La interventora de la AFI, Cristina Caamaño, resolvió que toda comunicación de cualquier poder público con los agentes sea informada “de forma inmediata” a los directores de cada área.
La semana pasada, el Gobierno envió un mensaje contundente a los jueces con relación al uso de los espías, cuando ordenó «la reducción al mínimo de las funciones de investigación criminal de la Agencia (Federal de Inteligencia) y su participación como auxiliar de la Justicia». Este viernes, a través de una nueva resolución de la interventora de la AFI, Cristina Caamaño, buscó dar otro paso en la depuración de la ex SIDE: instó a los espías a terminar con el lobby informal con los distintos poderes del Estado. El objetivo, es concreto: acotar el margen para el tráfico ilegal de información.
Caamaño dispuso que “toda comunicación verbal o escrita efectuada por funcionarios y/o empleados de cualquiera de los poderes públicos federales, provinciales o locales” con agentes del organismo sea «informada de forma inmediata» a los superiores de cada área en el que se desempeña cada efectivo.
«La idea es que nadie tenga juego propio: ni con la Justicia, ni las policías, los medios o con el mundo. Y que sea la directora del organismo quien defina cómo se vincula con el resto de las instituciones», expusieron cerca de la interventora, referente de la agrupación Justicia Legítima.
Cerca de Camaño explicaron a este diario que la disposición, que se enmarca en el proceso de normalización de la AFI que ordenó el presidente Alberto Fernández, implica en definitiva el cumplimiento de lo que está previsto en el artículo 15 bis de la Ley 25520 de Inteligencia Nacional,
En ese sentido, en su disposición, la interventora recordó que el incumplimiento de esta medida implica el incumplimiento de la Ley de Inteligencia y constituye un delito penado con prisión de seis (6) meses a tres años.
«Encontramos muchos compartimentos estancos, que no tienen relación ni horizontal ni vertical dentro del organismo. Y eso favorece a la informalidad. Por eso lo que se está haciendo es cortar de raíz los vínculos que no sean orgánicos de la agencia a través de la cadena de mandos natural, que son los responsables de cada área», completaron desde el entorno de Caamaño. En criollo: buscan terminar con el tráfico de información de los espías.
Al mismo tiempo, la funcionaria pidió que desde cada Dirección, operacional, administrativa y de la Escuela Nacional de Inteligencia se nombre a los agentes encargados para establecer relaciones con otros organismos.
Días atrás, Caamaño había dispuesto que los recursos técnicos y humanos de la ex SIDE se concentren en las operaciones de inteligencia nacional y criminal de los delitos de terrorismo, federales complejos y contra el orden constitucional.
Al mismo tiempo, ordenó revisar 700 designaciones realizadas durante la gestión macrista, sobre un total de 1.400 efectivos que tiene el organismo, señaló El Clarín.