Cada día desde que comenzó la cuarentena obligatoria el 17 de marzo, el presidente venezolano, Nicolás Maduro, habla en televisión y radio en horas de la tarde. También lo hacen la vicepresidenta, Delcy Rodríguez, y el ministro de comunicación, Jorge Rodríguez. Se trata de un parte de situación: nuevos casos de contagiados por coronavirus en el pais, forma en que se contagió, ubicación geográfica, edad, y números de fallecidos.
La información abarca también la evolución de la cuarentena y su cumplimiento, la llegada de insumos medicos de paises aliados, como China, Rusia y Cuba, organismos internacionales, como la Organización Panamericana de la Salud, la situación de la pandemia en América Latina, el mundo, para así situar el cuadro en Venezuela y la evolución de la curva de casos.
El Gobierno venezolano inició muy rápidamente las medidas frontales para evitar un brote descontrolado de coronavirus. Esas decisiones involucraron a millones de personas con la cuarentena, el cierre de las ciudades, gran parte de los movimientos de la economía y, por esa razón, se puso en marcha una pedagogía diaria de la situación, los peligros y los datos.
Esa decisión de afrontar tempranamente la pandemia es una de las razones que explican por qué la curva de contagios no se aceleró verticalmente como en otros países del mundo, como Italia, España, Estados Unidos, o de la región, como Ecuador y Brasil.
Así, al día jueves 9 de abril, se reportaron en Venezuela un total de 171 casos, 65 recuperados y 9 fallecidos.
«Tenemos una curva aplanada, es decir que salen muy pocos casos diariamente, y por lo tanto tenemos un sistema de atención para esos casos», explica el doctor Héctor Ciavaldini, actualmente profesor universitario en el Hospital Militar y la Misión Milagro. Esa realidad se debe a dos medidas centrales que fueron tomadas.
Coronavirus en Venezuela: ¿cómo se frena?
El Gobierno venezolano «observó con mucha responsabilidad lo que estaba pasando en el mundo sin tomarlo a la ligera y le dio tiempo a prepararse», explica Ciavaldini. La pandemia, antes de llegar a América Latina, y, en particular a Venezuela, avanzó por diferentes países modificando su epicentro de contagios.
Al llegar al continente y amenazar al país, la decisión tomada fue de iniciar un cierre de fronteras, la cuarentena de siete estados y, rápidamente, lo que fue anunciado como cuarentena total.
La cuarentena fue acompañada por el uso de los tapabocas de manera obligatoria en el espacio público. Así, de un día para otro, el país se detuvo en gran parte, las calles se quedaron casi solas, y todas las personas circulando comenzaron a usar tapabocas comprados en farmacias, fabricados en casas o en centros de organización comunitaria.
La decisión de la cuarentena fue entonces inmediata y la respuesta de la mayoría de la sociedad fue de respetarla, una situación que, como es predecible, toma cada vez más complicaciones, en particular económicas, a medida que las semanas se prolongan.
Estas medidas fueron «muy importantes para evitar la diseminación del coronavirus». Al frente de esas medidas se puso un «comité especial para dirigir todo lo relacionado a la epidemia», llamado Comité Presidencial para la Prevención del Coronavirus, con, a su vez, asesoramiento internacional, centralmente de China y Cuba.
El cierre de las ciudades y del país fueron acompañados por lo que Maduro denominó como el «despistaje ampliado y personalizado». Este es el otro aspecto clave destacado por el doctor Ciavaldini
«Teníamos la posibilidad de hacer una gran encuesta a nivel nacional porque tenemos una herramienta, que es el Sistema Patria —una base de datos centralizada por el Estado— donde están registrados más de 20 millones de venezolanos».
A través de ese instrumento millones de personas indicaron si presentaban posibles síntomas de coronavirus. El Gobierno, con esa información, desplegó el proceso de visita a cada caso con, en caso de ser necesario, el despistaje, realizado de forma gratuito.
«Según el sistema de encuestas, y según un sistema implementado con médicos integrales comunitarios apoyados por médicos cubanos, se está yendo casa por casa para investigar a aquellas personas que tienen riesgo de haber adquirido la infección».
Jorge Rodríguez señala que 17.854.850 personas han contestado la encuesta médica del Sistema Patria, que arrojaron 128.000 individuos con síntomas aparentes, de las cuales se han visitado 124.201 a través del despliegue «casa por casa».
