Agobiado por una crisis económica y financiera que parece indetenible, el gobierno de Mariano Arcioni recibiría un auxilio in extremis del gobierno de Alberto Fernández. Ese aporte le permitiría a la administración provincial subsistir durante algunas semanas.
Nación habilitaría en estos días el subsidio al barril criollo, lo que representaría entre 600 y 900 millones de pesos extras para Chubut por las regalías petroleras. Además abriría una ronda de préstamos a las arcas públicas de las provincias, por lo que a Chubut podrían corresponderle no menos de 2.000 millones de pesos.
Si estas medidas nacionales se concretan, Chubut podría aumentar su recaudación en unos 3.000 millones de pesos, una cifra cercana a los salarios que aún adeuda del mes de marzo.
El salvavidas de Alberto Fernández y el ministro de Economía Martín Guzmán podría servirle a la gestión de Arcioni para intentar llegar a fin de mes y ver si logra avanzar en la renegociación con los bonistas para afrontar la deuda en dólares.
El plan de Alberto
El ministerio de Economía lanzará en los próximos días subsidios y una línea de préstamos a las provincias para contener parte de la crisis generada por la cuarentena y la pandemia de Coronavirus.
Unos 120.000 millones de pesos serán repartidos entre los Estados provinciales, la mitad en Aportes del Tesoro Nacional y la otra mitad como préstamos a tasa cero, para afrontar los pagos de salarios y gastos corrientes, los que de alguna manera podrían compensar la baja de recaudación por Coparticipación Federal de Impuestos.
En paralelo a ese mecanismo de endeudamiento en pesos que habilitaría Nación, Chubut además se vería beneficiada por los ingresos extras que generarían las regalías petroleras como consecuencia de la instrumentación del precio sostén para el barril de petróleo que se comercialice en el mercado interno.
Por el barril criollo -fijado en 45 dólares- la provincia podría incrementar sus ingresos por regalías en cifras que rondarían entre los 600 y los 900 millones de pesos mensuales, acumulándose hasta finales de año entre 5.000 y cerca de 7.000 millones de pesos adicionales a los que estaban proyectando por la baja del precio internacional del crudo.
Por los préstamos y los ATN de Nación a Chubut podrían corresponderle como mínimo la suma de 2.000 millones de pesos de manera extraordinaria y por única vez, a los que se sumarían los extra por el barril criollo.
Sí todo ese pack de aportes se concreta Chubut alcanzaría una recaudación excepcional cercana a los 3.000 millones de pesos, que representan casi la misma cantidad que hoy la provincia le debe a la mitad de los empleados públicos y jubilados que aún no cobraron sus haberes de marzo.
Chubut podría saldar su deuda de marzo con los empleados públicos (activos y pasivos) aunque mantendría la deuda por los salarios de abril, a los que seguramente seguirá pagando de manera escalonada.
Ese respiro financiero podría darle a Arcioni el tiempo suficiente para esperar al 22 de mayo, ver qué sucede con la renegociación de la deuda nacional en dólares y empezar al día siguiente a renegociar la propia en la búsqueda de sacarse todos los vencimientos de encima hasta el año 2023 y así gobernar sin asfixia financiera.
Todas especulaciones relativizadas por la endeblez política de su gestión, la bronca que crece día a día desde las bases de los estatales y que dependerá de la buena voluntad de los bonistas de aceptar seguir cobrando en tres o cuatro años.
Los préstamos y subsidios de Guzmán y Wado
El ministerio de Economía distribuirá entre las provincias 120.000 millones de pesos en subsidios y préstamos, que representarán el 0,4% del PBI nacional.
Los créditos por 60.000 millones de pesos se canalizarán a través del Fondo Fiduciario para el Desarrollo Provincial, se comenzarán a pagar desde enero del 2021, en 36 cuotas y con una tasa de interés de solamente el 0,1%.
Los restantes 60.000 millones se repartirán como subsidios en Aportes del Tesoro Nacional (ATN) sin devolución por las administraciones provinciales, los que serán repartidos por el Ministerio del Interior que encabeza Wado De Pedro.
Desde la cartera económica remarcaron que estos préstamos serán otorgados por las necesidades financieras específicas de cada provincia y por las condiciones estructurales con las que cada jurisdicción puede hacer frente a la actual crisis.
«Se priorizarán las provincias que arrastran desequilibrios financieros estructurales, aquellas donde la desigualdad económica y de oportunidades es más profunda y donde el perjuicio de la cuarentena sobre los trabajadores y las trabajadoras en situación de vulnerabilidad es mayor», afirmaron desde el ministerio de Guzmán.
La asignación de esos recursos estará sujeto a:
– Las necesidades reales de financiamiento en el corto plazo (60%).
– El nivel relativo de atraso en las condiciones de vida de la población medido por las Necesidades Básicas Insatisfechas (20%).
– El grado de afectación relativo de cada provincia en el contexto de la emergencia económica y sanitaria, determinado en un 50% por la tasa de informalidad y cuentapropismo, y en otro 50%, por la difusión territorial del COVID-19 aproximada por la cantidad de infectados cada 100.000 habitantes (20%).