Paraguay es el país con menos casos de coronavirus en Sudamérica, un hecho que autoridades sanitarias atribuyen a las medidas rigurosas de aislamiento social dispuestas desde hace más de un mes, pero que también puede deberse al limitado número de pruebas que realiza un sistema sanitario frágil.
El país mediterráneo de casi 7 millones de habitantes ha reportado 159 casos y siete fallecidos hasta este martes. Solo tres personas infectadas se encontraban hospitalizadas, de las cuales una estaba en cuidados intensivos, según datos del Ministerio de Salud Pública.
La escasa conectividad de Paraguay puede influir, pero el cumplimiento de las medidas de distanciamiento físico de parte de la población fue determinante, dijo a Reuters Luis Alberto Escoto, representante de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en el país.
«El mejor resultado se le puede atribuir a la adopción (de estas medidas) y a la actitud que ha tenido la población a pesar de vivir en un contexto difícil, de desigualdades, de pobreza», dijo Escoto.
Paraguay fue el primer país sudamericano que decretó el cierre de escuelas y la suspensión de actividades de concurrencia masiva en la segunda semana de marzo. Poco después cerró las fronteras, los aeropuertos y dispuso una cuarentena total de la población con pocas excepciones.
Policías y militares vigilan las calles y comercios, y la fiscalía inició procesos judiciales a más de mil personas por violar las restricciones. Escoto dijo que el haber mantenido los supermercados abiertos todos los días ayudó a evitar aglomeraciones en busca de alimentos.
Sin embargo, el país es también uno de los que menos pruebas hace: 26,2 test por cada 100.000 habitantes, según la OPS/OMS. El déficit está relacionado a la escasez mundial de reactivos y a la falta de personal calificado para llevar adelante las pruebas, pero a criterio de Escoto no sería un problema mayor.
«Si es la punta del iceberg la que estamos viendo es una punta que no nos debería asustar tanto porque vemos que las emergencias, los hospitales y las unidades de cuidados intensivos no están presionadas», dijo.
Paraguay ha tenido también dificultades para comprar ventiladores y equipos de protección para el personal sanitario, una razón que llevó al presidente Mario Abdo a extender la cuarentena la noche del lunes.
«Un subregistro seguro que hay. Pero la no presencia de mortalidad o casos graves que saturen el sistema hace pensar de que no hay todavía una trasmisión comunitaria exponencial», dijo la senadora y exministra de Salud, Esperanza Martínez.
El país emplea menos de un 3 por ciento del PIB en sanidad, tiene apenas 1,2 camas por cada 1.000 habitantes, que incluyen las del sector privado.
Para una emergencia, el Ministerio de Salud espera responder con cerca de 300 camas en cuidados intensivos y 1.200 en salas regulares.
Fuente: América Económica