Mercedes Lucía nació con 2,830 kilogramos anoche a las 20.15 en el hospital Ramón Carrillo. Pero no es cualquier bebé. Se trata de la séptima hija mujer de una pareja de Bariloche.
La ley 20.843 garantiza el padrinazgo presidencial del séptimo hijo varón o la séptima hija mujer de una pareja. De modo que Mercedes será la ahijada barilochense del presidente Alberto Fernández.
Cinco años atrás, María Clara Soraiz y Leonardo Arévalos dejaban Buenos Aires para radicarse en Bariloche con sus cinco hijas (de 18, 16, 13, 12 años). En la ciudad cordillerana tuvieron otra niña -que hoy tiene 3 años- y ayer nació Mercedes. De acuerdo a lo que informa Diario Río Negro.
«Buscábamos el varón y este fue el último intento»
«Mi marido es hincha de Independiente y quería que alguien lo acompañara en su pasión. ‘Nadie sigue mi legado´ nos decía en broma», explicó con una sonrisa María Clara mientras sostiene orgullosa a su beba en brazos en una cama de Maternidad del hospital zonal.
«No habrá más intentos porque me voy a ligar las trompas», acotó la mujer de 38 años que trabaja como psicóloga holística.
Durante el embarazo, la pareja no supo que Mercedes era mujer hasta hace un mes y medio atrás ya que «no se dejaba ver en las ecografías«.
«Fue muy divertido todo el embarazo porque cuando pensábamos que podía ser otra nena, rogábamos que no naciera en el gobierno de Macri porque somos partidarios de Alberto. Así que ahora estamos tranquilos», señaló divertida María Clara.
Durante el embarazo, la familia buscó y leyó la leyenda sobre el séptimo hijo varón que se convierte en lobizón. Supieron que el mito también hablaba de la séptima hija mujer que «se transforma en bruja y por eso, las abandonaban». «Mis hijas más chicas estaban asustadas -dijo sonriendo nuevamente- se tranquilizaron al conocer un poco más del mito. Antiguamente, la reina de Rusia dictó una ley para que los presidentes sean padrinos a modo de bendición de esa maldición».
El trabajo de parto fue extenso porque la mujer rompió bolsa a las 2 de la mañana del viernes y los médicos debieron inducirle el parto que se concretó cinco horas más tarde. Mercedes nació tras 37 semanas de embarazo.
«Los médicos del hospital son increíbles, al igual que las enfermeras (especialmente Evelina Mendoza). Hay una calidad humana que no se ve en ningún lado. Te escuchan, te acompañan, te preguntan cómo te sentís. Mis otras cinco hijas nacieron en Buenos Aires y esto nunca lo sentí», dijo.