El tiempo se acaba. La Organización Mundial de la Salud ( OMS) advirtió que el mundo se encuentra en una » fase decisiva» en la lucha contra el Covid-19. El virus se instaló en los cinco continentes , abrió otros focos de infección y dejó atrás la conexión que lo ataba en el imaginario colectivo con China como escenario determinante.
Hasta ahora, China era considerado el único foco del coronavirus, pero el riesgo se multiplicó con la aparición de brotes importantes en Corea del Sur, Italia e Irán. Los países vecinos tejieron un cerco virtual a su alrededor para evitar el derrame del virus, pero eso no basta.
«Estamos en una fase decisiva», dijo en Ginebra Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS y recordó que en los últimos dos días el número de nuevos casos en el resto del mundo fue superior al registrado en China, país donde surgió el virus, en diciembre.
«Si actuamos ahora de forma contundente, podremos frenar este coronavirus. Mi consejo es que actuemos rápidamente», agregó el dirigente, y definió el virus nacido en la provincia china de Hubei y ahora fortalecido en el resto del mundo como «muy peligroso».
Más de 78.000 personas resultaron infectadas en China desde el comienzo del brote, a fines del año pasado, de las que murieron 2744, y se propagó por unos 45 países, con un balance provisional de 3600 contagios y más de 50 muertos.
La mayoría de los nuevos casos de contagio registrados en España, Argelia, Estonia, Grecia, Georgia, Noruega, Rumania, Austria, Alemania, Suiza, Dinamarca y Macedonia del Norte son «importados» de Italia, donde hay más de 500 casos y 14 muertos.
Muchos países europeos reforzaron los dispositivos de prevención y aconsejaron a sus ciudadanos no visitar las regiones italianas afectadas. Pero el canciller italiano, Luigi Di Maio, en un llamado que difícilmente sea atendido, instó a los turistas a que visiten Italia, que puso en cuarentena a 11 provincias.
Corea del Sur anunció más de 500 nuevas infecciones, con lo que el balance se eleva a 1766 y 13 muertos. Y mientras Corea del Sur tiene el mayor número de contagios fuera de China, Irán tiene el mayor número de muertos. Teherán informó de siete nuevas víctimas, lo que elevó el total a 26 desde la semana pasada.
A diferencia de Europa, donde los países mantuvieron sus fronteras abiertas a pesar de la aparición de varios casos en Italia, los vecinos de Irán cortaron sus vínculos con el país, ya sea cerrando sus fronteras o suspendiendo los viajes aéreos y el turismo, un aislamiento exacerbado además por las enemistades políticas sembradas en Medio Oriente.
En una medida extraordinaria que refleja la intensidad de los temores en la región -no solo por Irán-, Arabia Saudita prohibió la entrada de peregrinos a La Meca. Además de Irán, los Emiratos Árabes Unidos (EAU) registraron 13 casos; Kuwait, 43; Bahrein, 33, y Omán, cuatro.
Ante posibles abusos y casos de xenofobia, sobre todo con ciudadanos chinos, la alta comisionada de la ONU para los derechos humanos, la chilena Michelle Bachelet, pidió que las cuarentenas sean «proporcionales» a la amenaza y se respeten los derechos de las personas.
Pero los chinos tienen su propio arsenal de respuestas. En una vuelta de tuerca impensable hace una semana, el régimen comunista, que confinó a más de 55 millones de personas en la provincia de Hubei, ahora está preocupada por la «importación» de casos desde otros países.
El Covid-19 parece haberse estabilizado en China, donde el número de muertos sigue cayendo. Las autoridades anunciaron ayer 29 muertos, el número más bajo en un mes, que le dio aire para sacarse de encima el cartel de enemigo público número uno del resto del mundo.
Según la agencia Xinhua, al remitir la epidemia, muchas provincias chinas comenzaron a levantar parcialmente las medidas de emergencia y ahora el gobierno evalúa «medidas de prevención y control precisas» para recién llegados.
Pekín impuso una cuarentena de 14 días a personas provenientes de países «seriamente afectados» por la epidemia, sin especificar cuáles. Centenares de surcoreanos se encuentran en cuarentena en el este del país, tras detectarse casos sospechosos en dos aviones.
Los viajeros provenientes de Japón y Corea del Sur «no deben tener un trato preferencial que les permita franquear fácilmente la red de prevención y control china», dijo el diario Global Times con tono nacionalista.