó en la basílica de Sacre Coeur en Montmartre. Era militar, había sido dado de baja y viajaba a buscar trabajo en el extranjero. El proyecto de Din Tu era ser técnica en manicura en los bares de especializados de uñas de Londres. Ya había hecho ese trabajo en Japón.
Anna Bui Thi Nhung también venía de la provincia de Nge An, con idéntica misión. Sus familiares habían pagado 10.000 dólares a los traficantes para que viajara.
En Gran Bretaña hay un amplio tráfico de vietnamitas: las mujeres trabajan en los bares de manicuras y los hombres en ilegales fábricas de marihuana, donde deben regar las plantas día y noche. No saben que es una actividad ilegal. Los mismos traficantes los fuerzan también a la prostitución.
Un sacerdote católico de la provincia de Nge An, en Vietnam, dijo que la mayoría de las víctimas vienen de esa empobrecida área. El está recibiendo fotos de los familiares de las personas desaparecidas, que el traslada a las autoridades para encontrarlas .Un servicio religioso se celebró el sábado.
“Solo algunas familias han confirmado la muerte de sus familiares que han sido las víctimas de este trágico viaje. Pero muchas familias se han acercado para saber si están vivos” contó el sacerdote católico Anthonu Dan Huu Nam.
Muy pocos documentos han sido recuperados en el cuerpo de los muertos, que están en el hospital Broomfield, en Gran Bretaña, en el proceso de autopsia e identificación.
La policía británica pide a las familiares que se acerquen a la policía porque creen que “es una conspiración mayor”.
Los traficantes devolvieron a tres familias en Vietnam el dinero del viaje. Una forma de reconocer que sus clientes estaban muertos y su operación había sido un fracasado, informó El Clarín.