La encuesta «le permitió al Gobierno saber los factores de riesgo adicionales, quienes sufren de hipertensión, de diabetes, enfermedades respiratorias, que son susceptibles a la hora que haya una epidemia de desencadenar las complicaciones de la enfermedad».
Ese proceso masivo y personalizado fue combinado con las medidas tomadas con quienes llegaron y aun llegan del exterior. En un primer momento, en particular con las personas que llegaban a través de vuelos internacionales de las zonas más afectadas a nivel mundial y, en estos momentos, con quienes regresan via terrestre de los paises cercanos, centralmente Ecuador, Perú y Colombia.
«A los casos que llegan del exterior se coloca como posibles infectados, se les toma la temperatura, se les hace el examen médico y se coloca en cuarentena, y los que comienzan a ser sintomáticos inmediatamente se les realiza el despistaje del examen preciso para coronavirus».
La respuesta integral
El miércoles 8 llegaron a Venezuela más de 90 toneladas de equipos e insumos medicos de la Organización Panamericana de la Salud, la UNICEF y Rusia, para la prevención y control del coronavirus.
La cooperación internacional ha sido otro de los pilares de las respuestas dentro de una integralidad de abordaje de la pandemia en el caso de un país que tiene, en este contexto, un bloqueo económico mantenido por parte de Estados Unidos.
La ayuda, con adquisición de equipos, insumos y medicamentos, ha permitido fortalecer «la preparación de los centros de atención, tantos públicos como privados, que se pusieron a la disposición de la atención desde el primer momento de a probable epidemia que iba a llegar al país», explica Ciavaldini.
Los diferentes niveles de salud fueron fortalecidos: «Los hospitales se pusieron en función de una probable epidemia, se colocaron tiendas de campaña en anexo para recibir a las personas sintomáticas, para hacer un triaje antes de que llegara a detectarse la enfermedad y desde allí las respectivas pruebas».
Ese fortalecimiento también se dio con los centros de diagnóstico integral, puntos centrales para realizar gratuitamente el test de coronavirus, y abordar la atención de la pandemia en los procedimientos de visitas casa por casa, articulada a la organización comunal, popular.
El conjunto de medidas permitió mantener la curva de contagio bajo control, y prepararse ante un posible escenario de aumento de casos. El doctor Ciavaldini plantea la importancia de mantener la cuarentena para que esta situación se mantenga así:
Ciavaldini plantea otra cuestión, central: la imposibilidad de una solución aislada, país por país: «Es muy importante que se aplane la curva en los países que nos rodean y todo el mundo. Colombia y Brasil tienen en estos momentos una proyección realmente lamentable, y mientras la epidemia siga su curso allá, acá no podemos cantar victoria».
La perspectiva de una salida de cuarentena es incierta por el momento, tanto en los tiempos como en las formas. Ciavaldini menciona la posibilidad de «cuarentenas periódicas» nombradas por Jorge Rodríguez, donde «salimos a la calle en un sistema monitorizado, probablemente todo el mundo con tapaboca, mucha vigilancia, y en lo que haya brote se vuelve a la cuarentena».
La posibilidad de una solución definitiva implica la aparición de una vacuna, o de un «viricida, un medicamento que pueda destruir al virus, que si se presenta un infectado pueda destruir al virus sin que haya complicaciones en la salud del individuo y no se extienda la enfermedad».
Al respecto, el doctor venezolano afirma: «He oído sobre dos medicamentos, la ivermectina, que es un antiparasitario, aparentemente hay pruebas que han visto in vitro, es decir fuera de los humanos, que se ha logrado inhibir o matar el virus. Y hay otra sustancia, el dióxido de cloro, que es muy prometedor».
Por el momento, lo que se utilizan son tratamientos «coadyuvantes, es decir que van dirigidos no tanto a matar el virus como tal, sino a las complicaciones que tienen los pacientes que adquieren la infección».
Mientras se trabaja en el descubrimiento de un virucida, o de una vacuna —para lo cual se ha afirmado públicamente que debería tardarse entre 12 y 18 meses— el objetivo es mantener la curva bajo control, disminuir a cero los nuevos casos, y recuperar a quienes se han enfermado. Ese proceso, frágil tomando en cuenta la complejidad de la epidemia, es el que busca lograr y mantener Venezuela.
Fuente: Sputnik Mundo