La Champions siempre otorga espectáculos de enorme calibre. Emociones en su máxima expresión. Golpazos o batacazos, como usted los quiera llamar. En este caso, el que dio la gran noticia a nivel futbolístico en medio del caos y alerta mundial por la expansión del coronavirus fue el Atlético de Madrid del Cholo Simeone. Porque se encargó de dejar fuera al último campeón mundial en su propia casa. Tremendo.
Atlético había ganado por 1-0 en España y, por tal motivo, Liverpool salió a comérselo crudo para torcer la historia. Clásica presión para recuperar la pelota y ataques al por mayor por parte de los dirigidos por Klopp, haciendo figura en varios pasajes del partido al arquero Oblak. Wijnaldum había empatado la serie en el primer tiempo y Firmino había colocado el 2-0 en favor de los ingleses en los primeros minutos del tiempo suplementario. Parecía que el castillo de naipes del Cholo se desmoronaba, pero ocurrió lo inesperado…
Dos intervenciones primordiales de Marcos Llorente cambiaron la historia en Anfield Road, silenciando a los miles de fanáticos locales. Dos derechazos esquinados desde media distancia -el primero con colaboración del arquero Adrian- le dieron vida al milagro del Colchonero. Y Morata sentenció el resultado final, ya con un Liverpool jugado.
Así, Simeone y compañía pisaron fuertes en octavos de final y, ya entre los ocho mejores, le avisan al resto de Europa que son serios candidatos a pelear por la Champions en lo que queda de la temporada