La tradición este año deberá modificarse por las restricciones impuestas en todo el mundo para mitigar la expansión del coronavirus.
Millones de musulmanes en Asia comenzaron a transitar este viernes el Ramadán, el mes más sagrado del calendario islámico, en el que los fieles ayunan durante el día y se dedican a cultivar el espíritu, meditar, leer el Corán y rezar; una tradición que este año deberá modificarse por las restricciones impuestas en todo el mundo para mitigar la expansión del coronavirus.
El Iftar, la comida nocturna con la que se rompe el ayuno, deberá modificar sus reglas este año: las personas no podrán compartir la comida en comunidad o asistir a la mezquita y los parques, ni tampoco salir a la calle para llevar alimentos a los más necesitados o visitar a los enfermos, como dicta la tradición.
En Indonesia, la nación musulmana más poblada del mundo, las autoridades suspendieron los vuelos y los servicios ferroviarios para evitar que las personas viajen a sus ciudades natales como hacen cada año para celebrar Eid al-Fitr, el final del Ramadán.
Asimismo, prohibieron que los autos privados salgan de la capital, Yakarta, el epicentro del brote en Indonesia, donde se han registrado más muertes por la Covid-19 -689 de un total de 8.211 infectados- que en cualquier otra nación asiática, excepto China.
Malasia, por su parte, extendió el bloqueo hasta el 12 de mayo y el primer ministro, Muhyddin Yassin, dijo que la «Yihad» (una obligación religiosa de los musulmanes, un esfuerzo) de la gente contra la pandemia ha mostrado buenos resultados pero debe prolongarse.
El país ha reducido significativamente los casos diarios de enfermos de coronavirus. Según el último recuento hay 5.603 personas infectadas, de las cuales 95 han muerto.
Malasia, al igual que sus vecinas Singapur y Brunei, han cerrado los populares bazares de Ramadán, donde se venden alimentos, bebidas y ropa al aire libre en la ciudad o en las rutas y que son una importante fuente de ingresos para pequeños comerciantes.
En Pakistán, donde las autoridades nacionales y los líderes religiosos se negaron a cerrar las mezquitas, la sureña provincia de Sindh prohibió la oraciones de Ramadán, reportó la agencia de noticias EFE.
El primer ministro, Imran Khan, dejó en manos de los clérigos la decisión sobre el cierre de las mezquitas y algunos de ellos han recomendado a los fieles confiar en su fe para estar protegidos.
Los casos de coronavirus en Pakistan han comenzado a aumentar de a 600-700 por día, después de haber registrado saltos diarios de 300.
La cifra actual de infectados en el país es de 11.115, de los cuales 237 han muerto.
En Turquía, en tanto, las autoridades prohibieron las comidas comunitarias, las carpas que venden comida para romper el ayuno, y los tamboreros que marcan el tiempo de ayuno yendo de puerta en puerta pidiendo propinas.
Polémica y discriminación en India
En India, el Ramadán comienza este sábado, pero la discusión sobre la fecha religiosa se ha transformado en una crítica a los musulmanes después de que se acusara a un grupo de misioneros islámicos que estuvo reunido en marzo en Nueva Delhi de haber provocado el brote.
Algunos miembros del gobernante partido nacionalista Bharatiya Janata tacharon la reunión de «crimen talibán» y «coronaterrorismo».
El resultado es que muchos musulmanes se enfrentan a un renovado estigma, amenazas y boicot a los vendedores que intentan trabajar en los barrios de mayoría hindú.
Un grupo de eruditos musulmanes llamó a los fieles a quedarse en sus hogares durante el Ramadán y respetar la prohibición de circulación impuesta por las autoridades del país de 1.300 millones de habitantes.
Los 200 millones de musulmanes de la India, el 14% de la población, son el grupo minoritario más grande en la nación de mayoría hindú, pero también son los más pobres, señaló Télam.