Argentina empieza a ser el equipo insoportable -para los rivales, claro- en el que juega Leo. De Paul, Paredes y Lautaro Martínez son los que primeros entendieron que no todas las pelotas tienen que pasar por el capitán.
Las criticas le cayeron de todos lados a Jorge Sampaoli cuando aseguró que Argentina era más el equipo de Messi que el suyo. Fue un sincericidioque le trajo muchas consecuencias al hombrecito de Casilda. Sampanunca pudo conducir a Argentina y su ciclo se terminó con la pobre y polémica actuación en Rusia 2018. Pero lo que en su momento dijo el actual entrenador de Santos era una realidad difícil de modificar. Fueron varios los técnicos que pasaron por la Selección y ninguno pudo imponer su idea -y su nombre- por encima de esa figura colosal y magnética que es Lionel Messi. Todo hasta Lionel Scaloni, que parece haber logrado lo que pocos pudieron: que Messi se acople a un equipo y no al revés.
Como es prematuro aseverarlo, se incluye la palabra parece. Pero la muestra en el amistoso ante Brasil fue contundente. Argentina jugó con el cuchillo entre los dientes, fue un equipo insoportable desde la actitud para recuperar el balón y también desde lo dialéctico, porque todos hablan, protestan, se pelean, gritan. Y Messi, a quien se lo podría asociar mejor con la armonía, se acopló al caos: corrió como pocas veces en los últimos años, presionó con intensidad y hasta se peleó con Tite y Thiago Silva. Argentina se pareció mucho a un equipo de Diego Pablo Simeone y a Messi se lo notó comprometido. Y a gusto. Eso que un par de años atrás hubiese resultado una utopía, parece haberlo logrado Scaloni en tan solo 20 partidos. Habrá que empezar a sumarle méritos al hombre nacido en Pujato.
¿Cómo juega Argentina? Scaloni no se ata a ningún dibujo táctico, aunque el que mejor le resulta es el 4-4-2. Se entiende por los pocos días de trabajo de los que dispone. Puede arriesgar con línea de 3 en el fondo o con un 4-3-3, aunque los rasgos de identidad son los mismos más allá del esquema: equipo corto que presiona en mitad de cancha y que pelea, pelea y pelea. Después sale rápido: cree más en los ataques directos que en la posesión del balón. Más: junta mediocampista con dinámica y no tanto de juego.
«El sistema que utilizamos nos da muchísimo defensivamente y arriba sabemos que llegamos con los volantes por afuera o con el interior que pisa el área», dijo Messi soltando un pequeño elogio para Scaloni. Y agregó: «Es buenísimo que salgan chicos y surjan otros jugadores. La aparición de Lucas Ocampos fue extraordinaria para el bien del grupo de la Selección. También los otros chicos que fueron apareciendo. La Selección sigue creciendo. Es un grupo unido, fuerte, que se consolidó en la Copa América y en los amistosos anteriores se adaptaron. Hay gente buena, normal y sencilla y eso hace que sea todo más fácil».
Rodrigo De Paul, Leandro Paredes y Lautaro Martínez son los que primeros entendieron que no todas las pelotas tienen que pasar por el capitán. Los que pudieron dejar al ídolo de lado y lo reconocieron como uno más. Todavía no logran soltarse Giovani Lo Celso y Paulo Dybala. Pero el camino está marcado: Argentina empieza a ser el equipo insoportable -para los rivales, claro- de Scaloni en el que juega Messi, informó Clarín.