América, la región más castigada del mundo por el coronavirus, aún no alcanza el pico de la enfermedad, que se ha cobrado la vida de casi 100.000 personas en el continente, y sus pobladores empiezan a sentir ya el ahogo de la falta de dinero tras la paralización de la economía y la incertidumbre de no saber cuándo llegará la tan anhelada «nueva normalidad».
En ese sentido, como «urgente» han calificado en Estados Unidos la necesidad de que la economía nacional retome su camino, un clamor que el presidente, Donald Trump, ha tomado como su «caballo de batalla» para intentar quedarse de nuevo con la Casa Blanca en las elecciones del próximo noviembre.