En vez del salón de la quinta de Olivos, con las filminas de Power Point, con los datos de la pandemia e fondo, el presidente Alberto Fernández eligió una escenografía diferente para su primera aparición pública en el interior del país: el río Paraná, en Puerto General San Martín, Santa Fe, donde, rodeado de siete gobernadores, hizo hincapié en que no dejará solos a los mandatarios en momentos en que el coronavirus se expandió desde Buenos Aires a las provincias.
El acto junto a los gobernadores sirvió para mostrar otro capítulo en la trama que se inició desde el 20 de marzo pasado con la cuarentena. El presidente prefirió esa imagen abierta del río y el horizonte litoraleño, en la ribera de Puerto General San Martín, rodeado de los mandatarios provinciales,que reiterar la conferencia de prensa junto al gobernador bonaerense Axel Kicilof y el jefe de gobierno porteño Horacio Rodríguez Larreta, para renovar la cuarentena, que se anunciará por las redes oficiales. Esa estrategia se inscribió en la necesidad de mostrar un perfil más activo de gestión.
«Cuando sentimos que dominábamos el virus en el AMBA vimos que se había diseminado en todo el país y ya no era un problema de los porteños y vecinos de Buenos Aires, sino de los rosarinos, mendocinos, jujeños, riojanos, rionegrinos y fueguinos. Y tuvimos que volcar nuestra mirada al interior del país», aseguró el presidente Fernández, quien destacó: «No vamos a dejarlos solos».
«Por ahí los argentinos necesitábamos un virus que nos una», resaltó el presidente, en un acto en el que se anunció la creación de una sociedad del Estado para administrar la hidrovía Paraná-Paraguay, cuya concesión se vence el año próximo. «Esto que hago con la hidrovía lo voy a hacer en los próximos días con la energía, en Neuquén, para que Dios no atienda sólo en Buenos Aires», aseguró el jefe del Estado, Alberto Fernández, quien repitió su latiguillo: «Soy el más federal de los porteños. Nos llena de culpa ver a la ciudad de Buenos Aires tan opulenta, bella, desigual e injusta con el resto del país. Quién puede vivir en paz en un país central y dos periféricos. Lo que pase en esa hidrovía dejará de decidirse en una oficina perdida en la ciudad de Buenos Aires. Lo que suceda en este río será de todos los gobernadores»
En las barrancas de Puerto General San Martín, donde hasta hace pocos días la zona de islas cercanas estuvo afectada por los incendios, el presidente se mostró junto a los gobernadores que tienen participación en la hidrovía, como el de Santa Fe, Omar Perotti, de Entre Ríos; Axel Kicillof, de Buenos Aires; Gustavo Valdés, de Corrientes; Gustavo Bordet, de Entre Ríos; Jorge Capitanich, de Chaco; Oscar Herrera Ahuad, de Misiones y Gildo Insfrán, de Formosa. Los mandatarios tendrán el 49 por ciento de las acciones de la sociedad que tendrá mayoría accionaria del Estado nacional.
La licitación de la hidrovía
El gobierno decidió no volver a llamar a licitación de la hidrovía, algo que estaba en los planes en la gestión anterior, y darle participación a los gobernadores en esta sociedad del Estado que administrará el dragado y balizamiento de la ruta fluvial de 3700 kilómetros, donde están asentados los puertos que exportan más del 80 por ciento de los productos agroindustriales.
El año próximo vencía la concesión que está en manos del consorcio integrado por Emepa y Jan de Nul desde hace más de 25 años. Ahora el peaje que cobraba la firma Hidrovía SA pasará a ser percibido por los gobernadores y el Estado nacional.
Esta especie de «provincialización» de la hidrovía fue anticipada por el propio presidente como una promesa en el acto de asunción del gobernador Perotti en diciembre pasado.
Sectores nucleados en el sector agroexportador plantearon sus dudas sobre la nueva administración de la hidrovía. Los exportadores temen que, además de mayor burocracia, la nueva sociedad pueda imponer tarifas más caras para los operadores (hoy en US$3,06 la tonelada de registro neto).
Alberto Fernández anunció además que Rosario será la sede del nuevo Consejo Federal de la Hidrovia, nuevo órgano de control de la concesión. «Queremos que Argentina crezca con otra lógica, con otro equilibrio, y el desarrollo se extienda», dijo el presidente.
«Soñé con el momento en el que Buenos Aires le devuelva al resto del país todo lo que el país hizo por Buenos Aires. Que el desarrollo no esté concentrado en su puerto sino que se distribuya en el país. Que cada uno encuentre su destino en cada lugar donde ha nacido. De crecer, de educarse, de trabajar, de formar una familia, divertirse y morir felices de haber vivido en el lugar donde nacieron. Y no esta patria donde algunos escapan de la pobreza para sumar más pobreza en los centros urbanos», reflexionó Alberto Fernández.
Perotti mostró su satisfacción por el anuncio. El gobernador de Santa Fe fue uno de los impulsores de este nuevo esquema. «La hidrovía forma parte de una lucha de muchísmos años. Santa Fe tiene un vínculo muy fuerte con el río, porque es un canal productivo, y eso nos unió en el reclamo de poder contar con un calado adecuado. Tenemos 31 puertos en la zona del gran Rosario, trabajando con mucha variedad, granos aceites, combustibles y un puerto de minerales. Y una perspectiva de un dragado permanente que permita navegar todo el años configura un impulso enorme al desarrollo de la región y del país», afirmó.