Al crecer la alarma por un crecimiento exponencial de los contagios por coronavirus que está colapsando el sistema de salud, tal como le habían reclamado los gobernadores del norte, la zona más afectada, el primer ministro de Italia, Giuseppe Conte, anunció hoy el cierre de todos los comercios, salvo los de bienes de primera necesidad, como farmacias y tiendas de alimentos, en toda Italia.
Conte anunció estas nuevas medidas draconianas minutos antes de las 22 (hora local), en otra jornada dramática, en la que la cifra de muertos batió un nuevo récord: 196 en un solo día, que elevaron el número total a 827, mientras el de contagiados trepó a 12.462, con 2313 casos más en 24 horas.
Conte detalló que negocios, bares, restaurantes, pubs, peluquerías, centros estéticos, los servicios de comedor y demás tiendas no esenciales, que hasta hoy estuvieron abiertos, aunque con horarios restringidos y con la obligación de hacer respetar una distancia interpersonal entre las personas, deberán cerrar sus persianas hasta nuevo aviso.
Las empresas podrán seguir abiertas, pero apelando a un «trabajo ágil», con smart-working desde casa y la menor cantidad posible de personal que deba trasladarse. Las fábricas podrán seguir abiertas y podrán predisponer medidas acordes a sus necesidades, con regulación de los turnos de trabajo de los empleados y apelando también a dar vacaciones anticipadas. Subrayó que quedarán garantizados los servicios esenciales , como los transportes públicos, los servicios postales, bancarios, financieros y de seguros. También se «garantizan actividades agrícolas, en el respeto normativas higiénico sanitarias», indicó.
«Es importante ser consciente de que hemos comenzado a cambiar actitudes, el esfuerzo lo veremos solo en un par de semanas, pero no debemos pensar que mañana podremos medir el impacto de estas medidas. Si los números siguen creciendo no significa que debemos apurarnos a nuevas medidas, debemos ser lúcidos, medidos, rigurosos, responsables», advirtió Conte, que comenzó su mensaje a la nación admitiendo la situación de dificultad de Italia, el país más golpeado de Europa por el Covid-19 y el segundo con el mayor número de casos y muertes después de China.
«Si todos respetaremos las reglas, saldremos más rápido de esta emergencia» , también dijo el premier, que llamó a la responsabilidad a los 60 millones de habitantes, que deberán cumplir «pequeños sacrificios».
«Somos parte de una comunidad. Esta es la fuerza de nuestro país. Todos juntos lo lograremos», concluyó, intentando enviar un mensaje optimista a una población asustada, que nunca vio a Italia tan paralizada, aislada y cerrada como ahora, ni siquiera durante la Segunda Guerra Mundial.