El lanzamiento es la primera misión no estadounidense de la empresa SpaceX desde el surgimiento del brote de coronavirus.
Barbijos, anteojos de protección y guantes son parte del equipaje de 18 técnicos y científicos de la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (Conae) y la empresa rionegrina Invap, quienes ayer viajaron hacia Estados Unidos para comenzar una nueva campaña de lanzamiento del satélite SAOCOM 1B, previsto originalmente para marzo pero que debió postergarse por la pandemia de coronavirus.
Los integrantes de la comitiva argentina deben preparar para su lanzamiento al satélite construido en Bariloche que los espera desde fines de febrero en el centro espacial de Cabo Cañaveral, y supervisar la integración del mismo en el cohete Falcon 9 de la empresa estadounidense SpaceX que lo pondrá en órbita a fines de julio.
Los técnicos cumplieron una estricta cuarentena en sus hogares desde el momento en que fueron designados para esta misión y fueron testeados en los días previos al viaje que emprendieron por Aerolíneas Argentinas; además al llegar a Estados Unidos comenzaron a cumplir otra cuarentena de 8 días en un hotel y deben pasar dos test PCR (que diagnostica Covid-19) antes de poder ingresar al centro espacial.
El lanzamiento, que fue postergado debido a que la cantidad de contagios de Covid-19 en marzo en Europa hacía peligrar la disponibilidad de estaciones terrenas en ese continente, es la primera misión no estadounidense de la empresa SpaceX desde el surgimiento del brote de coronavirus.
El director Ejecutivo y Técnico de la Conae, Raúl Kulichevsky, contó a Télam antes de abordar el avión que «fue una decisión muy difícil postergar el lanzamiento cuando faltaban tan pocos días, pero lo cierto es que las condiciones no estaban dadas; fue una decepción muy grande y todo el equipo se volvió con el sentimiento de no haber podido concretar algo por lo que se trabaja muchísimo y en lo que hay muchas esperanzas puestas».
«Nos faltaban unas dos semanas, pero la decisión de suspender no sólo tenía que ver con el trabajo con el satélite sino fundamentalmente con la disponibilidad de lo que tenía que ver con el segmento terreno, ya sea nuestra estación terrena en Córdoba como el soporte de otras estaciones terrenas ubicadas en distintos países y que son necesarias especialmente en los primeros días de la misión que son los más críticos», apuntó.
Kulichevsky se refirió a las estaciones terrenas ubicadas en países como Francia o Noruega ya que en marzo Europa sufría el pico de casos de Covid-19 y «no estaba asegurado del todo el apoyo que necesitábamos de ellos; era un riesgo muy importante lanzar el satélite y que después no pudiésemos controlarlo adecuadamente».
«Una campaña de lanzamiento arranca entre 35 y 40 días antes de la fecha prevista para lanzar, uno llega y tiene que sacar el satélite de la caja en la que viaja, sacar los paneles solares que viajan aparte en otro contenedor, ensamblar el satélite con los paneles y probar que todo funciona adecuadamente», precisó.
Además, detalló que «hay muchísimos equipos eléctricos y electrónicos que sirven para hacer todas las pruebas previas, y hay que hacer la carga completa de combustible del satélite».
«Son muchas tareas que hay que completar hasta unos 7 u 8 días antes del lanzamiento que es cuando empezás a trabajar en conjunto con el equipo de la empresa del vehículo lanzador, que en este caso es SpaceX; ahí es cuando el satélite se coloca dentro de la cofia del vehículo y se comienza a trabajar con el satélite en el cohete», agregó.
Kulichevsky estimó que es necesario «volver a hacer pruebas porque si bien el satélite quedó a resguardo en las instalaciones de SpaceX pasaron tres meses desde que nos tuvimos que volver; nosotros estimamos que en 3 o 4 días de trabajo vamos a volver a estar en el mismo punto de la preparación en el que habíamos suspendido, y de ahí, 10 días más hasta el lanzamiento».
«Hubo algunos lanzamientos de SpaceX en Estados Unidos durante la pandemia, pero este será el primero no norteamericano desde que comenzó el brote de coronavirus», explicó Kulichevsky.
Por otro lado, contó que al llegar a Estados Unidos el equipo deberá cumplir una cuarentena de 8 días en el hotel, tras lo cual SpaceX realizará dos veces el test PCR a cada miembro de la delegación, que quedará habilitado si ambas pruebas resultan negativas.
«Todos los que viajamos nos hicimos el test PCR en Argentina y allá vamos a quedar encerrados en el hotel; nos vamos a cuidar muchísimo, con protocolos para estar el menor tiempo posible con otras personas; por lo que coordinamos con SpaceX una reorganización de nuestras oficinas para distribuirnos con menos gente y que los encuentros que normalmente haríamos en persona hacerlos por videoconferencia», precisó.
Por último, aseguró que en Argentina los integrantes del equipo «minimizamos el contacto hasta con el propio entorno, así que todos vienen con una cuarentena más estricta de lo normal, no nos movimos de nuestras casas, y cuando volvamos al país seguramente tendremos 14 días más de cuarentena», señaló Télam.